Pero no pudiendo ocultarlo por más tiempo, tomó una cestilla de juncos y la calafateó con asfalto y brea. Entonces puso al niño en ella, y la colocó entre los juncos a la orilla del Nilo. Exodo 2:3
Escuché al Señor decir: “Es tiempo de que Mi Iglesia salga de su escondite y cumpla Mi propósito. Yo estoy levantando a los que serán libertadores para esta generación. La Tierra gime y sufre dolores de parto. ¡El tiempo es ahora! Han estado escondidos, pero ahora dejarán atrás el lugar de ocultación. Yo estoy estableciendo conexiones divinas para ustedes que los impulsarán hacia su propósito. Haré que se levanten en el mismo lugar que una vez amenazó su destino. Estoy provocando un cambio para ustedes. El veredicto, las tramas, los planes y los esquemas del enemigo ahora serán anulados”.
Mientras estaba en oración, el Señor comenzó a hablarme sobre el tiempo en que vivimos. Me reveló que estamos en un momento de Éxodo. El espíritu de Faraón ha estado oprimiendo a Su pueblo por demasiado tiempo. Dios ha escuchado el clamor de Su pueblo. En el Libro del Éxodo, los hijos de Israel habían sido afligidos por capataces. De hecho, Faraón emitió una orden de que todos los bebés varones fueran arrojados al río para que se ahogaran. Un espíritu asesino había sido enviado entre los hijos de Dios con la misión de matar. Ese mismo espíritu asesino también ha recibido la orden de acabar con su destino, pero la buena noticia es que sus órdenes han sido anuladas. ¡El mismo Dios que sacó a los hijos de Israel de Egipto viene a la escena para sacarlos a ustedes de la destrucción!
Dios había escuchado el clamor de Su pueblo que estaba esclavizado en Egipto. Se movió para enviarles un libertador. Usó a una mujer cuyo nombre era Jocabed, miembro de la tribu sacerdotal de Leví. Dio a luz a un niño. Por fe, y desafiando la orden de Faraón de que todo varón debía ser asesinado, ella escondió a su hijo recién nacido.
Éxodo 2:3 Pero no pudiendo ocultarlo por más tiempo, tomó una cestilla de juncos y la calafateó con asfalto y brea. Entonces puso al niño en ella, y la colocó entre los juncos a la orilla del Nilo.
Muchos de ustedes, que están leyendo esto ahora mismo, pueden identificarse con que Moisés estuvo escondido, porque ustedes también estuvieron escondidos. Sienten que casi nadie sabe que están vivos. Dios les dice: “¡Su temporada está cambiando! Emergerán. Los he reservado para este tiempo de la historia. Yo fui quien diseñó cuándo deberían superar su lugar de confinamiento”.
La Escritura dice: “Cuando ella ya no pudo ocultarlo más”. Así como Moisés, Dios los ha estado preparado para esta misma hora. La orden del Faraón era arrojar a los bebés varones al río, pero Dios le dio fe a Jocabed para esconder a su bebé, y luego le dio una estrategia para construir un arca para su bebé. Piénsenlo por un momento. Moisés navegó sobre las aguas que se suponía que lo habían matado. Y lo que debería haberlos matado, lo mismo que debería haberlos eliminado, será el empujón que los llevará a su destino.
Éxodo 2:5-6 Y la hija de Faraón bajó a bañarse al Nilo, y mientras sus doncellas se paseaban por la ribera del río, vio la cestilla entre los juncos y mandó a una criada suya para que la trajera. Al abrirla, vio al niño, y he aquí, el niño lloraba. Y le tuvo compasión, y dijo: Este es uno de los niños de los hebreos.
Dios tenía una cita Divina para Moisés. Fue descubierto en el momento justo por la hija de Faraón, y ella tuvo compasión de él. Dios había orquestado su protección y le había dado favor. Esta “disposición de Dios” fue el “vuelco” del plan de Satanás para destruir la nación de Israel y detener la llegada del Mesías.
El Padre les dice: “Han sido llamados para un propósito santo. Fueron colocados en esta Tierra para tiempos como este. Yo conozco el pronunciamiento del enemigo, pero Mi Palabra es mayor que toda circunstancia contraria. Yo Soy el Dios de lo imposible. No hay nada demasiado difícil para Mí. La madre de Moisés escondió a su recién nacido por fe. Sus actos de fe causarán la interrupción y la reversión de los planes del enemigo que se ha centrado en su vida. ¡Su destino no ha sido abortado! Sólo han estado escondidos.
Les declaro que Dios está levantando un ejército que irá contra la corriente. Se apoyarán en Su Santa Palabra y verán la gran cosecha que Él ha prometido. El espíritu de Faraón no puede detener lo que Dios prometió. Faraón se verá obligado a dejarlos ir para que cumplan tu propósito y destino.
La fe de la madre de Moisés cambió la trayectoria de toda una nación. Qué oportuno que el Señor me dijera esto en el mes de mayo, cuando celebramos el Día de la Madre. Madres, sus actos de fe serán recompensados. Además, se están levantando al frente libertadores que se levantarán contra el espíritu de Faraón y anunciarán los planes y propósitos de Dios. Además, naciones enteras verán un avivamiento.
¡Sean audaces! ¡Sean fuertes! ¡Sean valientes! Los planes de Dios están saliendo a la superficie y prevalecerán. Las tramas encubiertas y malvadas serán expuestas. No miren a la izquierda o a la derecha, sino mantengan sus ojos en Dios y esperen la mayor cosecha que tendrán. (Andrew Towe)
Con amor y oraciones,