“He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo.” Apocalipsis 3:20
Aunque este versículo pertenece a otra dispensación, aplica también en la presente dispensación de la Gracia. Porque realmente es el mismo Señor Jesús el que nos está llamando, Él como todo un caballero, nos hace la invitación para que le abramos la puerta de nuestro corazón para entrar a él. Y nos dice cuando le abrimos la puerta de nuestro corazón:
“entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo.”
El Señor Jesús, estando a la puerta y llama. El no quiere que ninguno perezca, su propósito es que todos seamos salvos. Que tengamos una vida plena, una vida en abundancia. El quiere darnos la vida eterna. El libro de Apocalipsis está dividido en tres partes: o épocas del tiempo.
Pero quien es el que nos está llamando?
“…No temas; yo soy el primero y el último; y el que vivo, y estuve muerto; mas he aquí que vivo por los siglos de los siglos, amén. Y tengo las llaves de la muerte y del Hades. Escribe las cosas que has visto, y las que son, y las que han de ser después de estas.” Apocalipsis. 1:17-19
Este el mismo Señor Jesús hablando ya en gloria en el cielo a la diestra del Padre. Cuando dice “yo soy el primero y el último (el Alfa y la Omega), “el que vivo, y estuve muerto” Porque Jesús murió y resucitó, venció a la muerte y a Satanás. Nos está diciendo que Él es eterno “mas he aquí que vivo por los siglos de los siglos”nos dice que Él tiene las llaves de la muerte y del Hades (el infierno). Jesucristo nos está confirmando quien es realmente, nos confirma lo que dice:
Juan 1:1-3 En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Este era en el principio con Dios. Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho.
Nos está diciendo que el es el creador de todo lo que existe, y nos habla de su pre-existencia eterna. Nos está diciendo en forma de resumen tres cosas: “las cosas que has visto (el pasado), y las que son (el presente), y las que han de ser después de estos (eventos futuros) nos dice que Él es el Todopoderoso” Apocalipsis. 1:18
Simplemente nos está llamando Cristo. El Todopoderoso.
En este versículo hay un mensaje profético pero también hay una lección práctica. Cristo no solamente nos está llamando a que pertenezcamos a su cuerpo que es la Iglesia. Está llamando a la puerta de cada individuo para entrar en su corazón, en la vida de todos. Pero la mayor parte de este mundo ha dejado la puerta cerrada por causa de su pecado. Los hombres no quieren que Cristo entre y vea lo que está en su mente y corazón. El pecado que ha separado el hombre de Dios.
Hoy en día Cristo no está en la mayoría de las iglesias. Ha sido substituido por programas sociales, ritos religiosos, falsos imágenes de los santos y toda clase de doctrina falsa.
¿Quién nos está llamando?
El mismo Señor, el Rey de reyes y Señor de señores, el que venció a la muerte, El que está sentado a la diestra del Padre.
En la Biblia Cristo es representado por varias maneras o figuras. Algunas de estas son:
“Jesús le dijo: yo soy el camino, y la verdad, y la vida: nadie viene al Padre, sino por mi”. Juan 14:6
El mismo nos dice que Él es:
El Camino. La Verdad. Y la Vida
“Yo soy la puerta; el que por mi entrare será salvo; entrará y hallará pastos”. Juan 10:9
La entrada para el cielo, la única puerta; no la iglesia, o creencias de los hombres.
“Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer.” Juan 15:5
¿Cómo nos llama Jesús?
Dios nos está siempre llamando al arrepentimiento, pero estamos tan lejos de Él por causa del pecado que no nos damos cuenta de su llamado.
“Inclinad vuestro oído, y venid a mí; oíd, y vivirá vuestra alma; y haré con vosotros pacto eterno, las misericordias firmes a David. He aquí que yo lo di por testigo a los pueblos, por jefe y por maestro a las naciones. He aquí, llamarás a gente que no conociste, y gentes que no te conocieron correrán a ti, por causa de Jehová tu Dios, y del Santo de Israel que te ha honrado. Buscad a Jehová mientras puede ser hallado, llamadle en tanto que está cercano. Deje el impío su camino, y el hombre inicuo sus pensamientos, y vuélvase a Jehová, el cual tendrá de él misericordia, y al Dios nuestro, el cual será amplio en perdonar. Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos.”. Isaías 55:3-9
Dios nos ofrece vida eterna “vivirá vuestra alma”, y nos promete un pacto eterno, dándonos los mismos privilegios que le dio a David. Ya desde el Antiguo Testamento nos está hablando del “Santo de Israel” que nos ha honrado (dándonos la salvación). Nos hace una invitación que recibamos Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo “mientras pueda ser hallado”; también nos está haciendo una invitación que dejemos nuestros malos caminos y nuestros pensamientos malos que no nos llevan a ninguna cosa buena. Nos pide que nos volvamos a Jehová pues Él tendrá misericordia de nosotros porque Dios es “amplio en perdonar”
Una parte muy importante de esta cita es la lección que nos da Dios cuando nos dice:
“Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos”
Nunca el ser humano podrá comprender a Dios como debe de ser, nuestra visión es limitada, no alcanzamos a comprender el propósito de Dios en nuestras vidas. Cuando nos habla de sus caminos y los nuestros, está hablando de que sus caminos son perfectos, caminos de santidad; en cambio nosotros andamos por la vida perdidos, de pecado en pecado. Muchas veces estamos tan confundidos que nos sentimos perdidos, nuestro caminar en la vida es errático, sin un rumbo definido. Pero “los caminos” de Dios son perfectos, son “más altos que los nuestros. Y ya no se diga de nuestros pensamientos, no se comparar a los pensamientos de Dios.
¿Porque Jesús está tocando?
Porque te quiere dar la salvación, la vida eterna, y una vida en abundancia. Cuando alguien llama a tu puerta, es porque está queriendo entrar ya sea para visitarte, o llevarte algo. Jesús está llamando a la puerta de tu corazón porque está queriendo perdonar tus pecados y salvar tu alma del infierno.
Según el texto, Jesús quiere entrar para estar contigo, para que tú te sientes a su mesa y disfrutes de los manjares que Él te tiene preparados. El quiere ser tu amigo, tu sanador, tu ayudador, Él quiere ser tu proveedor. Pero especialmente darte la salvación y una vida en abundancia. El quiere vivir dentro de tu corazón para ser tu amigo, tu compañero a dondequiera que vallas y protegerte, cuidarte y suplir todas tus necesidades, tanto materiales, como espirituales.
Si tú has sido tocado por este mensaje y quisieras que Jesús entre a tu corazón y hacerlo el Señor de tu vida. Solo tienes que hacer una pequeña oración de todo corazón:
“Señor Jesús, yo te recibo hoy como mi único Salvador personal; creo que eres Dios, que moriste en la cruz por mis pecados y que resucitaste al tercer día. Me arrepiento, soy pecador. Perdóname Señor. Gracias doy al Padre por enviar al Hijo a morir en mi lugar. Gracias Jesús, por salvar mi alma hoy. En Cristo Jesús mi Salvador. Amen”