Queridas hermanas en Cristo, la vida está llena de momentos de alegría, pero también de momentos de dolor y sufrimiento. En este mensaje cristiano, exploraremos el Salmo 88, un salmo que nos habla directamente del dolor y la aflicción. A través de las palabras del salmista, aprenderemos cómo enfrentar y encontrar esperanza en medio de los momentos en que la vida duele.
LA SINCERIDAD DE LA AFLICCIÓN
El Salmo comienza con una profunda expresión de dolor y angustia. El salmista clama: “Oh Jehová, Dios de mi salvación, día y noche clamo delante de ti.” La primera lección que encontramos es que está bien ser sinceros con Dios acerca de nuestro sufrimiento. No necesitamos ocultar nuestras emociones, porque Dios está dispuesto a escucharnos en medio de nuestro dolor.
La aflicción y el sufrimiento son parte de la experiencia humana, y Dios entiende nuestras luchas. Como nos dice 1 Pedro 5:7: “Echad toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros.“
BUSCANDO A DIOS EN EL DOLOR
A medida que el salmista continúa expresando su dolor, vemos que, a pesar de su aflicción, sigue buscando a Dios. Dice: “Mi alma está hastiada de males, y mi vida cercana al Seol.” La segunda lección es que, cuando la vida duele, debemos seguir buscando a Dios en nuestra desesperación.
El dolor no debe alejarnos de Dios, sino acercarnos más a Él. En tiempos de sufrimiento, nuestra comunión con Dios puede ser más profunda y significativa.
LA ESPERANZA EN MEDIO DE LA OSCURIDAD
Aunque el Salmo 88 es un salmo de lamentación, no termina en desesperación. El salmista reconoce la soberanía de Dios y su capacidad para traer luz a la oscuridad. A pesar del dolor, afirma: “Mas yo a ti, oh Jehová, he clamado; y de mañana mi oración se presentará delante de ti.“
La tercera lección es que, incluso cuando la vida duele, podemos encontrar esperanza en Dios. Él es capaz de traer consuelo y restauración en medio de nuestras circunstancias más difíciles. Como nos dice Jeremías 29:11: “Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis.“
Queridas hermanas, la vida a veces nos trae momentos de dolor y sufrimiento, pero en medio de la aflicción, podemos encontrar consuelo y esperanza en Dios. Sigamos el ejemplo del salmista al ser sinceras con Dios, buscarlo en nuestro dolor y confiar en Su capacidad para traer luz a nuestras vidas.
Oremos juntas por la gracia de Dios para enfrentar las pruebas con fortaleza y encontrar en Él nuestro refugio en tiempos de dolor. Recordemos que, incluso cuando la vida duele, Dios está con nosotros y nos sostiene.
En el nombre de Jesús, amén.
kkk