Tener esperanza es cuestión de percepción, no natural, sino espiritual; Es cuando tu espíritu se conecta con el Espíritu de Dios, y ahora tú puedes percibir en tu interior, y aunque no ves cómo es que todo va a salir bien, algo Dios va a hacer en tu vida.
Lo importante de esa actitud en tu vida es que comienzas a tomar decisiones firmes y sólidas, no basadas en tus circunstancias, sino en la esperanza que tienes. Nunca tomes decisiones permanentes basadas en circunstancias temporeras. Sé lento en comprometerte porque el día que lo hagas, debes seguir hasta el final; así que aprende a esperar. Lo que llega a tu vida no es ni positivo ni negativo; las cosas simplemente son. La vida es; y, a veces, llegamos a conclusiones demasiado rápido y tomamos decisiones emocionales en momentos vulnerables, sin darle la oportunidad a Dios de hacer la obra completa.
“27 ¿Por qué dices, oh Jacob, y hablas tú, Israel: Mi camino está escondido de Jehová, y de mi Dios pasó mi juicio? 28 ¿No has sabido, no has oído que el Dios eterno es Jehová, el cual creó los confines de la tierra? No desfallece, ni se fatiga con cansancio, y su entendimiento no hay quien lo alcance. 29 Él da esfuerzo al cansado, y multiplica las fuerzas al que no tiene ningunas. 30 Los muchachos se fatigan y se cansan, los jóvenes flaquean y caen; 31 pero los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán.” Isaías 40:27-31
El que cae es el que flaquea; y el que tiene nuevas fuerzas es el que espera a Jehová, el que espera que Él entre y haga algo, que entre y cumpla su promesa. La clave para no caer es esperar. El cansancio es parte de la vida, y la única solución para la fatiga es el descanso. El cuerpo, por más que tú quieras, se va a desgastar, se va a cansar. Aun los más jovencitos, se cansan. Pero donde está el peligro es en flaquear; tú puedes estar cansado y no flaquear. Flaquear es un estado emocional o espiritual en el que entra una persona cuando está a la expectativa de que algo ocurra, pero se toma más tiempo en suceder. Y el problema de muchos no es su cansancio físico, porque ese se puede resolver fácilmente, el problema de muchos es cuando flaqueamos emocional y espiritualmente. Cuando tu mente comienza a vacilar y comienzas a perder la esperanza. Lo único que hace que tú permanezcas firme en tu interior es esperar lo que Dios va a hacer en tu vida; es tú tener la fuerza que llega de tú tener la expectativa de que Dios está obrando a tu favor y que algo va a ocurrir, algo va a suceder, algo va a pasar, aunque las cosas en el mundo natural parecen indicarte todo lo contrario.
Quizás tú, hoy, estás viviendo las consecuencias de haber tomado decisiones en momentos de flaqueza; Todos las hemos tomado, y luego oramos a Dios para que saque de nuestra vida los errores producto de ellas. Por eso, en el libro de Joel el profeta decía: Diga el débil: Fuerte soy; porque cuando estás débil mentalmente, es cuando más fuerte tienes que estar. Porque si tomas la decisión incorrecta, vas a tener que vivir por mucho tiempo con las consecuencias de ese error. No se trata de echarte culpa, pero es importante que tomes consciencia de que, muchas veces, por no esperar, flaqueas, y decides por cosas que hoy estás orando para que Dios las quite de tu vida; Y hoy Dios te dice: Quítatelas tú. Pero, para quitarlas, tienes que esperar; Lo que pasa es que preferimos no esperar porque nos desesperamos y vivimos con imitaciones de la promesa de Dios.
Lo que pasa es que la fe requiere paciencia, requiere que la gente piense que estás loco, que nunca va a pasar, requiere que en tu vida las fuerzas físicas vayan cayendo pero tu interior se vaya renovando.
¿Cuántas cosas hoy en tu vida son un problema, que tú puedes ver que son producto de un momento de debilidad, de flaqueza, que te llevó a tomar una decisión demasiado rápido? Ten la capacidad de esperar por lo que Dios te prometió.
“16 Por tanto, es por fe, para que sea por gracia, a fin de que la promesa sea firme para toda su descendencia; no solamente para la que es de la ley, sino también para la que es de la fe de Abraham, el cual es padre de todos nosotros 17 (como está escrito: Te he puesto por padre de muchas gentes delante de Dios, a quien creyó, el cual da vida a los muertos, y llama las cosas que no son, como si fuesen. 18 Él creyó en esperanza contra esperanza, para llegar a ser padre de muchas gentes, conforme a lo que se le había dicho: Así será tu descendencia. 19 Y no se debilitó en la fe al considerar su cuerpo, que estaba ya como muerto (siendo de casi cien años, o la esterilidad de la matriz de Sara. 20 Tampoco dudó, por incredulidad, de la promesa de Dios, sino que se fortaleció en fe, dando gloria a Dios,” Romanos 4:16-20
Abraham tuvo que creer en esperanza contra esperanza. Pablo usa a Abraham como un testimonio para nosotros, diciéndonos que Abraham, cuando tenía cien años, creyó en esperanza contra esperanza porque, aunque su cuerpo se iba debilitando, Abraham se iba fortaleciendo. Y Dios nos da testimonio de un momento glorioso en la vida de Abraham, pero los que conocemos la historia sabemos que no siempre fue así. Eso es lo grande de Dios; Él únicamente habla de nuestras victorias, de nuestros momentos de esperanza, de nuestros momentos de fe; Y, aunque en la historia quedan registrados nuestros momentos de debilidad, lo que Dios siempre va a celebrar son los momentos cuando tú te estás debilitando físicamente, pero sigues esperando por algo más grade. Lo que Dios va a usar para dar testimonio de ti, son los momentos en que todo está en contra tuya, y tú permaneces firme esperando que la promesa se cumpla.