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El pecado no tendrá dominio sobre nosotros

El apóstol Pablo nos llama a presentar nuestros cuerpos. Esa palabra ‘presentar’ parece bien sencilla pero es una palabra bien profunda; en el griego original tiene un trasfondo de presentar al Señor, de traer al Señor algo.

En el capítulo 6 de Romanos el apóstol Pablo dice algo bien interesante, dice aquí en el capítulo 6 versículo 11: «Así también vosotros» es decir nosotros los creyentes «consideraos muertos al pecado pero vivos para Dios en Cristo Jesús Señor nuestro.» Ve usted aquí el llamado a la santidad de nuevo lo pone de la manera en que nos consideremos muertos al pecado como que el pecado ya murió para nosotros y nosotros morimos al pecado no tenemos relación con él.

Entonces dice: «No reine pues el pecado en vuestro cuerpo mortal» no reine pues el pecado en vuestro cuerpo mortal. ¿Ve aquí la mención de la palabra cuerpo también como en Romanos 12, presentéis vuestros cuerpos? vamos a hablar un poco después de lo que quiere decir esa palabra cuerpos y en este caso en el capítulo 6 versículo 12: «No reine pues el pecado en vuestro cuerpo mortal de modo que lo obedezcáis en sus concupiscencias.»

De nuevo nos está diciendo aquí que como hijos de Dios no podemos dejar que el pecado se enseñoree, otra palabra que Pablo usa en varias ocasiones, que el pecado se enseñoree de nosotros es decir que nos domine, nos gobierne, nos controle, determine nuestra vida, que vivamos para él, que le pongamos atención a todo lo que nos pide el cuerpo ¿no?

Los hijos de Dios no somos gobernados ni por la carne ni los apetitos ni por el pecado, Cristo nos ha liberado de la dictadura del pecado y ahora somos libres para escoger a quién vamos a servir y evidentemente antes como servíamos al pecado ahora tenemos que servir a la santidad, tenemos que servir el Reino de Dios, tenemos que servir los propósitos de Dios mas bien.

Ningún cristiano debe decir: oh no puedo controlar esto, yo soy así y no puedo cambia, eso es una mentira del diablo. Si estamos en Cristo estamos libres. Dice la Biblia que si el Hijo nos liberta somos verdaderamente libres, dice también que conoceremos la Verdad y la Verdad nos hará libres. En Cristo Jesús somos libres del pecado y ya no se supone que sirvamos al pecado y que dejemos que él nos gobierne.

Dice que: «No reine el pecado en nuestro cuerpo mortal de modo que lo obedezcamos en sus concupiscencias» es decir que estemos dándole rienda suelta y dándole satisfacción a todos los impulsos y todas las cosas que nos pide el pecado que hagamos ¿no?

En el versículo 13 ahí mismo él continúa diciendo: «Ni tampoco presentéis vuestros miembros al pecado como instrumentos de iniquidad.» ¿Ven aquí la palabra «presentar» otra vez? no dice ni tampoco presenten sus miembros ¿cuáles son los miembros? sus brazos, sus manos, sus pies, los órganos de su cuerpo, su mente, su boca, su lengua, sus ojos, sus oídos; no presente ninguno de esos elementos, los sentidos del cuerpo no se los entregue al pecado entrégueselo ¿a quién? al Padre ¿no? «presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios» no al pecado sino a Dios.

La mente inspirada por el Espíritu Santo del apóstol Pablo continúa pensando en la misma manera ahí en el capítulo 6 ¿no? no dejen que el pecado reine sobre ustedes, no dejen que les controle, no presenten sus miembros, órganos, extremidades, sentidos al pecado como instrumentos de iniquidad. Hey: no dejes que tus manos, tus pies, tus oídos, tus ojos sean usados por el diablo para hacer cosas malas, como instrumentos de iniquidad para hacer daño a ti mismo o a otros ¿no?

«Sino presentaos» otra vez la palabra esta en el griego original y también el infinitivo de esa palabra es paristemi, yo tengo aquí en mis notas dice: «presentar, entregar, rendir algo a alguien como su propiedad o para su uso, convertirse en objeto y entrar bajo el control o dominio de alguien, poner a la disposición de alguien algo» todas estas ideas están encerradas en esta idea de presentar ¿no? «No presenten sus cuerpos al pecado sino preséntense ustedes mismos a Dios.»

Nosotros tenemos que hacer eso cada día de nuestras vidas y en una manera solemne, seria e incambiable. Tenemos que presentar nuestros cuerpos, nuestras vidas a Dios «Como vivos de entre los muertos y nuestros miembros a Dios como instrumentos de justicia.» ¿Ve usted aquí la digamos contradicción entre instrumentos de iniquidad e instrumentos de justicia? ¿qué eres tú, qué es tu cuerpo, qué es tu vida, qué son tus sentidos instrumentos de iniquidad o instrumentos de justicia?

Evidentemente tenemos que nuestra vida, cada sentido, cada órgano, cada miembro de nuestro ser continuamente tenemos que continuamente estar ofreciéndoselo al Señor una y otra vez para que Dios tome esas dimensiones de nuestro ser y las vaya convirtiendo para Su gloria, para Su honra.

Nosotros somos agentes de bien, nuestros cuerpos están hechos para servir al Señor, para reflejar la santidad de Cristo, para avanzar los intereses del Reino, para evangelizar, para proclamar la Verdad de Dios, para ejemplificar Su carácter excelente y santo no para ejemplificar los valores del diablo o del infierno. Entonces presentemos nuestros cuerpos como vivos de entre los muertos y nuestros miembros a Dios como instrumentos de justicia.

Y me gusta lo que dice el versículo 14 de Romanos 6, dice: «Porque el pecado no se enseñoreará de vosotros pues no estáis bajo la ley sino bajo la gracia.» Es como un dictámen fulminante «el pecado no se va a enseñorear de ustedes» no está diciendo «oh me gustaría que no se enseñoreara» o «qué bueno sería si el pecado» no, dice: no se enseñoreará, Dios lo ha declarado así.

La gente que está sin Cristo son esclavos del pecado y del diablo, el que está en Cristo Jesús es libre es un estado jurídico entonces lo que tenemos que hacer es vivir en ese estado, vivir esa condición de libertad que Dios nos ha dado. No confiese esclavitud al pecado sino confiese liberación, dígase usted mismo: yo soy libre, yo no tengo que estar viendo pornografía o adulterando o entreteniendo malos pensamientos o diciendo mentiras o robando, haciendo daño, manipulando a la gente o abusando de mi esposa o mi esposo y mis hijos.

Diga: yo soy libre en Cristo Jesús tengo libertad para vivir como Cristo quiere que yo viva, el pecado no se enseñoreará de mi vida, no estoy bajo la ley, la esclavitud del pecado sino ahora bajo la Gracia de Cristo Jesús. Qué maravilloso pasaje que nos aclara de nuevo esta idea de presentarnos y presentar nuestros cuerpos en sacrificio vivo. Espero que esto sea de bendición para ti.

Fuente:
Predicas

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