Muchos, aún siendo cristianos, estamos muy alejados de la cruz de Cristo, decimos que somos cristianos, pero la verdad, es que estamos muy apartados de las cosas de Dios. Muchas veces estamos tan fríos que no nos emociona escuchar su Palabra, no oramos, no leemos la Biblia, no nos congregamos, Cristo ha pasado a ser algo del segundo plano, ya no es nuestra prioridad alabarlo, adorarlo, etc. Por esta razón andamos por la vida confundidos, desalentados, sintiéndonos fracasados, sin gozo, muchas veces, desesperados, porque nuestra vida cristiana se ha enfriado, ya no le hallamos sabor a las cosas de Dios. Podemos decir “Cuando el amor se va” o “Re enamorándonos de Jesús – El Primer amor.
Una vez yo hice un juramento de no volverle hablar nunca más a mi padre, porque sentí en mi corazón que él nunca me había querido, que nunca le había importado mi vida, para empezar conoció como su hijo hasta la edad de 14 años. Yo sabía que en el fondo de su corazón el no sentía nada por mí, yo sí me había llegado a encariña con él, pero a él realmente no le importaba mi vida. Así que hice un juramento, que aunque si me estuviera muriendo de hambre, yo nunca lo iba buscar. Y así pasaron 18 años, hasta que un día, yo había recibido a Cristo como mi Salvador personal, pero no podía creer en ese Dios tan lleno de amor. Pasé un largo año congregándome y en profundo sufrimiento, leí la Biblia completamente, pero Dios no estaba dentro de mí, no la podía entender.
Así que una noche le pedía ese Dios desconocido por medio de una oración que me mostrará que sí existía me lo mostrara. Cuál va ser mi sorpresa cuando Dios me dice a los 10 minutos, tienes que hablarle a tu papá, yo dije para mí: ¿yo hablarle a mi papá? Y dije eso es imposible, porque no puedo romper mi juramento. A partir de ese momento comenzó mi lucha porque Dios me estaba pidiendo que hubiera una reconciliación con mi Padre y yo me estaba resistiendo a aceptar la voluntad de Dios. Después de cinco horas de lucha interna, Dios pudo más que yo, y le hablé a mi papá. Ese día yo comprendí que si existía ese Dios tan lleno de amor, y que en su soberana voluntad yo me tenía que rendirá Él, y aceptara su hijo como mi Señor, como mi Salvador personal. Yo había perdido todo el amor de mi Padre y así pasa cuando nosotros nos hemos alejados de Dios, y hemos perdido nuestro amor por Él.
Pero tengo contra ti que has dejado tu primer amor
Apocalipsis 2:4: Pero tengo contra ti, que has dejado tu PRIMER AMOR.
Pero ¿Cuando nos enamoramos la primera vez?
Cuando recibimos a Cristo como nuestro Señor y Salvador personal, (cuando nacemos de nuevo) sucede un milagro que yo no lo puedo explicar, cuando yo recibía Cristo como mi Salvador personal al día siguiente de haber hecho las paces con mi papá, mi vida dio un cambio radical, de repente sentí el deseo de empezar a leer la Biblia de nuevo, y al contrario que la primera vez si la empecé a da a comprender, y hallaba que era el libro más claro del mundo para mí, me llegue a enamorar tanto de Dios que pasaba leyendo la Biblia hasta siete horas al día, y congregándome todos los días en iglesia. A esto es lo que le llamamos nuestro primer amor, cuando nuestro corazón ya no se siente bien si no estamos ante la presencia de Dios. Esto es una cosa milagrosa, es algo espiritual, se da cuando lo recibimos, cuando somos sellados con su Santo Espíritu y desde ese momento comienzan a suceder los milagros, empezamos a ser transformados para convertirnos en una nueva criatura.
Como lo dice Pablo en Romanos:
Romanos 5:5: “y la esperanza no avergüenza; porque el AMOR de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado”.
SI EL AMOR DE DIOS HA SIDO DERRAMADO EN NUESTROS CORAZONES. ESTE ES EL PRIMER AMOR, empezamos a vivir una vida diferente, nos empieza a agradar las cosas de Dios. Nos nace el deseo de conocer más de Él, nos empezamos a congregar y nuestra fe comienza a crecer. Pero lo más importante, es que al momento de nacer de nuevo, somos santificados (apartados para Dios) y somos sellados por el Espíritu Santo.
Nuestra fe empieza a crecer. Pero vale la pena decir que en el momento de que recibimos a Cristo Jesús como nuestro Salvador personal, no es por nuestros méritos, es por su misericordia, por su pura gracia, porque Él ya nos había elegido desde antes de la fundación del mundo.
Somos salvos por gracia.
Efesios 2:8-9 “Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe”
La fe que nosotros tenemos al momento de recibir a Jesús, no es nuestra, sino que como dice Efesios 2:8 es un Don De Dios. Y también dice en que no es por obras para que nadie se gloríe. Así que amigos y hermanos, el mérito todo es de Dios.
Después viene la otra parte, cuando ya empezamos a caminar en las cosas de Dios. Pasamos a la siguiente a etapa que es la santificación progresiva, y para esto es necesario que nos convrtamos, que leamos la Biblia y que oremos. Como lo dice Pablo en la carta los Romanos: Así que LA FE es POR EL OÍR, Y EL OÍR, POR LA palabra DE DIOS).
Como vemos nosotros no hemos hecho nada para poder recibir este inmenso regalo de la salvación, pues, todo es obra de Dios. Lo único que nosotros ponemos a la hora de nuestra salvación son nuestros pecados, Dios se ha encargado de todo. El nos eligió desde antes de la fundación del mundo.
Romanos 8:29-30 “Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos. Y a los que predestinó, a éstos también llamó; y a los que llamó, a éstos también justificó; y a los que justificó, a éstos también glorificó”.
Esto es llamado Ordo Salutis, o sea el orden de la salvación, todo esto lo hizo Dios por el solo afecto de su gracia como lo vimos en Efesios 2:8-9.
Gracias significa: recibir algo inmerecido, porque así como nos encontrábamos nosotros muertos en nuestros delitos y pecados, lo único que nos correspondía era la condenación eterna.
Romanos 5:8: “Mas Dios muestra su AMOR para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.”
Pero Cristo nos llama a vivir enamorados de El todo el tiempo.
Juan 15:9-12: “Como el Padre me ha amado, así también yo os he amado; permaneced en mi AMOR. Si guardareis mis mandamientos, permaneceréis en mi AMOR; así como yo he guardado los mandamientos de mi Padre, y permanezco en su AMOR. Estas cosas os he hablado, para que mi gozo esté en vosotros, y vuestro gozo sea cumplido. Este es mi mandamiento: Que os améis unos a otros, como yo os he amado.”
Jesús desea que seamos felices, que estemos gozosos todo el tiempo, no sólo que vivamos el primer amor, si no que permanezcamos unidos a la cruz de Cristo, sabiendo que sólo en Él vamos a encontrar gozo y paz para nuestras almas. Esto quiere decir, para que nuestro gozo sea cumplido, solo hay una manera de vivir y esta es: TENER SIEMPRE A CRISTO EN NUESTROS CORAZONES.
Juan 17:26: “Y les he dado a conocer tu nombre, y lo daré a conocer aún, para que el AMOR con que me has amado, esté en ellos, y yo en ellos.”
Cristo está pendiente de nosotros todo el tiempo, El dice que nos dará a conocer a Dios para que vivamos en su amor. Y no solo eso, sino que también le ruega al Padre por los que habrán de creer en Él como su Señor. Esta es una de las partes más sublime de las Escrituras, cuando Jesús intercede por nosotros ante el padre aún por los que todavía no lo han recibido:
Juan 17:20-25 “Mas no ruego solamente por éstos, sino también por los que han de creer en mí por la palabra de ellos, para que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste. La gloria que me diste, yo les he dado, para que sean uno, así como nosotros somos uno. Yo en ellos, y tú en mí, para que sean perfectos en unidad, para que el mundo conozca que tú me enviaste, y que los has amado a ellos como también a mí me has amado. Padre, aquellos que me has dado, quiero que donde yo estoy, también ellos estén conmigo, para que vean mi gloria que me has dado; porque me has amado desde antes de la fundación del mundo. Padre justo, el mundo no te ha conocido, pero yo te he conocido, y éstos han conocido que tú me enviaste.”
Como conclusión, ¿por qué hemos perdido el primer amor? Si Cristo nunca ha dejado de amar. El siempre nos ama con un amor infinito El quiere que vivamos eternamente enamorados de Él, como lo dice Pablo:
Romanos 8:35: ¿Quién nos separará del AMOR de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada?
Pablo nos está diciendo en esta cita que nada nos debe separar del amor de Cristo, que no importa el problema que venga nuestras vidas. Que nada nos debe separar de su amor
Romanos 8:36-39 Como está escrito: Por causa de ti somos muertos todo el tiempo; Somos contados como ovejas de matadero. Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro.
Que debemos de estar dispuestos a entregar nuestras vidas por el amor a Cristo, porque es sólo con Él somos más que vencedores, que no importa lo que venga que nada nos separar del amor de Dios que es en Cristo Jesús Señor nuestro. Gloria a Dios por su por su bella palabra que nos ha revelado para que sepamos que es sólo en el tenemos vida y vida en abundancia.
Si usted siente que Dios le ha hablado y siente gozo en su corazón con su Palabra, póngala en acción, pásela a sus seres queridos, pero especialmente compártala con los que no la conocen.
Si usted no ha tenido el privilegio de recibir a Cristo como su Señor, este es el momento de que lo haga, solo invítelo a entrar en su corazón, dígale que lo recibe como su salvador personal, que se arrepiente de todos sus pecados y que desde este momento Él será el Señor de su vida.