Es increíble la cantidad de opciones que los seres humanos tienen en la actualidad para vivir una vida más cómoda o más divertida. ¡Nuestros abuelos no imaginaron jamás las formas de comunicación o recreación que cualquiera de nosotros disfruta o puede tener! Lo mismo sucede en materia de religión y necesidades espirituales. En todas partes se habla de espiritualidad y aparentemente se presentan muchas opciones para el enriquecimiento espiritual de las personas. Parece ser aceptado por todos el hecho de que los seres humanos tenemos necesidades espirituales, y que son tan vitales como las propias necesidades físicas.
La gran realidad es que hay muchas ofertas disponibles para todos los que quieran atender esas necesidades en su vida. Quisiera llamar la atención de mis lectores a una advertencia bíblica: Hay camino que al hombre le parece derecho, pero su fin es camino de muerte (Proverbios 14:12).
Unos viajeros iban hacia un campamento cristiano. Tomaron la carretera que bordeando la costa norte, en la cual pueden verse paisajes muy hermosos. Iban disfrutando de la naturaleza y alabando a Dios por la belleza de su creación cuando pasaron por un entronque por el que años antes solían tomar otra carretera que es la vía más corta hacia el campamento.
—Vamos a tomar por aquí, —dijo alguien, pensando que así llegarían más rápido.
Ignoraban que esa carretera estaba destruida y que en la actualidad es intransitable. El resultado fue que después que habían avanzado unos kilómetros con mucha dificultad, decidieron volver atrás y tomar de nuevo el camino anterior, que aunque aumenta el recorrido en unos kilómetros, es más seguro. Además es mucho más hermoso. Poco después estaban disfrutando de uno de los panoramas más admirables de Cuba, desde el puente de Bacunayagua, que es la estructura de concreto más alta del país. Allí la misma persona que sugirió tomar el otro camino, comentó:
—Verdaderamente el camino más corto no siempre es el mejor, ni tampoco el más disfrutable.
Esta conclusión se aplica a los caminos espirituales que hoy se ofrecen, incluso, dentro de algunas pretendidas iglesias cristianas. Algunos son atajos que prometen soluciones rápidas y milagrosas pero a la larga no conducen a un verdadero crecimiento espiritual. Obedecer fielmente las enseñanzas de la Biblia, dispuestos a tomar nuestra cruz siguiendo a Jesús es la única forma de crecer espiritualmente y llegar a ser lo que Dios quiere y desea de nosotros.
¡Dios les bendiga!