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El otro virus que tenemos que enfrentar

Seguramente todos nosotros en estos versículos que hemos leído nos sentimos identificados, en la lucha diaria de hacer lo bueno, de vivir una vida agradable a Dios, de hacer su voluntad, de ser guiados por el Espíritu, pero muchas veces haciendo lo que no queremos, dejándonos llevar por nuestra carne, sintiendo dolor en nuestro corazón por haber hecho lo que desagrada a nuestro Dios. ROMANOS 7-18-24–

Estamos viviendo una pandemia, estamos enfrentando un virus llamado Covid19, que está afectando a muchos países del mundo, millones han sido afectados, y miles han muerto, pero en el nombre del Señor poco a poco esta pandemia desaparecerá, este virus dejará de afectarnos, pero hoy vamos a hablar de un virus con el cual vamos a ser afectados TODAS LAS PERSONAS DEL MUNDO, y vamos a enfrentarlo TODOS LOS DÍAS de nuestra vida, ese virus espiritual se llama PECADO.

Es un virus del cual todos nacemos infectados desde el pecado de Adán (Romanos 5:12) pero Satanás no quiere que solamente seamos pecadores por naturaleza, sino que por medio de sus tentaciones y nuestras debilidades vivamos en pecado, vivamos enredados en una vida pecaminosa, para cumplir sus tres propósitos diabólicos: Hurtar, matar y destruir la vida de los seres humanos. (Juan 10:10) 

Entonces, como cristianos ¿Cómo podemos enfrentar el pecado en nuestra vida? Podemos darnos cuenta que en la sociedad en este tiempo de pandemia para enfrentar el Covid19 se han creado fases, de contención, de mitigación, de apertura, etc. y este virus llamado pecado también tiene fases en nuestra vida y en cada una podemos enfrentarlo por medio de la fuerza y el poder de nuestro Dios y de su palabra,

Veamos cada una de ellas:

I) PRIMERA FASE: TENTACIÓN (SANTIAGO 1:12) 

Tenemos que saber que todo pecado comienza con una tentación, con una oportunidad pecaminosa, es decir que la tentación no es pecado, es una decisión, es una opción, satanás no obliga a nadie a pecar, pero nos induce a hacerlo, usando nuestras propias debilidades, nuestra propia concupiscencia.

La palabra de Dios nos dice que debemos hacer para enfrentar la tentación:

PREVINIENDO (Proverbios 22:3) 

  • Orando (Marcos 14:38) Tenemos que orar pidiendo al Señor que no caigamos en tentación. Fortaleciéndonos en el Espíritu porque nuestra carne es débil
  • Evitando, no dando lugar al diablo (Proverbios 4:14-15) Para no darle lugar al diablo en nuestra vida para ser tentados, tenemos que evitar los caminos equivocados, hay personas y lugares que por nuestras debilidades no son convenientes para nuestra vida, cada uno sabe el camino que no debe seguir.
  • Huyendo (2 timoteo 2:22) tenemos que comprender que huir del pecado no es cobardía, sino sabiduría

RESISTIENDO (Santiago 4:7) 

  • Usando la espada del Espíritu que es la palabra de DIos (Efesios 6:17) al igual que nuestro Señor Jesucristo cuando fue tentado.
  • Recordando que Dios no permitirá nunca que seamos tentados más allá de nuestra capacidad (1 Corintios 10:13) Siempre tenemos la capacidad de decidir decir NO.

II) SEGUNDA FASE: INCUBACIÓN DEL PECADO (SANTIAGO 1:13-15) 

Al igual que un virus que tiene un proceso de incubación en el cuerpo humano antes de comenzar a provocar síntomas y enfermarnos, también el pecado tiene un periodo de incubación, en nuestra mente.

Específicamente en este texto Santiago utiliza la palabra concebir, que significa literalmente “quedar embarazada” para una concepción se necesitan dos elementos, es decir que en esta fase se une la tentación externa y nuestra concupiscencia, nuestra debilidad interna, en nuestra mente se está formando y planificando un pecado.

¿Que debemos hacer para enfrentar el pecado en esta fase?

  • Tenemos que traer cautivos nuestros pensamientos a la obediencia a Cristo (1 Corintios 10:3-5) Esto es exactamente lo que DEBERÍAMOS HACER, pero que lastimosamente la mayoría de nosotros NO HACEMOS, y por eso terminamos cometiendo tantos errores y enredados en pecados que después nos cuesta tanto liberarnos.

Todo adulterio, toda fornicación, todo robo, toda mentira, toda violencia, toda infidelidad, todo homicidio, primeramente, comenzó en nuestro interior, (Mateo 15:19) 

Es por eso que no tenemos que darle lugar que el pecado que se está incubando en nuestra mente pueda realizarse, tenemos que traerlo cautivo al Señor.

III) TERCERA FASE: REALIZAR EL PECADO (SANTIAGO 1:15 B)

Cuando el pecado se realiza, cuando se lleva a cabo, inevitablemente comienzan sus consecuencias en nuestra vida, pues la palabra de Dios nos dice que la paga del pecado es muerte.

Viene a nuestra vida como lo vemos desde el primer pecado en Adán, la vergüenza, la culpabilidad, la tristeza, y muchas otras más si continuamos practicando el pecado y nos convertimos en esclavos de ese pecado.

¿Cómo podemos enfrentar el pecado en esa etapa?

  • La palabra de Dios nos enseña que solamente hay una forma: CONFESIÓN DE NUESTROS PECADOS Y ARREPENTIMIENTO SINCERO (1 JUAN 1:9) Cuando confesamos nuestros pecados con un corazón sinceramente arrepentido el Señor SIEMPRE nos perdonara, pues aunque nosotros somos infieles muchas veces con él , pero él siempre permanece fiel. (2 Timoteo 2:13) 

CONCLUSIÓN: Por la gracia de nuestro Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo nos ha quitado la consecuencia eterna del pecado en el infierno y nos ha dado salvación y vida eterna (Romanos 8:1) 

Fuente:
Pastor Oscar Flores | El Salvador

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