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Enfrentando juntos las pruebas

Eclesiastes 4:9-12 No hay duda de que los tiempos de enfermedad, de escasez, de desempleo, son difíciles de enfrentar, pero definitivamente que son más difíciles aun cuando sentimos que estamos enfrentándolos nosotros solos.

Es por eso por lo que necesitamos reconocer la fortaleza que representa nuestra pareja, esposo o esposa, para hacerle frente a las diferentes dificultades de la vida.

El enunciado de la ceremonia matrimonial lo dice claramente: El hombre y la mujer se unen en matrimonio para enfrontar las circunstancias que se les presenten, ya sea en riqueza o en pobreza, en gozo o en tristeza, en salud o enfermedad, en todo lo que la vida da y en todo lo que la vida quita.

Pero lastimosamente parecería que cuando estamos pasando por esos momentos difíciles se nos olvida cual es el motivo por el cual estamos juntos como pareja y se nos olvida que no estamos solos, que Dios está con nosotros.

Verdaderamente tanto el hombre como la mujer unidos en fe y fortalecidos por su confianza en Dios pueden hacerle frente a las diferentes pruebas y dificultades de la vida (vs 9)

Pero lastimosamente muchas veces cuando vienen las pruebas y tiempos difíciles en la vida en lugar de ser de bendición, de fortaleza y de animo a nuestra pareja, lo que hacemos con nuestras actitudes es servir de tropiezo, provocamos desánimo, destruimos la fe de nuestra pareja.

Veamos en la palabra de Dios como nosotros podemos influir negativamente en nuestra pareja en los tiempos de dificultad:

CUANDO DECIMOS QUE NUESTRA VIDA ERA MEJOR ANTES QUE NO CONOCÍAMOS A DIOS Y QUE NO LE SERVÍAMOS (JEREMÍAS 44:15-19)

Las mujeres de Israel habían caído grandemente en la idolatría en los tiempos del profeta Jeremías, a tal punto que ellas afirmaban que en el tiempo que servían y adoraban a la reina del cielo, es decir a Astarot, la diosa falsa que adoraban los Babilonios y los Asirios, su vida era mejor, tenían abundancia de pan, estaban alegres y no tenían mal alguno (Vs 17)

Las mujeres de Israel también llegaron a expresar que desde que dejaron de servir y adorar a la reina del cielo y comenzaron a servir a Jehová todos les iba mal, les faltaba todo, y eran consumidos a espada y por el hambre (vs 18)

APLIQUEMOS AHORA ESTOS TEXTOS EN NUESTRA VIDA MATRIMONIAL: Es triste que cuando están pasando por las dificultades y las pruebas de la vida la esposa o el esposo expresen que les iba mejor antes que no conocían a Cristo, que su vida era mejor cuando era parte de una religión y no ahora que son parte de la iglesia del Señor.

Lastimosamente muchas esposas cristianas toman la actitud de las mujeres de Israel diciéndoles a sus esposos que desde que están sirviendo al Señor, todo les va mal, que las finanzas no alcanzas, que no tienen tiempo para la familia, que solamente problemas tienen desde que se han dedicado a servir al Señor.

Cada uno de nosotros tenemos que tener claro que toda persona que ama a Dios y quiera vivir para agradarlo, sirviéndole, haciendo su voluntad, padecerá persecución, es decir enfrentara la oposición del enemigo (2 Timoteo 3:12)

Pablo sufrió persecución, él sirvió al Señor con pasión y tuvo que enfrentar grandes pruebas y dificultades, pero con toda seguridad el pudo decir: DE TODAS ME LIBRO EL SEÑOR (2 Timoteo 3:10-11) Y a nosotros ¡también nos librara!

CUANDO EN LA DIFICULTAD, EL ENOJO NOS HACE BLASFEMAR CONTRA DIOS (JOB 2:7-10)

Que triste es cuando la persona que debería ser ayuda, apoyo y fortaleza de nuestra vida en tiempos de dificultad dice palabras como las de la mujer de Job.

Muchas esposas y esposos en tiempos de enfermedad y de escasez, blasfeman, es decir ofenden a Dios con sus palabras diciendo: Dios no nos oye, Dios quizás no existe, Todo eso que predican en la iglesia es mentira, deja de leer la Biblia si todo es mentira, deja de orar si Dios no te va a contestar, etc.

Pero tal como lo expreso Job, esas palabras son fatuas, es decir necias, pues nosotros tenemos que confiar en Dios y adorarlo aun en tiempos de dificultad.

¿COMO PODEMOS ENFRENTAR COMO MATRIMONIO LAS PRUEBAS QUE VIENEN A NUESTRA VIDA? Volvamos al texto inicial (Eclesiastés 4:9-12)

Fortaleciendo y apoyando a nuestro cónyuge cuando su fe decaiga (vs 10) Somos humanos y en algún momento a causa de las dificultades nuestra fe puede decaer, o podemos caer en desanimo espiritual, en esos momentos es cuando tenemos que sostener a nuestra pareja en fe, fortalecerlo con las promesas de Dios, motivarlo a no rendirse y recordarle que no estamos peleando solos, Dios esta con nosotros.

Avivando el fuego del espíritu en el corazón de nuestro cónyuge (vs 11) Siempre tenemos que hacerlo, pero aún más en tiempos de dificultad tenemos que orara juntos, leer la palabra de Dios y no dejar de congregarse.

Recordando siempre que con Cristo somos mas que vencedores (vs 12)   Un matrimonio victorioso es de tres: EL ESPOSO, LA ESPOSA Y CRISTO JESÚS.

Fuente:
Pastor Oscar Flores | El Salvador

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