Articulos

El verdadero grito de libertad

El verdadero grito de libertad para toda la humanidad lo dio Jesucristo cuando en la cruz del Calvario, luego de ser torturado, clavado, despreciado, humillado, angustiado y  afligido, dijo en alta voz:  “¡Consumado es! E inclinando la cabeza, entregó el espíritu”, Juan 19:30; poniendo su vida en expiación por el pecado (Isaías 53:10).

Cuando Satanás creyó que con la muerte de Jesús había logrado su victoria, pero fue todo  lo contrario, fue derrotado contundentemente, porque a los tres días Jesucristo resucitó glorioso, venciendo la muerte y luego subió a los cielos y está sentado a la diestra del Padre, intercediendo por cada uno de nosotros.

Cumpliéndose así lo dicho por el Profeta Isaías sobre Cristo: “Verá descendencia, vivirá por largos días y la voluntad de Jehová será en su mano prosperada. Verá el fruto de la aflicción de su alma y quedará satisfecho; por su conocimiento justificará mi siervo justo a muchos, y llevará sobre sí las iniquidades de ellos. Por tanto,  yo le daré parte con los grandes, y con los poderosos repartirá el botín; por cuanto derramó su vida hasta la muerte, y fue contado con los pecadores, habiendo llevado el pecado de muchos y orado por los transgresores”, Isaías 53:10-12.

La muerte y resurrección de Jesús, fue una victoria contundente que ha estado repercutiendo hasta el día de hoy, hasta que venga a buscar a su esposa mística, la Iglesia,  y cuya eficacia ha traído liberación, amor, paz y gozo, a todas las almas de las personas que han depositado su fe en Él y viven felizmente obedeciendo su santa y bendita palabra.

Durante su ministerio terrenal, Jesús dijo a los judíos que habían creído en él: “Si vosotros permanecéis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; y conoceréis la verdad y la verdad os hará libres. Le respondieron: Descendiente de Abraham somos y jamás hemos sido esclavo de nadie. ¿Cómo dices tú: Seréis libres? Jesús respondió: De cierto, de cierto os digo que todo aquel que practica el pecado, esclavo es del pecado. Y el esclavo no queda en la casa para siempre, si el Hijo os liberta, seréis verdaderamente libres”, Juan 8:31-36.

La libertad como desaparición de opresión significa no querer subyugar ni ser subyugado, e implica el fin de un estado de servidumbre. El logro de esta forma de la libertad depende de una combinación de la resistencia del individuo (o grupo) y su entorno.

La ética filosófica señala que la libertad es inherente al humano, es un dato fundamental originario de la existencia humana, fundamentado en la autoconciencia y la responsabilidad moral. Por tanto, el individuo humano no puede remitir su propia libertad/responsabilidad a ningún otro y, por eso mismo, la libertad, en su sentido antropológico, es algo que no es posible eliminar ni contradecir.

Pero el hombre en sí no puede librarse de las acciones pecaminosas de su naturaleza caída, las cuales lo dominan durante toda su existencia, sino va en busca de una liberación espiritual que sólo Cristo puede dar, por su obra perfecta en la cruz del calvario, donde derramó su preciosa sangre para redimir a los pecadores perdidos.

Sin embargo, en el orden espiritual, el hombre que está alejado de Dios y no le conoce, por su naturaleza caída, practica el pecado y por consiguiente su alma y espíritu están esclavizados por satanás.

El apóstol Pablo dice en  Gálatas 5:1: 5: “Estad, pues, firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres, y no volváis otra vez a ser presos en el yugo de servidumbre”.  “El que hace pecado, es del diablo, porque el diablo peca desde el principio. Para esto apareció el Hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo”, 1 Juan 3:6.

La libertad que disfrutamos en Cristo es muy diferente a las libertades externas que se exigen en la política,  la economía y los derechos humanos, “porque vosotros, hermanos, á libertad habéis sido llamados, solamente que no uséis la libertad como ocasión a la carne, sino servíos por amor los unos a los otros”,  Gálatas 5:13. “Como libres, y no como teniendo la libertad por cobertura de malicia, sino como siervos de Dios”. 1 Pedro 2:16. El cristiano, que ha recibido a Cristo como Señor y Salvador disfruta de la verdadera libertad. “Porque el Señor es el Espíritu, y donde hay el Espíritu del Señor, allí hay libertad”, 2 Corintios 3:17.

Al inicio de su ministerio terrenal Jesús, al referirse a la misión, por la cual fue enviado por Dios el Padre  a la tierra dijo: “El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón, a pregonar libertad a los cautivos y vista a los ciegos, a poner en libertad a los oprimidos, y a predicar el año agradable del Señor”, Lucas 4:18-19.

Y el apóstol  Santiago añade: “Mas el que hubiere mirado atentamente en la perfecta ley, que es la de la libertad, y perseverado en ella, no siendo oidor olvidadizo, sino hacedor de la obra, este tal será bienaventurado en su hecho”. Santiago 1:25.

En una obra de Hans Sachs, el filósofo griego Diógenes se refiere a Alejandro Magno, diciéndole: Vos sois el siervo de mis siervos. El filósofo ha conquistado al miedo, la lujuria, y la ira; Alejandro todavía sirve a estos maestros. A pesar de haber conquistado el mundo exterior, todavía no ha dominado el mundo interior. Este tipo de dominio no depende de nada ni nadie más que de nosotros mismos.

Ese mundo interior, a que se refiere, es el de la esclavitud del pecado, que impera en el hombre que no conoce a Dios y por eso en la cruz, el Hijo del Hombre, Jesucristo, clamó en alta voz, “Consumado es”, un grito de victoria que nos ha liberado de la esclavitud y  de la condenación del pecado, y nos abrió un camino nuevo y vivo hasta su misma presencia. Jesús dijo: “Yo soy  el Camino, la Verdad y la Vida; nadie viene al Padre sino por mí”, Juan 4:6.  Bendiciones.

Fuente:
La Biblia

Publicaciones relacionadas

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Botón volver arriba