El año 2020, que se encuentra al doblar la esquina, nos plantea un escenario complejo, donde tendremos sufragios separados por niveles, y, por primera vez desde 1994, la posibilidad de una segunda Vuelta.
Debemos iniciar indicando que de acuerdo a la Constitución vigente, tendremos la elección presidencial el 17 de mayo y la congresual y municipal el 16 de febrero de ese mismo año. Eso se hizo, entre otras cosas, ya que se alegaba que la figura presidencial traccionaba o arrastraba votos a los niveles inferiores y viceversa, aparte de que al separarse, se consideraba que no iba a ser contaminada por potenciales jugadas del ejecutivo, ya que desde 1994, quien ganaba la Presidencia también conseguía buena representacion congresual, y en muchos casos, mayoría aplastante (caso PRD del gobierno 2000-2004 y el PLD del 2004 hasta hoy).
La recién votada Ley 15-19 , que es la ley de regimen electoral, no dejó totalmente zanjado el tema del arrastre, por lo que la Junta Central Electoral establece un criterio “interesante”. Toma 26 provincias, que solo poseen una circunscripción electoral y en esa habrá boletas separadas para senadores y diputados, mientras que en las seis provincias que concentran el 58.8% de la votación, y que deciden la elección (Santiago, La Vega, Puerto Plata, Distrito Nacional, Provincia Santo Domingo y San Cristóbal) continuarán con el arrastre, lo cual ha sido objeto de críticas, y el PRM, principal Partido opositor, ya anunció que incoará un recurso al Tribunal Constitucional para que declaren inconstitucional esa decision.
Pero esos son juegos de niños en relación a la bomba de relojería que tiene armado el PLD. Hay dos sectores contrapuestos, uno dirigido por el ex Presidente Fernández, que busca volver, y otro que es el del actual Presidente, Danilo Medina, quien persigue repostularse y reelegirse.
Al segundo se lo impide la Constitución y ya está contratiempo de una reforma constitucional, pero es altamente popular y controla el PLD, quien tiene una gran estructura nacional que garantiza muchos votos.
Eso hace que el Partido de gobierno tenga tres salidas potenciales: o la reelección del presidente Medina, o la postulación del Presidente Fernández o que el Presidente impulse un tercer candidato que gane la convención al Presidente Fernández. Una cuarta opción, que me parece poco probable, es que el ex presidente abandone el partido donde ha militado toda su vida, para encabezar un bloque amorfo de pequeños partidos aliados a él de distintas ideologías, cuyo único punto programático en común sería justamente su figura.
Por el lado del PRM hay dos candidatos naturales, Hipólito Mejía y Luís Abinader, quienes se enfrentarán en una convención tranquila.
Hay algo que es cierto, nadie gana en el PLD si no es con el apoyo del Presidente, quien controla muchos estamentos de poder y, tal como mencionamos, conserva mucha popularidad y un fuerte caudal de votos que no puede ser desdeñado por nadie.
Veamos que nos trae el 2020 con esos certamenes y cómo se van sucediendo estos hechos. Esperemos a ver que sucede, pero les aseguro que estas elecciones serán sumamente interesantes, tensionantes, divertidas, complejas y únicas.