Voz del Tabernáculo

El Hombre de Hoy y la Urgencia de Volver a Dios

Vivimos en un tiempo donde la rapidez, la competencia y el afán por el éxito han arropado el corazón del ser humano. Muchos se desesperan por alcanzar posiciones de poder, fama o riqueza, creyendo que en eso hallarán plenitud. Sin embargo, en medio de ese camino acelerado, lo que realmente gobierna es un vacío existencial que los deja sin paz y sin dirección.

Esta es la realidad de un mundo que ha querido vivir sin el Dios que creó los cielos y la tierra, que le ha dado la espalda a su Creador y ha preferido caminar por senderos de autocomplacencia y autosuficiencia. La gloria y el poder verdaderos no se encuentran en los logros humanos, sino en lo sobrenatural de Dios, en Su presencia, en Su voluntad.

Para entender cómo llegamos aquí, debemos mirar atrás, al inicio de todo, cuando Adán y Eva vivían en paz, rodeados por la santidad de Dios en el Huerto del Edén. Allí no había temor ni vergüenza. Dios mismo paseaba con ellos. Pero cuando eligieron desobedecer, perdieron esa comunión divina, y desde entonces, la humanidad ha vivido con la conciencia de esa separación.

La inmediatez de estos tiempos es reflejo de ese mismo error: querer tenerlo todo, rápido y sin límites. Vivimos corriendo tras el placer, el dinero, el estatus, y al final… seguimos vacíos. El enemigo, tal como lo hizo con Jesús en el desierto, sigue ofreciendo “los reinos del mundo” a cambio de adoración. Pero Cristo nos enseñó el camino de la obediencia y la adoración verdadera: “Al Señor tu Dios adorarás y a Él solo servirás.” (Mateo 4:10)

La Biblia es clara: “¿De qué le vale al hombre ganar el mundo entero, si pierde su alma?” (Marcos 8:36). El alma humana es eterna, y solo en Dios puede encontrar descanso, identidad y propósito. Por eso, hoy más que nunca, debemos buscarlo con humildad y sed, reconociendo que Él nos amó primero, y nos ofreció la vida eterna por medio de su Hijo Jesucristo. (Juan 3:16)

La misión que tenemos como hijos de Dios es clara: anunciar el mensaje de salvación, ser portadores de luz en medio de la oscuridad, y proclamar que Cristo sigue siendo el único camino a la vida verdadera (Mateo 28-19-20).

Ese es también el compromiso de este ministerio Tabernáculo Prensa de Dios, llevar Buenas Nuevas, integrando el crecimiento espiritual con una conciencia social transformadora, para que nuestra sociedad, nuestras iglesias y nuestra nación reconozcan a Cristo como el único Señor y Salvador.

Por eso, no te afanes. Descansa en Dios. Él sigue siendo Jehová de los Ejércitos, el Buen Pastor, el que corona tu vida de favores. El que habita al abrigo del Altísimo vivirá bajo Su sombra (Salmo 91). Así como un niño se siente seguro en los brazos de su padre, así estamos tú y yo cuando nos refugiamos en el amor de nuestro Dios.

Él es el árbol de la vida, nuestra salvación y fortaleza. Por eso, no temerá nuestro corazón. Confiemos plenamente en Su nombre.

Margarita García

Margarita García

Directora del Tabernáculo Prensa de Dios

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