PROVERBIOS 15-18 El hombre iracundo promueve contiendas; Mas el que tarda en airarse apacigua la rencilla.
Este día vamos a reflexionar sobre algo que está afectando nuestra vida y la de nuestra familia: EL MAL CARÁCTER.
Es necesario ser confrontados por la palabra de Dios para hacernos reaccionar y tomar la decisión de pedir ayuda al Señor para ser transformados por él y poder cambiar ese carácter que nosotros por nuestra cuenta no podemos cambiar.
El mal carácter que muchos tenemos, es decir, esas reacciones explosivas, ofensivas y dañinas que muchos se producen cuando somos dominados por SENTIMIENTOS Y EMOCIONES NEGATIVAS que están en nuestro corazón: LA IRA, EL ORGULLO, LA IMPACIENCIA Y LA AGRESIVIDAD, de las cuales casas uno de nosotros debemos cuidarnos.
VEAMOS EN LA PALABRA DE DIOS CUÁLES SON ALGUNAS DE LAS RAZONES POR LAS CUALES EL MAL CARÁCTER PUEDE DESTRUIR NUESTRA FAMILIA
I) PRIMERA RAZÓN: PORQUE NUESTRO MAL CARÁCTER ES UNA PUERTA ABIERTA PARA SATANÁS
(EFESIOS 4:26-27) Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo, 27 ni deis lugar al diablo.
Satanás es astuto, y conoce las formas de hacernos caer en pecado. Posiblemente ya no sea por medio de los vicios, por medio del sexo, o por medio del dinero, pero sabe perfectamente que NUESTRA DEBILIDAD ES EL MAL CARACTER.
Posiblemente ya no llegas borracho a tu casa, ya no llegas de la casa de otra mujer o ya no sales con otro hombre que no es tu esposo, pero DEJAS QUE SATANÁS USE TU MAL CARÁCTER PARA DAÑAR, PARA OFENDER Y AGREDIR A TUS SERES QUERIDOS,
¿CÓMO CERRAR ESA PUERTA AL ENEMIGO?:
Debemos pensar y orar antes de reaccionar (Proverbios 29:11) El necio da rienda suelta a toda su ira, Mas el sabio al fin la sosiega.
Debemos llenarnos todos los días de la Palabra de Dios para que nuestra mente y corazón estén en paz y en control (Colosenses 3:15-16) Y la paz de Dios gobierne en vuestros corazones, a la que asimismo fuisteis llamados en un solo cuerpo; y sed agradecidos. 16 La palabra de Cristo more en abundancia en vosotros, enseñándoos y exhortándoos unos a otros en toda sabiduría, cantando con gracia en vuestros corazones al Señor con salmos e himnos y cánticos espirituales.
II) SEGUNDA RAZÓN: NUNCA HAREMOS ALGO QUE AGRADE A DIOS CUANDO CUANDO NOS DEJAMOS DOMINAR POR LA IRA
(SANTIAGO 1:19-20) Por esto, mis amados hermanos, todo hombre sea pronto para oír, tardo para hablar, tardo para airarse; 20 porque la ira del hombre no obra la justicia de Dios.
La palabra de dios nos manda a ser tardos para airarse por una sencilla razón: LA IRA DEL HOMBRE NO OBRA LA JUSTICIA DE DIOS.
Es decir que cuando somos dominados por la ira, podemos hacer muchas cosas desagradables a nuestro Dios, verdaderamente ninguna de nuestras acciones será obra guiada por el Espíritu Santo, por eso ofendemos y dañamos a las personas que amamos.
Eso quiere decir que cuando somos gobernados por la ira podemos cometer muchos pecados (Proverbios 29:22) El hombre iracundo levanta contiendas, Y el furioso muchas veces peca.
III) TERCERA RAZÓN: NUESTRO MAL CARÁCTER POCO A POCO NOS LLEVARÁ A UNA VIDA DE SOLEDAD
(PROVERBIOS 21:19) Mejor es morar en tierra desierta Que con la mujer rencillosa e iracunda.
A nadie le gusta estar con una persona ofensiva, y TENEMOS QUE RECONOCER A CUÁNTAS PERSONAS HEMOS ALEJADO DE NUESTRA VIDA a causa de no poder controlar nuestro mal carácter.
Es difícil de reconocer y de aceptar, pero por nuestros enojos y por nuestra ira, hemos lastimado a personas que nos aman, nuestros hijos en lugar de respeto nos tienen miedo, nuestra esposa no se siente con confianza de hablar con nosotros.
FRASE: El mal carácter construye muros que poco a poco nos alejan de las personas a quienes más amamos.
Lastimosamente nuestro mal carácter nos lleva a realizar acciones de las cuales después nos podemos arrepentir grandemente (1 Samuel 20:30-34) Entonces se encendió la ira de Saúl contra Jonatán, y le dijo: Hijo de la perversa y rebelde, ¿acaso no sé yo que tú has elegido al hijo de Isaí para confusión tuya, y para confusión de la vergüenza de tu madre?
31 Porque todo el tiempo que el hijo de Isaí viviere sobre la tierra, ni tú estarás firme, ni tu reino. Envía pues, ahora, y tráemelo, porque ha de morir. 32 Y Jonatán respondió a su padre Saúl y le dijo: ¿Por qué morirá? ¿Qué ha hecho? 33 Entonces Saúl le arrojó una lanza para herirlo; de donde entendió Jonatán que su padre estaba resuelto a matar a David. 34 Y se levantó Jonatán de la mesa con exaltada ira, y no comió pan el segundo día de la nueva luna; porque tenía dolor a causa de David, porque su padre le había afrentado.
IV) SI QUEREMOS QUE HAYA ARMONÍA Y PAZ EN NUESTRA FAMILIA TENEMOS QUE PEDIRLE AL SEÑOR QUE NOS AYUDE A CAMBIAR NUESTRO CARÁCTER
(LUCAS 6:45) El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón saca lo bueno; y el hombre malo, del mal tesoro de su corazón saca lo malo; porque de la abundancia del corazón habla la boca.
El mal carácter es fruto de un corazón lleno de cosas malas que no agradan a Dios, MIENTRAS NUESTRO CORAZÓN PERMANEZCA LLENO DE ORGULLO, AMARGURA O RENCOR, LA IRA SEGUIRÁ DOMINANDO NUESTRO CARÁCTER y afectando nuestra vida.
Podemos decir entonces que ese mal carácter y la ira que nos domina, ES LA MANIFESTACIÓN EXTERNA DE ALGO QUE NO ESTÁ BIEN EN NUESTRO INTERIOR.
Por lo tanto, para poder cambiar nuestro mal carácter, LO PRIMERO QUE TENEMOS QUE TRANSFORMAR ES NUESTRO INTERIOR, dejar que Dios sane, limpie y restaure nuestro corazón de toda herida, de toda soberbia, de toda amargura y de toda impaciencia.
Hoy pidámosle al Señor que nos dé a cada uno de nosotros un nuevo corazón (Salmo 51:10) Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, Y renueva un espíritu recto dentro de mí.
CONCLUSIÓN: hoy el Señor nos ha mostrado con claridad que el mal carácter no es algo pequeño o inofensivo.No podemos seguir justificando nuestra manera hiriente de reaccionar. No podemos seguir diciendo: “Así soy yo… y así me tienen que aguantar” Porque la verdad es que nuestro carácter no tiene que ser gobernado por la carne, sino transformado por Cristo.(2 Corintios 5:17) De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.
