¡Dios me está probando!, dice el soberbio, cuando lo asfixia la pobreza. Y si la pobreza se convierte en algo permanente, entonces el soberbio hace de necesidad virtud. Se convierte en mártir, en una persona de «fe», de fe en la «virtud» de la pobreza.
2. Dios está con nosotros los pobres dirá el soberbio. Y maldecirá al que tiene más que él, pero no por resentimiento contra Dios o por envidia del otro, sino porque es «profeta». Así se engaña … Se disfraza la soberbia de justicia enardecida, y se llena de ira pecaminosa y calumniosa, fácilmente pasa por alto que la ira humana no obra la justicia divina….
3. Nunca le pasa por la mente que la pobreza no siempre es sinónimo de virtud. Este es el mismo que si hubiera vivido con Job, Abraham, con José ben Jacob, con David, con Salomón, con Josías, y tantos otros los hubiera criticado y envidiado por que ellos recibieron más que él. El pobre soberbio, como es típico con todo pecado, hará hasta lo indecible para no aceptar que envidia, esto sería renunciar a su condición de mártir y de pobre. Reconocerlo sería igual a culpar a Dios por tenerlo en la condición en que está él y los demás.
4. El pobre soberbio se habría coludido con los escribas y fariseos cuando vieron al Señor Jesús disfrutar de algunas comodidades de su tiempo. No soportarían ver a Jesús disfrutar la vida con buena comida y bebida (Mateo 11:19): «bebedor y comilón» le dirían. «Este no puede ser el Mesías, no es suficientemente pobre … y soberbio».
5. Entre los soberbios pobres también anda uno que parece ser buen discípulo de Jesús. Predicará con todos los discípulos, y hasta hará algunos milagros, se considerará uno de los enviados pastores. Pero cuando Jesús permite que se gaste más de la cuenta, protestará por aquel desperdicio. Su amargura saldrá a luz, porque no se tentará para entregar a su Hermano a la muerte. Todo en el nombre de los pobres, sí, en el nombre de los pobres soberbios. Pobre soberbio.
6. El pobre soberbio detesta a los predicadores de la prosperidad. Pero no lo hace porque entienda bien lo que la Biblia dice de las riquezas. Es que no ha alcanzado a tener lo que aquellos han logrado. Y con todo, este pobre soberbio es tan parecido a aquellos miserables: «Si tan solo predico más, regaño más, quizá entonces alguien me sacará de pobre….»
7. Nada lo convencerá de que su pobreza puede ser resultado de su negligencia, ni sus malas decisiones, de su cobardía, de su soberbia, de su testarudez, de su falta de constancia, de su desprecio por los que no piensan como él. Y sí, escándalo de escándalos, de la disciplina del Señor por su pecado. Nada, excepto el día en el que el Señor revelará los secretos de todos los hombres» (Romanos 2:16) ¡Qué sorpresa le espera al soberbio pobre!
Libro de los Soberbios capítulo 2:1-7.