Te has detenido a pensar, ¿qué sucederá si murieras inesperadamente? Esto les acontece a millares de personas diariamente. Muchos mueren a causa de accidentes, otros de enfermedades inesperadas y otras causas desconocidas.
Siendo que la muerte es inevitable, debemos de estar seguros, sin la más mínima duda de lo que ha de suceder después de la muerte.
Comenzaremos por establecer que la muerte no es el final, la muerte solo marca un cambio de etapa en el ser humano. La muerte ocurre cuando el alma se desprende de su habitación terrenal que es el cuerpo, el alma es el principio vivificante que anima al cuerpo o sea que lo mantiene con vida. La Biblia establece que al morir la persona el alma como nunca muere, pasa a habitar en uno de estos dos lugares: el lugar de tormento, o el paraíso, Lucas 16:22-31. Este lugar a donde irá el alma después de la muerte, será determinado por la persona. Para poderte librar del lugar de tormento, de la condenación eterna, tienes primero que ser justificado y la justificación solo se logra de una manera. Esta es a través de Jesucristo Romanos 5:1, dice: “justificados por la fe tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo”. Romanos 3:24. Dice: “siendo justificados por su gracia mediante la redención que es en Cristo Jesús”.
Es de vital importancia comprender que la salvación del alma no se puede obtener mediante ninguna otra forma, Hechos 4:12 dice: porque en ningún otro hay salvación, porque no le fue dado a los hombres debajo del cielo ningún otro nombre por el cual podamos ser salvos, 1 de Timoteo 2:5 dice: porque solo hay un Dios y un mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre. Juan 14:6 el Señor Jesús hablando dice: yo soy el camino la verdad y la vida y nadie viene al padre si no es por mí. La oportunidad de salvarse del infierno y la condenación eterna del alma, es ahora mientras vivimos. Después de la muerte ya no hay más remedio. (Lucas 16:24-26)
Fuente:
Dr. Carlos Mena