Esos momentos en que Dios me cambia los planes y me pide REPOSO Y SOLAZ me hacen sentir una gran cercanía con Él, porque ministra mi corazón el saber que me quiere en el LUGAR SECRETO con El y que está guiando todos los aspectos de mi vida, de la misma manera en que guio la vida de Cristo desde su nacimiento hasta el día de su muerte y resurrección.
Fue la rendición y la obediencia lo que llevó a Jesús a una gloria mayor. Muchas veces, nosotros, como hijos de Dios, debemos aprender a depender completamente de Él, a estar quietos y conocer que Él es Dios. (Salmos 46:10)
Comprender y experimentar el reposo de Dios son dos cosas diferentes. Muchos intentamos descansar y realizar varias actividades que interpretamos como reposo, pero a veces todavía no reposamos. Nuestro cuerpo físico tal vez esté descansando, pero nuestra mente y espíritu están inquietos. El verdadero reposo en Dios no depende de las circunstancias externas.
Es poder entrar en la Presencia de Dios a pesar de las batallas y problemas que enfrentamos y encontrar un refrigerio en Él. Esto no es automático, necesita una abundante dosis de la gracia de Dios y también disciplina de nuestra parte. Debemos aprender a callar todas las otras voces que gritan por nuestra atención durante estos tiempos.
Estar en el reposo de Dios no es necesariamente reposar de la actividad física, sino reposar en confianza en medio de todas las cosas que vienen en la vida. Es un descanso del alma donde la mente, la voluntad y las emociones están en paz. Lo que significa estar en Su reposo, calmados, relajados, mientras Él trabaja.
Nuestra alma anhela ese descanso emocional completo que solo llega cuando estamos donde sentimos que podemos ser totalmente nosotros mismos.
El Señor está llevando a muchos de nosotros a través del reposo a una nueva dimensión de gracia y favor que vendrá con todo el peso de Su gloria, y revelará no solo las nuevas órdenes para nuevas asignaciones, sino quiénes somos en Cristo y quién es El en nuestras vidas.
¡El reposo es una gran parte del Reino de Dios, porque nos permite rebobinar, pensar, respirar y recuperarnos antes de continuar con lo que sea que Dios esté haciendo en nuestras vidas!
“Amados Míos, no se distraigan con tantas cosas que tienen lugar en medio de ustedes. Son Mis hijos, y Yo los amo más allá de las palabras. Vengan y entréguenme todo. Entreguenme su dolor y Yo lo convertiré en alegría.
Entréguenme su sequedad y Yo la convertiré en un río. Entréguenme sus fracasos y Yo los convertiré en victorias. Entréguenme sus temores y los reemplazaré con Mi fuerza. Entréguenme su cuerpo cansado y Yo refrescaré su alma. Vengan y no se contengan más. Anhelo quitarles el yugo que está sobre su hombro. Deseo tomar sus cargas. Vengan y descansen en Mi”.
“Vengan y disfruten un momento tranquilo Conmigo, dice el Señor. Apaguen todo el ruido externo y disfruten de una dulce comunión Conmigo. Solo siéntense en Mi presencia y experimentarán Mis suaves brazos rodeándolos.
Conozco cada situación que enfrentan, y la tengo cubierta. Cuidaré de ustedes y los tranquilizaré mientras reposan en Mi presencia. Disfrutarán de la gran calma que Yo tengo para ustedes. Permitan que Mi paz llene su mente y su corazón. Pues todo estará bien mientras Yo los refresco.
Tranquilícense y renueven sus fuerzas, calmen sus temores mientras descansan en Mí, dice el Señor”.
Hebreos 4:10-11 Pues el que ha entrado a su reposo, él mismo ha reposado de sus obras, como Dios reposó de las suyas. Por tanto, esforcémonos por entrar en ese reposo, no sea que alguno caiga siguiendo el mismo ejemplo de desobediencia.