Hay varios aspectos muy importantes acerca de la fe, que te ayudan a sobrepasar tus pensamientos. Lo primero es que el hecho de tener problemas no quiere decir que no tienes fe. De las peores cosas que le dice la iglesia a la gente es que lo que están pasando es por falta de fe. No es así, y es importante que tú venzas eso, porque las circunstancias y dificultades de tu vida no demuestran que tú no tienes fe, pero es la fe que tienes la que te ayuda a salir de tus circunstancias. Si tú piensas que tienes circunstancias y dificultades porque no tienes fe, acabas de anular el único factor que te puede sacar de las circunstancias que estás viviendo. La religión y la iglesia te han hecho creer que no tienes fe. Cuando vino el huracán, hubo quienes decían que no oramos lo suficiente. Pero la realidad es que se fue el edificio, y ante eso, lo único que nos queda es la fe. Porque las circunstancias no dicen cuánta fe tú tienes, pero tu fe es la que te da la seguridad de que tú puedes salir victorioso de cada circunstancia.
Dos cosas nivelan el juego para todos nosotros: El dolor y los problemas. Ambos son iguales para todo el mundo. Móntate en un avión en primera clase, y si ese avión se cae, se muere el de primera clase y el de coach. Los problemas nos nivelan. El cáncer no discrimina entre niño o adulto, entre rico y pobre. Si algo pone a todos en el mismo nivel es la experiencia del dolor. Los problemas nos igualan a todos. Pedro decía:
“8 Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar; 9 al cual resistid firmes en la fe, sabiendo que los mismos padecimientos se van cumpliendo en vuestros hermanos en todo el mundo.” 1 Pedro 5:8-9
Los problemas que tú tienes están en todo el mundo.
Lo segundo que nos equilibra a todos es la fe. Si los problemas nos equilibran, la fe nos pone a todos también en el mismo nivel. Otro puede tener mejor talento que tú, pero si ese otro no tiene fe, y tú sí, dice la Biblia que la carrera no es para el más rápido, sino para el que crea. Tampoco la carrera es para el más sabio; si tienes sabiduría, gloria a Dios, pero tú fe sobrepasa la sabiduría que puedas tener. Tu fe nivela la carrera.
“3 Digo, pues, por la gracia que me es dada, a cada cual que está entre vosotros, que no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener, sino que piense de sí con cordura, conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada uno.” Romanos 12:3
Todos tenemos fe, todos tenemos un nivel de fe, y si algo nivela el juego en esta tierra es la fe; la pregunta es si la ejercitas. Los problemas nos hacen sentir iguales, pero la fe también nos lleva a nuevos niveles. Alguien puede tener un doctorado, y tendrá unas ventajas en el mundo natural, ciertas puertas se le pueden abrir, pero hay unas puertas que solo se pueden abrir con la fe y la gracia de Dios sobre tu vida, y no necesitas todas las otras cosas.
La fe no es producto de tu mente. Tu mente produce pensamientos positivos, pero no fe; la fe es un don, un regalo que Dios te da. Si Dios no te da la fe, si no pone ese regalo en ti, nunca puedes creer. Tú no puedes creer ni por salvación, si Él no te da la fe para tú creer que eres salvo. No hay tal cosa. La fe es un regalo de Dios. Cuando miras toda la Biblia, a través del Nuevo Testamento, encuentras versos al respecto.
“Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, 2 puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe…” Hebreos 12:1-2a
Él es el comienzo de tu fe, y Él es el que termina tu fe.
“8 Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; 9 no por obras, para que nadie se gloríe.” Efesios 2:8-9
No podemos comparar un pensamiento positivo que cree la mente, con la fe en Dios, que solo Dios la pone, la inspira y la activa dentro de ti. Es un regalo que Dios te ha dado.
Si hoy tú proclamas tener fe, tienes que dar gracias a Dios que eres de los elegidos para este tiempo, eres de la gente privilegiada que ha recibido el regalo de la fe que solo proviene de Dios porque tu mente no podía producir la fe que tú tienes hoy. Antes tenías pensamientos positivos, una buena actitud, pero aún con tu positivismo, no podías creer lo que hoy puedes creer, porque lo que hoy puedes creer no es producto de tus pensamientos, de una idea, sino del Dios al que tú has conocido que ha provocado esta fe en tu vida. Ese es uno de los regalos más grandes.
Entiende que tu fe no ha hecho que no tengas circunstancias, sino que a pesar de las circunstancias, es la fe que Dios te dio la que te va a sacar del problema que tú estás teniendo. La fe que tienes es un regalo de Dios.
Pastor Otoniel Font