
“Entonces Jesús dijo a sus discípulos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame. Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, la hallará.” MATEO 16-24-25
El Señor está haciendo sonar el llamado de la humildad. Negarse a uno mismo no es un acto de debilidad, sino de verdadera fortaleza espiritual: es reconocer que no somos dueños de nuestra vida, sino que pertenecemos a Cristo. La cruz no es un adorno, es el símbolo de rendición y obediencia.
En un mundo que exalta el yo y busca preservar su propia gloria, Jesús nos invita a perderla para ganar lo eterno. Que resuene en lo profundo de nuestro corazón el sonido de la humildad, porque solo allí aprendemos a seguirle de verdad.
Oración:
Señor Jesús, enséñanos a negarnos a nosotros mismos y a caminar en humildad cada día. Que el sonido de Tu llamado resuene en nuestra alma y nos conduzca a vivir para Ti, con fidelidad y entrega. En el nombre de Jesús. Amén.