Saldrá una vara del tronco de Isaí, y un vástago retoño de sus raíces. Isaías 11-1
A veces, lo que parecía seco, quebrado o cortado hasta la raíz, es justo el lugar donde Dios decide hacer nacer Su renuevo. No hay historia demasiado arruinada, ni tierra demasiado dura para que Él haga brotar vida nueva.
Isaías nos habla de una promesa que surgió de lo impensable: un tronco, símbolo de lo que quedó del linaje de David, aparentemente sin gloria, sin fruto. Pero de ese mismo lugar sin hojas, sin belleza, sin esperanza, brotó Jesús, el Renuevo glorioso, la esperanza del mundo.
Y así obra también en nosotros. Cuando todo parece acabado, Él empieza, Donde el dolor marcó tu historia, Él planta propósito. De lo quebrado, Él hace renuevo. De la raíz herida, levanta fruto eterno..
Dios no cancela lo que fue herido; transforma lo que fue dañado. Él no descarta, restaura. Porque la gracia no necesita condiciones ideales, solo corazones disponibles.
Hoy, no mires tus cicatrices como señales de derrota, sino como lugares donde Dios puede hacer algo nuevo.
Donde el hombre ve un tronco seco, Dios ve un renuevo en camino.