El verdadero gozo no depende de las circunstancias externas, sino de nuestra relación con Dios y la comprensión del mensaje del evangelio. Este gozo es un regalo divino que nos sostiene en medio de cualquier adversidad. Al meditar en las Escrituras, encontramos claves esenciales para experimentar ese gozo inquebrantable.
Mateo 19-21
Jesús nos llama a desprendernos de todo lo que ocupa el lugar de Dios en nuestro corazón:
«Si quieres ser perfecto, anda, vende lo que tienes y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven y sígueme.»
Aquí, el Señor nos invita a depositar nuestra confianza en las riquezas eternas y no en lo material. Cuando seguimos a Cristo con un corazón dispuesto, encontramos gozo al vivir para Su propósito.
Jeremías 2-13
El profeta nos recuerda:
«Porque dos males ha hecho mi pueblo: me dejaron a mí, fuente de agua viva, y cavaron para sí cisternas, cisternas rotas que no retienen agua.»
El verdadero gozo proviene de beber de la fuente de agua viva, que es Dios. Cuando buscamos llenar nuestro corazón con cosas pasajeras, terminamos insatisfechos. Volver a la fuente eterna nos llena de gozo y vida.
Filipenses 1-12-13 y 4-11-13
El apóstol Pablo es un ejemplo de cómo el gozo del Señor trasciende las circunstancias. Desde la prisión, escribe:
«Quiero que sepáis, hermanos, que las cosas que me han sucedido han redundado más bien para el progreso del evangelio.»
(Filipenses 1:12)
Y más adelante:
«He aprendido a contentarme, cualquiera que sea mi situación. Sé vivir humildemente, y sé tener abundancia; en todo y por todo estoy enseñado… Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.» (Filipenses 4:11-13)
Pablo nos muestra que el gozo del Señor es nuestra fuerza, como dice Nehemías 8-10. Este gozo no depende de lo que tenemos o enfrentamos, sino de quién es Dios y lo que ha hecho por nosotros en Cristo.
El mensaje del evangelio nos recuerda cada día que somos amados, redimidos y llamados a una vida de plenitud en Dios. Recordemos estas verdades:Jesús es nuestro tesoro eterno (Mateo 19:21).Dios es la fuente de agua viva que sacia nuestra alma (Jeremías 2-13 El gozo del Señor nos da fuerza en toda circunstancia (Filipenses 4:11-13).
Cada día, volvamos al evangelio, meditemos en la Palabra y vivamos con gratitud. Así, el gozo verdadero del Señor será evidente en nuestras vidas, y seremos reflejo de Su amor para el mundo. Gracias y Paz.