
Hebreos 11:1 “Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve.”
La fe es un poderoso motor que mueve montañas y abre puertas hacia nuevos horizontes llenos de esperanza. Ella nos permite enfrentar las tormentas de la vida con la certeza de que Dios está en control, sosteniendo y guiándonos en cada paso del camino. Cuando proclamamos nuestra fe, no sólo fortalecemos nuestra propia convicción, sino que también sembramos amor, paz, tranquilidad y gozo a nuestro alrededor.
Quiero compartir un testimonio vivo que reafirma que los milagros sobrenaturales de Dios no son cosa del pasado, sino realidades palpables en nuestro presente y futuro.
Una querida amiga muy amada llevaba cuatro meses con gran preocupación por su salud. Una sombra en uno de sus pulmones, detectada en exámenes y radiografías, levantó la sospecha de una enfermedad grave. Durante ese tiempo, le hablé de la importancia de confiar plenamente en Dios, recordando que la fe abre caminos donde los ojos humanos sólo ven obstáculos.
La noche del domingo, mientras escuchaba vía plataforma la visita apostólica del Apóstol Guillermo Maldonado desde la congregación el Rey Jesús en la nación de Miami Florida, la Palabra acerca de los héroes de la fe me impulsó a llamar a una amiga y invitarla a que se conectara y pudiera descansar en la seguridad de que Dios ya estaba obrando. Yo sentía en mi espíritu que esa noche ella había recibido su milagro.
Y así fue. Al día siguiente, al recoger los resultados y la nueva radiografía, mi amiga abogada, me dijo con mucha alegría, llegó la gloriosa confirmación: ¡su pulmón estaba completamente limpio! La sombra había desaparecido, y en su lugar se veía un pulmón blanco y sano.
Este milagro nos recuerda que la fe es la llave que abre las puertas a lo imposible, y que en cada prueba y dificultad, Dios está allí esperando que depositemos nuestra confianza en Él. Su poder y Su amor no conoce fronteras, pues hasta en la distancia Él obra maravillas.
La fe no es una emoción pasajera, sino una convicción firme en el Dios que todo lo puede. Cada milagro que vemos, cercano o lejano, es un recordatorio de Su fidelidad y cuidado.
Oración
Señor, gracias por recordarnos que sigues obrando milagros hoy. Aumenta nuestra fe para que confiemos plenamente en Ti, incluso cuando las circunstancias parezcan adversas. Que este testimonio fortalezca a muchos y renueve la esperanza en Tu poder. En el nombre de Jesús.