Hemos llegado casi al final del primer semestre de este año 2024 y estamos a pocas semanas de comenzar el último semestre de este año. Valdría la pena preguntarnos: ¿Cómo queremos terminar este año?
Posiblemente, debido a las situaciones que estamos viviendo, no sentimos que estamos en nuestras alturas, sino todo lo contrario. Quizás nos sentimos tristes, decepcionados, frustrados o desesperados porque las cosas no han salido como hubiéramos querido.
Es importante comprender que la palabra de Dios declara que el anhelo del Señor para nosotros es que nuestra vida esté en las alturas. Por eso, el Señor nos compara con las ciervas que pueden escalar montañas casi imposibles de escalar por los seres humanos (Isaías 40:29-31) Él da esfuerzo al cansado, y multiplica las fuerzas al que no tiene ninguna. Pero los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán.
Dios no quiere que vivamos solo recordando y anhelando nuestras “viejas alturas”, es decir, nuestras victorias pasadas y nuestros buenos tiempos del ayer, porque eso solo nos llenará de tristeza o de frustración. Afortunadamente, Él puede transformar para bien nuestro hoy y nuestro mañana. (Isaías 43:18-19) No os acordéis de las cosas pasadas, ni traigáis a memoria las cosas antiguas. He aquí que yo hago cosa nueva; pronto saldrá a luz; ¿no la conoceréis? Otra vez abriré camino en el desierto, y ríos en la soledad.
¿Cómo podemos prepararnos para ir a nuevas alturas? ¿Qué necesitamos? La respuesta se puede resumir en tres palabras: ENFÓCATE, DESPÓJATE y HUMÍLLATE.
I. ENFÓCATE
(Colosenses 3:1-2) Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra.»
Para ir hacia nuevas alturas, necesitamos cambiar el enfoque actual de nuestra vida. Debemos buscar las cosas de arriba, no podemos enfocarnos solo en lo terrenal como placeres, diversión, estudios, dinero y negocios. Como hijos de Dios, debemos buscar lo espiritual: la voluntad de Dios, su iglesia y su palabra.
Elevar nuestra mirada por sobre las murmuraciones y envidias, no debemos dejarnos desanimar por las circunstancias, problemas o dificultades, sino enfocarnos en el poder y amor de nuestro Dios.
II. DESPÓJATE
(Efesios 4:22) En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos.
Muchas veces cargamos un peso que no nos permite ir hacia nuevas alturas, que nos mantiene atados a nuestro pasado y no nos deja salir del fracaso. Esto que no nos permite avanzar es el «viejo hombre», qué significa todo aquello que nos enreda en el pecado. Cuando estamos enredados en el pecado, no podemos ir a donde nuestro Padre Celestial nos quiere llevar.
Este «viejo hombre» representa vicios, amistades que no agradan a Dios, rencores, adulterios y adicciones. Podemos despojarnos de él porque si estamos en Cristo, somos nuevas criaturas.
«De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.» (2 Corintios 5:17)
III. HUMÍLLATE
(Job 5:11) El pone en alto a los humildes, y a los enlutados levanta la seguridad.
Para ir a nuevas alturas, necesitamos humillarnos delante de Dios. Humillarnos significa reconocer nuestra necesidad de Él, reconocer que solos no podemos transformar nuestra vida y que para triunfar y alcanzar nuevas alturas, no se trata de suerte, amistades, experiencia ni conocimiento, sino de la poderosa mano de nuestro Dios sobre nosotros.
«Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él os exalte cuando fuera tiempo.» (1 Pedro 5:6)
CONCLUSIÓN
Es necesario que nos ENFOQUEMOS, nos DESPOJEMOS y nos HUMILLEMOS, pero lo más importante es no esperar más. Debemos hacerlo hoy, para que podamos finalizar el año en nuevas alturas por medio del poder de nuestro Dios.