Los países del mundo están atravesando por situaciones difíciles, y nuestro país no es una excepción, todavía nadie ha podido disminuir la pobreza, ya que a los pobres siempre los tendréis como en una ocasión lo dijo nuestro Señor y Salvador Jesucristo. Nuestro país lo que necesita es cambio espiritual, mediante la predicación de la Palabra de Dios.
Admiramos al grupo de misioneros que se encuentran en el país desarrollando la campaña “Una Nación Un Día”, La Mejor República Dominicana, pero eso no va a cambiar en nada nuestra situación como nación pobre física y espiritualmente.
Para que una nación cambie lo que necesita es que se le predique el evangelio de Jesucristo, el cual vino a buscar y a salvar lo que se había perdido, y no dejar que el enemigo de las almas, Satanás, sea el que esté dominando la mente y los corazones de la mayoría de los dominicanos.
Dicha campaña, entre otras cosas, incluye proyectos de agua potable, la distribución de 250 mil pares de zxapatos a niños y adolescentes, operativos médicos, construcción y reparación de viviendas, reparación de pozos y bombas de agua, y la distribución de medicamentos valorados en 4.5 millones de dólares.
Las ciudades donde se desarrollará la campaña son: Santo Domingo, San Pedro de Macorís, La Romana, Higuey, San Cristóbal, Baní, Azua, San juan de la Maguana, Monte Plata, Santiago, La Vega, Bonao, Puerto Plata, Valverde (Mao), Moca, Cotuí, Nagua y San Francisco de Macorís.
Todo eso es muy bueno, pero si no se predica a Jesucristo todas las obras que se hagan tendrán poco valor, ya que lo que los dominicanos necesitan es ser transformados por el poder de Dios y esa misión debe estar a cargo de la Iglesia, formada por personas que han nacido de nuevo espiritualmente y comprometidas a predicar el evangelio.
Jesucristo, el Hijo del Dios Viviente, antes de ascender a los cielos, después de su resurrección, le dijo a los discípulos: “Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. El que creyere y fuere bautizado, será salvo, más el que no creyere, será condenado”, (Marcos 16:15-16).
El evangelio de Jesucristo es la única medicina que cambia espiritualmente al hombre pecador, que está muerto en delitos y pecados, por lo que por naturaleza es hijo de ira.
En todo este movimiento no se ha mencionado el nombre de Cristo ni de la necesidad de la predicación del evangelio, porque solo se habla de hacer obras de tipo social, religioso y nada más.
El apóstol Pablo dice: “Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree; al judío primeramente y también al griego. Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está escrito: Más el justo pro la fe vivirá”, (Romanos 1:16-17).
Además, el hombre pecador, espiritualmente está muerto “en delitos y pecados, siguiendo la corriente de este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia, haciendo la voluntad y de los pensamiento, y por naturaleza hijos de ira”, (Efesios 2:1’3).
No podemos confundir a la gente haciéndoles creer que la salvación es por obra, ya que el apóstol Pablo dice que “porque por gracia sois salvos por medio de la fe, y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe”, (Efesios 2:8-9).
Nuestro deseo es que esos más de 2,500 misioneros que participan en la campaña “Una Nación Un Día”, la mejor República Dominicana, impacten a nuestro país con el poder del evangelio de Cristo, y que más de un millón de dominicanos sean impactados con el mismo, y seremos testigos del cambio que se producirá en nuestro país. Agradeceremos su esfuerzo por toda la vida. Bendiciones.