El que dice que permanece en Él, debe andar como Él anduvo. 1 Juan 2:6
Los que son llamados a servir a Dios cumplen con dificultad el rol de dar testimonio y cambio ante los hombres, por eso reconocen profundamente a que se enfrentan. El precio a pagar es bien elevado, y consagrarse a algo tan especial y delicado los convierte en blanco de señalamientos. El mundo que nos observa es escéptico de la fe, porque ha visto a cristianos que en nada se parecen ni imitan el modelo de Cristo.
Jesús enseñaba a sus apostoles que debían cargar su cruz cada día y seguirlo, de no ser así pues no podían llamarse sus discipulos. Cada día debemos hacer morir eso que nos atormenta, la cruz es sinónimo de muerte y en ella adherir el mundo que aun vive en nosotros. Mostrar o dejar ver las heridas del camino recorrido es señal de que la cruz pesa mucho, cargar con ella es un acto de fe con demanda valor, pasión y entrega para lo cual fuimos llamados.
El compromiso asumido por el modelo que Cristo nos enseñó que demanda mucho en nosotros, y caminar ese trecho es un desafío que le ponemos límites. Por tanto mis amados, si Jesús mora en mi es porque manifiesto el amor que me dio cuando me llamó a servir, Cristo me enseña amar al prójimo, andar en fe y su poder se muestra ante el mundo cuando andamos como Él anduvo… La gloria del Padre te llene de bendiciones para este día, Amén.