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El rescate de tu vida

La escasez circunstancial es parte de los ciclos de la vida. Todos vamos a tener estos momentos de escasez. Las circunstancias cambian, ya sea por nuestras decisiones, por las de otro, o porque simplemente cambian, y llega escasez. Pero la pobreza como tal, tiene que ver con el espíritu, con la mente, con nuestras decisiones, con nuestro conocimiento.

Una persona que vive en presunción es una persona que, de manera alocada, toma decisiones hoy, asumiendo que en el futuro todo va a estar bien, no por fe, sino irresponsablemente.

“No te jactes del día de mañana; Porque no sabes qué dará de sí el día.” Proverbios 27:1

No pienses que mañana vas a tener la misma fuerza que tienes hoy, la misma gente, las mismas conexiones. El problema es que muchos planifican sus vidas, asumiendo que todos los factores van a permanecer constantes; es así que cometen el error de tomar deudas. Tomamos una deuda bajo presunción, pensando que la vamos a pagar en el futuro, basado en los recursos o factores con los que contamos hoy. Tienes hoy tal trabajo, recibes cierta cantidad de dinero, y piensas que por los próximos treinta años va a ser igual. Pero sabemos que no necesariamente es así; las cosas cambian, y en estos tiempos vivimos a velocidades impresionantes; por lo que no debemos asumir que los factores van a permanecer constantes. Lo único constante con lo que tú puedes contar hoy y siempre, es Dios. Las deudas no se toman por fe; te dan un préstamo basado en los factores presentes, que no son constantes en tu vida.

“13 ¡Vamos ahora! los que decís: Hoy y mañana iremos a tal ciudad, y estaremos allá un año, y traficaremos, y ganaremos; 14 cuando no sabéis lo que será mañana. Porque ¿qué es vuestra vida? Ciertamente es neblina que se aparece por un poco de tiempo, y luego se desvanece. 15 En lugar de lo cual deberíais decir: Si el Señor quiere, viviremos y haremos esto o aquello.” Santiago 4:13-15

No cometas el error de asumir que los factores que tienes hoy son constantes por el resto de tus días; ten cuidado, no presumas de eso. Quizás algún día tuviste esa idea, y hoy experimentas un tiempo de pobreza, escasez y tristeza, porque habías hecho planes con gente que, por la razón que sea, ya hoy no están. Por eso es que tienes que aprender a depender única y exclusivamente del Dios Todopoderoso. No es que no pienses que todo va a estar bien, es que no tomes decisiones basadas en factores que tienes hoy, pero que tú sabes que no son constantes, consistentes; porque eso sería presunción; estarías cometiendo un grave error y, eventualmente, llegaría la pobreza a su vida.

Una de las peores cosas que muchos cristianos hacen es prestarse para ser codeudor o fiador. Decide hoy que tú no le das tu firma a nadie para un préstamo. No seas fiador de nadie. Cuando tú comprometes tu palabra de esta manera, tú no sabes cuántas cosas van a cambiar en la vida de esa persona, que eventualmente afectarán el compromiso que esa persona está haciendo para el cual tú estás fiando. Si tú lo vas a hacer, tienes que estar listo para cumplir con ese compromiso. El día que tú pongas tu firma, tú tienes que estar consciente que, si esa persona no paga, tú vas a tener que pagar; tienes que asegurarte que tus decisiones financieras no se vean afectadas por las decisiones de otros.

“6 Instruye al niño en su camino, Y aun cuando fuere viejo no se apartará de él. 7 El rico se enseñorea de los pobres, y el que toma prestado es siervo del que presta.” Proverbios 22:6-7

Tan pronto tú prestas tu firma, estás firmando tu sentencia, haciéndote esclavo de esa deuda. Hoy, muchos están resentidos con otros; tomaste la decisión de darle tu firma a alguien, y ahora esa persona te quedó mal. O quizás prestaste dinero a alguien, y te han quedado mal. Tienes que tener cuidado. No des tu firma; no pongas tu firma en ningún lugar, a no ser que estés dispuesto a responder cuando las cosas cambien.

La pobreza llega, además, por no aceptar consejo de gente sabía. Quien no acepta consejos en su vida, nunca prospera. 

“8 El rescate de la vida del hombre está en sus riquezas; Pero el pobre no oye censuras.” Proverbios 13:8

El pobre no oye advertencias, consejos; o los oye de personas que están peor que él. Hay quienes critican a los que prosperan, a los que progresan, en vez de acercarse y escuchar consejo de cómo lo hicieron; pero entonces, prestan atención a otros que no han tenido resultados positivos, terminando en el mismo lugar de fracaso. Aprende a buscar consejo, a asesorarte, a preguntar a la persona correcta por su opinión, gente que tú sabes que está teniendo resultado. Busca y sigue consejo, y permite que tu vida sea dirigida.

No vivas en presunción, no seas codeudor de nadie, y aprende a buscar consejo; no rechaces el consejo de las personas indicadas.

Fuente:
pastor Otoniel Font | Puerto Rico

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