Principal

¿Estás listo para servir como mesero en el banquete de Dios?

Dios nos invita a participar diariamente como «meseros» de su evangelio. Nuestra tarea es llamar a «los comensales» a disfrutar de los deleites de la mesa del Señor. Muchas personas tienen hambre y no saben que el banquete ya esta preparado.

La hermosura del Evangelio está en su práctica. Si alguna vez escuchaste la voz de Dios invitándote a predicar su palabra y buscar al perdido, no lo dejes para luego. Experimentarás un gozo indecible el día que Dios te regale un hijo espiritual para su gloria. Es un sentimiento grandioso, y lo más importante… ¡crecerás! cuando te veas llamado a ser un vivo testimonio para aquellos hermanos que han conocido al Señor porque tú fuiste valiente y le presentaste el camino de la verdad y la vida. La gracia transformadora de Cristo tomará en tu vida una dimensión espiritual nueva. ¡Sé discípulo y reprodúcete en otros discípulos! ¡Ofrécele a Cristo tu cruz que Él sabrá qué hacer con ella!

En nuestra demora al llamado del Señor para hacer evangelismo, perdemos a veces demasiado tiempo tratando de aliviar los martillazos de nuestra propia conciencia cristiana. Nos recriminamos, nos sentimos incompetentes como Moisés cuando el Señor le pidió liderar el éxodo de su pueblo hasta la tierra prometida por una simple tartamudez. Jesús sigue llamándonos a predicar, a anunciar las Buenas Nuevas, a honrarle en todo lo que hacemos, sin olvidar que quizás en ocasiones tendremos que estar dispuestos a no tener un lugar donde reposar nuestras cabezas, a abandonarnos a nosotros mismos y a depender totalmente de Él, sólo de Él. Su invitación es permanente, inmanente y requiere de una actitud diligente y firme. La fidelidad del que sigue a Cristo es como incienso agradable que sube a la presencia del Señor.

Hoy se nos están acabando los pretextos para no hacer lo que debemos hacer. Escuchamos hablar a hermanos nuestros deseando un avivamiento en la comunidad y en nuestros países. Pero falta la intimidad con Dios, la comunión con el Espíritu, la oración que anhela Dios de nuestros labios y corazones. Cuando la Iglesia (tú y yo) gima por hambre de Dios y la pasión por intimar cada vez más con Jesucristo nos consuma, tendremos el avivamiento que tantos anhelamos. Necesitamos una nueva generación de cristianos que no sólo sepan presentar un currículo extraordinario para servir al Señor, sino que conozcan lo que es la comunión íntima con nuestro Padre. Nuestras caídas y desaciertos no ocurren por la forma en que servimos, sino por nuestra negligencia para orar sin el hambre de Dios. El discípulo y la Iglesia necesitan vivir de rodillas. El éxito del cristiano no radica solamente en saber hacer el trabajo sino en ser consumido por la intimidad con Dios. Nuestro caminar por las sendas gloriosas del evangelio -con éxitos y fracasos- estará determinado por nuestra relación con el Padre.

¿Sientes el deseo de servir a Dios? Observa y fíjate donde él está obrando y únete a su plan maravilloso, no sin antes consumir todo el tiempo que puedas a solas con Él. Quizá el Señor quiera usarte en tu trabajo, en tu grupo de íntimos amigos donde hay muchos que aún no conocen del poder transformador de su presencia en la vida del hombre. Busca a Dios en oración, y Él te enseñará cómo hablarle al que lo necesita. Él te lo presentará y pondrá en tus labios las palabras necesarias, las que no están en ningún “plan de salvación” diseñado por mentes humanas, las que salen del corazón promovidas por el Espíritu del mismo Dios. Las batallas espirituales se ganan en oración y en la devoción sin condición.

Sé valiente, hermano y hermana mía. Apacienta las ovejas que aún no tienen pastor. Entrégate a la oración y háblale de Cristo a esa criatura desamparada que espera por ti. ¡No hay mayor bendición!

¡Dios te bendiga!

Fuente:
Faustino de Jesús Zamora Vargas

Publicaciones relacionadas

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Botón volver arriba