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El hombre que Dios quiere en casa como ser el esposo y padre que mi familia necesita

PROVERBIOS 20:6 Muchos hombres proclaman cada uno su propia bondad, pero hombre de verdad, ¿quién lo hallará?

A lo largo de la historia, el concepto del rol masculino dentro del hogar y la sociedad ha cambiado, pero la Palabra de Dios sigue siendo el estándar eterno que define lo que un hombre debe ser. En ella encontramos las cualidades del modelo de hombre que toda familia necesita: UN HOMBRE CONFORME AL CORAZÓN DE DIOS.

Es importante entender que el hombre que la familia necesita no siempre coincide con el ideal que una esposa desea. Muchas veces, lo que deseamos y lo que realmente necesitamos son cosas distintas. Solo Dios sabe con certeza qué es lo mejor para nuestra familia.

RESPONDAMOS POR MEDIO DE LA PALABRA DE DIOS: ¿CÓMO PUEDO SER EL HOMBRE QUE MI FAMILIA NECESITA?

I) DEBO SER CABEZA DE MI HOGAR
(1 CORINTIOS 11:3) Pero quiero que sepáis que Cristo es la cabeza de todo varón, y el varón es la cabeza de la mujer, y Dios la cabeza de Cristo.

Cuando el hombre no ejerce su liderazgo en el hogar, muchas esposas tienen que tomar roles que no les corresponden, pero no por rebeldía, sino por necesidad.

Ser cabeza del hogar implica:

Tomar decisiones con responsabilidad, buscando siempre el bien de la familia.

Ejercer autoridad con amor y sabiduría, no con autoritarismo, sino como un reflejo del liderazgo de Cristo.

Reconocer que para liderar correctamente necesito la presencia de Dios en mi vida (Josué 1:16-17) Entonces respondieron a Josué, diciendo: Nosotros haremos todas las cosas que nos has mandado, e iremos adondequiera que nos mandes. 17 De la manera que obedecimos a Moisés en todas las cosas, así te obedeceremos a ti; solamente que Jehová tu Dios esté contigo, como estuvo con Moisés.

II) DEBO SER MADURO PARA ACTUAR Y DEJAR MIS ACTITUDES INFANTILES
(1 CORINTIOS 13:11) Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, juzgaba como niño; mas cuando ya fui hombre, dejé lo que era de niño.

La inmadurez se manifiesta en actitudes que dañan el ambiente familiar:

Inseguridad, es decir, celos enfermizos, dudas y desconfianza sin fundamento.

Reacciones violentas o berrinches emocionales (Proverbios 14:17) El que fácilmente se enoja hará locuras; Y el hombre perverso será aborrecido.

Baja tolerancia a la frustración (Enojos por cosas que no valen la pena.)

Dependencia emocional excesiva de la madre (“mamitis”) Cuando un hombre antepone la opinión, presencia o aprobación de su madre por encima de su esposa, se rompe el principio bíblico de dejar a padre y madre para unirse a su mujer.

Madurar no es solo cuestión de edad, sino de carácter (Lucas 2:52) Y Jesús crecía en sabiduría y en estatura, y en gracia para con Dios y los hombres. La madurez se refleja en:

Empatía: pensar cómo se sentiría el otro con mis palabras o acciones.

Prioridades bien definidas: familia antes que amigos, compañeros de trabajo, deporte o entretenimiento.

Sabiduría financiera: uso correcto de los recursos de la familia, no solamente para beneficio propio sino para bendición de todos en casa.

Responsabilidad: no huir de los problemas, sino enfrentarlos con firmeza

III) DEBO CUIDAR A MI FAMILIA COMO UN BUEN PASTOR CUIDA A SU REBAÑO
(PROVERBIOS 27:23) Sé diligente en conocer el estado de tus ovejas, y mira con cuidado por tus rebaños.

La palabra de Dios nos muestra las características que debe tener EL HOMBRE QUE VERDADERAMENTE UNA FAMILIA NECESITA:

Tiene que ser proveedor para su familia (Salmo 23:1) Jehová es mi pastor; nada me faltará.

Debe tener la valentía de proteger y defender a su familia, es decir, está atento a los peligros y no es indiferente (Juan 10:11-12) Yo soy el buen pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas. 12 Mas el asalariado, y que no es el pastor, de quien no son propias las ovejas, ve venir al lobo y deja las ovejas y huye, y el lobo arrebata las ovejas y las dispersa.

Busca siempre cuidar y restaurar a su familia, no destruirla (Lucas 15:4-5) ¿Qué hombre de vosotros, teniendo cien ovejas, si pierde una de ellas, no deja las noventa y nueve en el desierto, y va tras la que se perdió, hasta encontrarla? 5 Y cuando la encuentra, la pone sobre sus hombros gozoso;

CONCLUSIÓN: Ser el hombre que nuestra familia necesita no es cuestión de fuerza, fama o finanzas. Es una decisión diaria de reflejar el carácter de Cristo en el hogar. Es ser un líder espiritual, un ejemplo de madurez, un protector fiel y un padre presente. Dios no busca hombres perfectos, sino dispuestos a ser moldeados. Hoy más que nunca, nuestras familias necesitan hombres que caminen con Dios, que guíen con sabiduría y que amen con entrega. ¿Estás dispuesto a ser ese hombre? Entonces ríndete al Señor, permite que Él dirija tu vida, y comienza hoy a construir el hogar que refleje el corazón de Dios.

Fuente:
Pastor Oscar Flores | El Salvador

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