Le daré la llave de la casa de David, la posición más elevada dentro de la corte real. Cuando él abra puertas, nadie podrá cerrarlas; cuando él cierre puertas, nadie podrá abrirlas. Isaías 22:22 NTV
En este día 2/2/22 siento profetizarles que es tiempo de RECUPERAR SUS LLAVES. Es tiempo de recuperar sus dones, su llamado y su autoridad.
Hace años perdí las llaves de mi automóvil en nuestro centro comercial local y entré en un frenesí tratando de buscarlas por donde había caminado. Después de una hora de desesperación y pánico, finalmente le pedí al Señor que me ayudara, a lo que El instantáneamente me dijo que fuera a buscar al hombre que recogía los carros de compras, que él las había encontrado. De camino a casa, mientras trataba de calmarme, el Señor me dijo «NO PIERDAS LAS LLAVES» y al instante supe a qué se refería. No había estado en la palabra o pasando tiempo con Él y estaba seco. Me sentía cansado de la batalla y había perdido mis llaves de autoridad e identidad.
Todos hemos pasado por una temporada similar en la que el enemigo nos roba abiertamente y trata de impedir que comencemos los movimientos a los que fuimos llamados. El no quiere que tengamos llaves o acceso al Reino y no quiere que caminemos en el poder y la unción que obra milagros. Hoy el Señor esta diciéndoles que no solo es tiempo de recuperar sus llaves, sino que es tiempo de abrir las puertas dobles que han sido escondidas de ustedes. Es tiempo de moverse del lugar de mantenerse a flote y sobrevivir a moverse hacia un nuevo Reino de acceso y cerrar la puerta a la temporada de la derrota detrás de ustedes.
Hoy también me recuerda la época en que estábamos lanzando nuestro ministerio y seguía viendo 222 y 22:22 una y otra vez diariamente y no podía entender por qué, hasta que una noche tuve un sueño muy vívido. En el sueño un evangelista canadiense llama a mi puerta, dice su nombre y vamos a dar un paseo por mi ciudad hablando del avivamiento, del territorio para el Reino y de la cosecha que viene. Al final del sueño me entregó un gran y antiguo juego de llaves en un llavero como las llaves de un carcelero. Algunas de las llaves eran muy viejas y otras eran nuevas y brillantes. Cuando me desperté, busqué en Google el nombre de este hombre y ¡existía! ¿Pero qué eran las llaves?
Isaías 22:22 Le daré la llave de la casa de David, la posición más elevada dentro de la corte real. Cuando él abra puertas, nadie podrá cerrarlas; cuando él cierre puertas, nadie podrá abrirlas.
Mateo 16:19 A ti te daré las llaves del reino de los cielos. Todo lo que ates en la tierra será atado en los cielos, y todo lo que desates en la tierra será desatado en los cielos.
Jodie Hughes dice en su página web que 222 y 22:22 significa «Puertas abiertas, Puertas dobles, Autoridad para decretar los propósitos de Dios, seguridad de sus promesas, Puertas abiertas de favor. Autoridad real para tomar nuevos terrenos. Aliento para el pionero y para los que establecen obras apostólicas para confiar y entrar en nuevas promesas. Estableciendo en el espíritu el orden del reino»
Hoy es su día para recuperar sus llaves de nuevo y sacudirlas en la cara de cada asignación demoníaca que los ha estado intimidando y amedrentando, amenazando su familia, su matrimonio, sus finanzas y su destino. Es tiempo de que a la Iglesia se le recuerde quién es y qué lleva. No estamos con las manos vacías o sin voz – somos cabeza y no cola, estamos en la cima y no debajo, y hoy es un día de línea en la arena para romper con toda influencia confinante que ha estado tratando de retenernos de ejercer lo que es nuestro derecho de nacimiento.
Así que permítanme profetizar: Están en un umbral y no pueden seguir de la manera en que han estado. No pueden seguir viviendo en el frenesí de los juegos y planes del enemigo que se arremolinan a su alrededor. Es tiempo de recuperar sus llaves y agitarlas en el aire como una declaración de un nuevo día de lucha en el cielo por ustedes y el Espíritu Santo cubriéndolos en el nombre de Jesús. (Nate Johnston)
Apocalipsis 3:7-8 »Escribe al ángel de la iglesia de Filadelfia: Esto dice el Santo, el Verdadero, el que tiene la llave de David, el que abre y nadie puede cerrar, el que cierra y nadie puede abrir: Conozco tus obras. Mira que delante de ti he dejado abierta una puerta que nadie puede cerrar. Ya sé que tus fuerzas son pocas, pero has obedecido mi palabra y no has renegado de mi nombre.
Con amor y oraciones,