
Hemos visto dos cosas interesantes en esa nueva etapa de unción en la vida de David. Número uno: cuando Dios se está moviendo en tu vida vas a experimentar las críticas y las malas interpretaciones de parte de aquéllos que no tienen la unción de Dios en su vida.
Número dos: cuando Dios se está moviendo en tu vida no establezcas yugos desiguales pensando y analizando las cosas desde una perspectiva meramente racional o cultural, o de conveniencia, sino asegúrate que sean las armas de Dios, la metodología de Dios, la forma escandalosa en que a veces Dios se mueve para moverse en la vida de Sus siervos que tú estes usando para llevar a cabo los propósitos de Dios en tu vida.
Quiero mencionar ahora una tercera cosa importante que debemos tener en cuenta. Se trata del uso de la Palabra profética y de la confesión positiva cuando estamos moviéndonos en el Poder del Espíritu Santo. Hay un momento en que se nos presenta ya a David frente a Goliat y vemos la acusación, y la burla de parte de este gran gigante y guerrero que al ver las armas débiles y ridículas que David está empleando le dice: «¿Seré yo algún perro para que tú vengas ante mí con piedras?»
Y vemos aquí algo interesante, y es la forma en que David reacciona ante esta palabra intimidante de esta presencia demoníaca que es Goliat. Primero de Samuel capítulo 17 en el versículo 45 dice: «Tú vienes a mí con espada, lanza y jabalina, mas yo vengo a ti en el Nombre de Jehová de los Ejércitos, el Dios de los escuadrones de Israel a quien tú has provocado. Jehová te entregará hoy en mi mano.»
Quiero que miremos estas declaraciones de parte de David que son declaraciones afirmativas y como que predicen lo que va a suceder en ese momento: «Jehová te entregará hoy en mi mano, y yo te venceré, y te cortaré la cabeza, y daré hoy los cuerpos de los filisteos a las aves del cielo y a las bestias de la tierra, y toda la tierra sabrá que hay Dios en Israel, y sabrá toda esta Congregación que Jehová no salva con espada y con lanza, porque de Jehová es la batalla y él os entregará en mis manos.» David está profetizando aquí. Por medio de su Palabra está activando el Poder de Dios y hay por lo menos siete resultados que él mencione que habrían de darse por medio de ese encuentro de él y el gigante.
Uno podría ver esto y simplemente pasarlo por alto como una mera observación que hace David o comentarios así, en respuesta al insulto de Goliat, pero yo creo que algo más profundo está pasando acá. Cuando uno aprende a discernir las formas en que el Espíritu Santo se mueve, la economía del mover pentecostal en la vida de los creyentes uno aprende que hay algo aquí muy específico que nosotros podemos usar para aprender cómo mover ese Poder de Dios en nuestras propias vidas.
David está usando el poder de la Palabra profética. Cuando un hombre, una mujer está lleno del Espíritu Santo su boca adquiere una unción y un poder muy especial. Las cosas que nosotros confesamos con nuestra boca se convierten en llaves que operan en el territorio de Espíritu y que hacen posibles ciertas cosas. Dios usa nuestra boca para abrir y cerrar, para atar y desatar, para derribar y edificar.
El mover de Dios en la vida de Sus hijos activa el poder de la boca. Los hijos de Dios como Dios mismo, creamos por medio de la palabra y la Palabra profética es una de las cosas más poderosas. Cuando nosotros estamos discerniendo bien el mover de Dios debemos usar bien nuestra boca para abrir y cerrar, para declarar cosas en el Nombre del Señor.
Esto es lo que hace David acá. Él está declarando por fe porque él todavía no ha visto nada de eso desarrollarse, pero él por fe está diciendo: yo le voy a cortar la cabeza a este gigante, él va a caer delante de mí y voy a entregar su carne y la carne de sus demás guerreros, y aún Israel conocerá que Jehová es el Dios Todopoderoso, y habrá un gran avivamiento en toda la tierra de Israel. Dios estaba usando a David para declarar todas estas cosas.
Cuando Dios tiene un propósito en la vida de Su Iglesia Él necesita alguien en la Tierra que declare lo que Él quiere hacer. Por eso dice el conocido Padre Nuestro: «Hágase en la Tierra como se hace en el cielo.» Lo que nosotros declaramos en la Tierra por medio del Espíritu Santo y en alineamiento con la Palabra de Dios, Dios lo declara también con Su boca creativa y lo desata sobre el tiempo y el espacio.
La Palabra de Dios es bien clara, dice que si nosotros desatamos o atamos algo en la Tierra Dios lo atará o lo desatará en el cielo, y nosotros hacemos eso por medio de las palabras que salen de nuestra boca. Nosotros podemos atar o desatar la bendición de Dios o los malos propósitos del hombre. Una Iglesia que conoce el poder que tiene por medio de la declaración profética puede ser un gran instrumento en las Manos de Dios para desatar el mover de Dios en una ciudad o en una nación, o aún en la historia.
David, inspirado por el Espíritu Santo, recibió esta impartición de Dios y entonces la verbalizó, y esa verbalización profética permitió que la Gracia de Dios corriera en él y que todo lo que él había profetizado se hiciera real en su vida. Una gran lección que nosotros podemos aprender.
Usa tu boca para declarar lo que Dios ha de hacer en tu vida, por fe. Muchas veces te estarás moviendo en algo que tú mismo no entiendes pero que Dios estará quizás usando para soltar en el ámbito del tiempo y el espacio Sus maravillosos propósitos. Usa tu boca para hablar cosas buenas, para declarar que cosas buenas vienen para tu vida. Haz de tu boca un instrumento de guerra. Profetiza siempre la bendición de Dios sobre otros. Pronuncia palabras de bendición y de buenas expectativas sobre tus hijos, sobre tu esposo o esposa, sobre tu Iglesia, sobre el ministerio que tú diriges si eres un laico que estás activo en la vida de tu Congregación.
La Palabra de los hijos de Dios ungida por el Espíritu Santo es una tremenda y poderosa arma de guerra, la declaración profética en fe Dios la usa para cosas extraordinarias. Dios te bendiga y hasta nuestro próximo mensaje.



