
En un mundo donde todo parece medirse por lo que tenemos y por lo que podemos alcanzar, es fácil perder de vista lo que realmente tiene valor eterno. Muchas veces, la ansiedad, la codicia y la búsqueda de seguridad material nos alejan de la verdadera riqueza: la que se encuentra en Dios.
Esta serie devocional de cinco días nos invita a reflexionar sobre nuestra relación con el dinero, los bienes materiales y, sobre todo, con nuestro Creador. Aprenderemos a distinguir entre lo pasajero y lo eterno, a encontrar contentamiento en cualquier circunstancia y a confiar en que nuestro Dios proveerá todo lo que necesitamos.
Cada día encontrará un versículo, una reflexión y una oración, con el propósito de que su corazón se enfoque en lo que permanece para siempre: los tesoros en el cielo y la presencia de Dios en nuestra vida.
Que esta serie sea un recordatorio diario de que el verdadero tesoro no se mide por lo que poseemos, sino por nuestra relación con Cristo y nuestra fidelidad a Él.
Cuando el Dinero se Convierte en Tropiezo
El amor al dinero es la raíz de muchos males. Cuando desplaza a Dios, se vuelve tropiezo y causa dolor. Mantener al Señor como nuestro mayor tesoro nos protege de caer en el vacío espiritual. 1 Timoteo 6-10
Oremos. Señor, guarda nuestro corazón de la avaricia y del engaño de las riquezas. Que siempre podamos usar los recursos como instrumentos para tu Reino, y nunca como ídolos que nos aparten de Ti. Te lo pedimos en nombre de nuestro Dios. Amén.