De repente vino del cielo un ruido como el de una ráfaga de viento impetuoso que llenó toda la casa donde estaban sentados, y se les aparecieron lenguas como de fuego que, repartiéndose, se posaron sobre cada uno de ellos. Hechos 2:2
Recientemente escuché al Señor decir: “Entra en el aposento alto, Mi fuego está cayendo para las nuevas fronteras”. Hay una invitación poderosa del Señor en este momento para el pueblo de Dios para que entren en el aposento alto —el lugar de oración y espera en Él— como nunca antes, porque Su fuego está cayendo para las nuevas fronteras. Hay un lugar profundo de encuentro esperando al pueblo de Dios en este momento, donde está teniendo lugar una NUEVA COMISIÓN en el APOSENTO ALTO para las nuevas fronteras que están ante el pueblo de Dios. Hay una invitación a dejar atrás el ruido y las distracciones y entrar en el aposento alto, porque el fuego de Dios está cayendo y el Espíritu de Dios está a punto de caer con tal PODER que hará que todo lo que pueda ser sacudido, sea sacudido.
El Señor me mostró poderosas liberaciones que están teniendo lugar en el alto aposento. El Espíritu de Dios está cayendo con tanto poder que hay liberaciones REPENTINAS ocurriendo. Hay sanidades REPENTINAS ocurriendo. Hay alineamientos REPENTINOS ocurriendo. La niebla se está ROMPIENDO REPENTINAMENTE. El tiempo se está RESTAURANDO REPENTINAMENTE. La visión está aumentando REPENTINAMENTE.
Escuché al Señor decir: “Para que Mi pueblo pueda avanzar hacia las nuevas fronteras, deben estar en el aposento alto para recibir el FUEGO FRESCO” Cuando el Señor habló de “FUEGO FRESCO”, sentí que todo temblaba en el espíritu. Hay un FUEGO FRESCO que el Señor está liberando sobre Su pueblo que decida entrar en el aposento alto de oración y esperar en Él, será el FUEGO FRESCO para el trabajo pionero que tiene ante ellos.
RESPONDE AL LLAMADO AL APOSENTO ALTO Y RECIBE SU FUEGO FRESCO PARA ESTA NUEVA TEMPORADA APOSTÓLICA
La urgencia de responder al llamado al aposento alto me atrapó. Sentí tan fuertemente el corazón anhelante del Señor. A dónde vas, a donde vamos, nunca hemos estado allí antes. A donde el Señor está enviando a Su pueblo en esta nueva temporada apostólica, la temporada del Reino, no hemos estado antes y escuché al Señor decir: “No puedes ir como estás”. Lo que se requiere para el camino por delante necesita un nuevo bautismo de Su fuego. Requiere una nueva impartición de fe. Requiere un lugar de encuentros frescos con el Señor. Es el lugar para entrar completa y totalmente en LO NUEVO para avanzar hacia donde Él va. Es un despojo completo para sacudirnos de lo VIEJO. Los encuentros con Jesús en el aposento alto serán revolucionarios. Es el lugar donde el Señor va a descargar Su sabiduría y enseñar a Su pueblo Sus caminos y darles entendimiento de Sus caminos (Salmo 119:24).
En este encuentro vi las nuevas fronteras por delante, los territorios inexplorados. Había una cerradura por la cual pasar para entrar en estas nuevas fronteras y le pregunté al Señor cuál es la llave y escuché al Señor decir: “ES EL APOSENTO ALTO”. Todo lo que se necesita fluirá EN y DESDE el aposento alto. En esta temporada de aceleración sin precedentes, pionera, para extender y construir el Reino de Dios con Él, requiere MUCHA ORACIÓN Y AYUNO, ESPERAR/PERSISTIR en el Señor.
Es una temporada para CORRER pero es una temporada para CORRER con el Señor, saliendo desde el alto aposento. Los santos serán capacitados por el Espíritu de Dios como nunca antes. El fuego de Dios vendrá sobre el pueblo de Dios como nunca antes, trayendo un refinamiento, un fortalecimiento, una purificación y una consagración para correr en SANTIDAD Y VERDAD. El fuego de Su presencia vendrá sobre el pueblo de Dios en esta nueva temporada de tal manera que los que ARDAN serán enviados a la tierra para liberar el fuego de Su presencia y Su poder, inaugurando la mayor demostración de Su poder y revelación de Su Gloria que la Iglesia haya visto jamás. Pero hay un llamado al aposento alto con un peso que no había sentido antes. (Una palabra de Lana Vawser)
1 Tesalonicenses 5:23-24 Ahora, que el Dios de paz los haga santos en todos los aspectos, y que todo su espíritu, alma y cuerpo se mantenga sin culpa hasta que nuestro Señor Jesucristo vuelva. Dios hará que esto suceda, porque aquel que los llama es fiel.
Con amor y oraciones,