La palabra de Dios es clara: Toda persona que comete adulterio, tanto hombres como mujeres, es alguien falto de entendimiento, ¿Por qué nos dice eso la palabra del Señor? porque el adulterio es una mentira, es un engaño del enemigo para destruir las más valiosas bendiciones de Dios en nuestra vida: Nuestro matrimonio, nuestra familia, nuestro testimonio, nuestros ministerios y nuestra relación con Dios.
Es por eso que para poder enfrentar las mentiras del enemigo necesitamos LAS VERDADES DE DIOS, y esas verdades nos permiten mantenernos libres de los engaños del enemigo y también nos ayudan a poder ser libres cuando estamos enredados en esas mentiras diabolicas.
Este dia vamos a reflexionar en la palabra del Señor sobre CUATRO VERDADES SOBRE EL ADULTERIO, son cuatro verdades que nos deben hacer reflexionar, reaccionar y motivar para hacer cambios en nuestra vida.
VEAMOS CUALES SON ESAS VERDADES:
I) PRIMERA VERDAD: LO BARATO TE ESTÁ SALIENDO MUY CARO
(PROVERBIOS 6:32-35) Mas el que comete adulterio es falto de entendimiento; Corrompe su alma el que tal hace. 33 Heridas y vergüenza hallará, Y su afrenta nunca será borrada. 34 Porque los celos son el furor del hombre, Y no perdonará en el día de la venganza. 35 No aceptará ningún rescate, Ni querrá perdonar, aunque multipliques los dones.
Si alguien nos dijera que por un perfume de imitación ha pagado más de cien dólares ¿que diríamos? seguramente le diríamos que lo estafaron, que lo engañaron, que ha pagado un precio muy alto por algo que no vale tanto.
Eso es lo que el enemigo hace, nos ofrece algo sin valor, como una relación de adulterio, pero el precio que pagaremos por eso será altísimo.
Tenemos que comprender que nuestro matrimonio es verdaderamente algo valioso ante los ojos de Dios, y tiene que ser muy valioso también para nosotros y no debemos dañarlo ni cambiarlo por una mentira del enemigo (Proverbios 18:22) El que halla esposa halla el bien, Y alcanza la benevolencia de Jehová.
Si estás enredado en una relación de adulterio tienes que reconocer lo caro que te está saliendo, es decir, lo que estás perdiendo en tu vida: La confianza de tu cónyuge, la paz de tu matrimonio, la salud mental y emocional de tu cónyuge, el plan de Dios para tu familia, el respaldo de Dios sobre tu vida.
Estás cometiendo el mismo error de Esaú, estas cambiando la bendición de Dios por algo que no tiene valor, por el plato de lentejas que te ofrece el enemigo.
II) SEGUNDA VERDAD: SER AMANTE SIGNIFICA SER UN INSTRUMENTO DE SATANÁS
(OSEAS 2:7) Seguirá a sus amantes, y no los alcanzará; los buscará, y no los hallará. Entonces dirá: Iré y me volveré a mi primer marido; porque mejor me iba entonces que ahora.
Tenemos que tener claro que toda persona que acepta ser amante, es decir, que acepta ser “la otra” o “el otro” sabe perfectamente cuál es su papel en ese juego diabólico llamado adulterio.
La persona que accede a ser el amante o la amante de alguien sabe que será cómplice de la destrucción de un matrimonio, de uva vida, que dañara y causara heridas profundas en el corazón de una mujer o de un hombre que no le ha hecho absolutamente nada y que no merece ser dañado o destruido de esa manera.
Como lo podemos leer en el versículo que hemos leído, satanás usa a esas personas “amantes” para alejar a los esposos y esposas y destruir el hogar.
Hay mujeres y hombres que viven con el mismo comportamiento de satanás “Anda como león rugiente buscando aquien devorar”, son personas que sus palabras, sus actitudes, sus insinuaciones tienen un solo objetivo: CONQUISTAR Y ENREDAR EN PECADO (Proverbios 7:10-18) Cuando he aquí, una mujer le sale al encuentro, Con atavío de ramera y astuta de corazón. 11 Alborotadora y rencillosa, Sus pies no pueden estar en casa; 12 Unas veces está en la calle, otras veces en las plazas, Acechando por todas las esquinas. 13 Se asió de él, y le besó. Con semblante descarado le dijo: 14 Sacrificios de paz había prometido, Hoy he pagado mis votos; 15 Por tanto, he salido a encontrarte, Buscando diligentemente tu rostro, y te he hallado. 16 He adornado mi cama con colchas Recamadas con cordoncillo de Egipto; 17 He perfumado mi cámara Con mirra, áloes y canela. 18 Ven, embriaguémonos de amores hasta la mañana; Alegrémonos en amores.
Pero tenemos que tener muy claro lo que nuestro Señor Jesucristo declaró en el evangelio: (Mateo 18:7) ¡Ay del mundo por los tropiezos!, porque es necesario que vengan tropiezos, pero ¡ay de aquel hombre por quien viene el tropiezo!.
III) TERCERA VERDAD: NO HAY EXCUSA PARA ENREDARSE EN ADULTERIO Y FORNICACIÓN
(PROVERBIOS 7:18-21) Ven, embriaguémonos de amores hasta la mañana; Alegrémonos en amores. 19 Porque el marido no está en casa; Se ha ido a un largo viaje. 20 La bolsa de dinero llevó en su mano; El día señalado volverá a su casa. 21 Lo rindió con la suavidad de sus muchas palabras, Le obligó con la zalamería de sus labios.
En esta historia de adulterio o infidelidad algunos podrían afirmar que hay un motivo, que hay una excusa válida: (Vs 19) Porque el marido no está en casa; Se ha ido a un largo viaje. Es decir, una mujer sola, abandonada y necesitada de afecto.
Pero no es verdad, en realidad para el pecado no hay una excusa, no hay una excusa válida para vivir enredado en adulterio o para vivir siempre “Buscando a quien devorar”
La palabra de Dios nos enseña una verdad muy importante (Proverbios 6:29-33) Así es el que se llega a la mujer de su prójimo; No quedará impune ninguno que la tocare. 30 No tienen en poco al ladrón si hurta Para saciar su apetito cuando tiene hambre; 31 Pero si es sorprendido, pagará siete veces; Entregará todo el haber de su casa. 32 Mas el que comete adulterio es falto de entendimiento; Corrompe su alma el que tal hace. 33 Heridas y vergüenza hallará, Y su afrenta nunca será borrada.
Estos versículos nos dicen que aunque el ladrón robe por hambre, siempre será castigado, es decir, la necesidad, el hambre, no es una excusa para ser ladrón, y tampoco el tener problemas de intimidad conyugal es una excusa para enredarse con alguien en adulterio o vivir siempre “buscando a quien devorar”
IV) CUARTA VERDAD: EL QUE VIVE ENREDADO EN ADULTERIO Y FORNICACIÓN NECESITA NACER DE NUEVO
(1 Juan 3:9) Todo aquel que es nacido de Dios, no practica el pecado, porque la simiente de Dios permanece en él; y no puede pecar, porque es nacido de Dios.
En las iglesias podemos encontrar personas que alguna vez cayeron en adulterio, tropezaron y cayeron, pero se han arrepentido, han cambiado sus caminos, han cortado toda relación, han roto todo contacto con la persona involucrada, y han vuelto su corazón al Señor, a su cónyuge y a su familia, se puede ver en ellos dos actitudes muy importantes: ARREPENTIMIENTO Y CONVERSIÓN (Hechos 3:19) Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados; para que vengan de la presencia del Señor tiempos de refrigerio,
Pero lastimosamente hay otras personas, hombres y mujeres, que viven PRACTICANDO EL PECADO, viven en adulterio, ese es su estilo de vida (Proverbios 7:12-15) Unas veces está en la calle, otras veces en las plazas, Acechando por todas las esquinas. 13 Se asió de él, y le besó. Con semblante descarado le dijo: 14 Sacrificios de paz había prometido, Hoy he pagado mis votos; 15 Por tanto, he salido a encontrarte, Buscando diligentemente tu rostro, y te he hallado.
Son personas que a pesar de tener su esposa o su esposo, siempre están buscando una oportunidad para pecar, una oportunidad para conocer a alguien, una oportunidad para invitar a alguien, y usan todos los medios que estén a su alcance, y principalmente las redes sociales y aplicaciones de mensajería.
Para esas personas el Señor tiene un mensaje muy importante, son las palabras que el Señor Jesús le dijo a Nicodemo :TE ES NECESARIO NACER DE NUEVO (Juan 3:7) No te maravilles de que te dije: Os es necesario nacer de nuevo.
CONCLUSIÓN .El adulterio es una trampa destructiva que el enemigo utiliza para corromper el alma, dañar matrimonios y arruinar el testimonio de los creyentes. Este pecado, aunque atractivo en apariencia, trae consecuencias devastadoras: heridas, vergüenza y una separación profunda de Dios. No hay excusa válida para caer en él, y aquellos que lo practican necesitan arrepentirse y nacer de nuevo en Cristo.