Principal

El Espíritu Santo en Su manifestación de Poder

A través de toda la historia del pueblo de Dios, Dios siempre se ha movido por medio de la impartición de Su Poder sobre individuos escogidos para llevar a cabo Su Obra.

En el Antiguo Testamento estas personas eran reyes y profetas que Dios escogía específicamente para una labor, eran jueces también como el caso de Gedeón, y Sansón, y otros que Dios escogía, dotaba con Su Poder selectivamente para llevar a cabo una tarea heróica y sobrehumana.

En la nueva administración de las iglesias, sin embargo, lo que vemos es que Dios hace disponibles Sus dones y la unción de Su Espíritu no solamente a esos reyes y profetas, y jueces sino a todo creyente. Y lo que nos dice la Escritura es que: “La unción de Dios es para todo aquél que cree” como dice el apóstol Pedro en su primer sermón en el Día de Pentecostés.

Él dice en el versículo 39 del capítulo 2 del Libro de los Hechos: “Porque para vosotros es la promesa, y para vuestros hijos, y para todos los que están lejos, para cuantos Dios, nuestro Señor llamare.” Y esa promesa de la cual habla el apóstol Pedro es precisamente la promesa del Espíritu Santo.

El Espíritu Santo en Su Poder, en Su manifestación de Poder está disponible para todo aquél que cree, para todo creyente, y el deseo, el propósito de Dios es que todo creyente, al recibir a Cristo como su Señor y Salvador reciba también el mover del Espíritu Santo para ser un siervo, una sierva, un instrumento útil al Señor en llevar a cabo la Gran Comisión, y llevar a cabo las asignaciones que el Espíritu de Dios quiera darle a ese creyente.

Entonces tenemos que entender esto: muchos creyentes y viven una vida débil e inefectiva porque les falta esa experiencia, esa impartición, ese Poder del Espíritu Santo. Y muchas iglesias no enseñan a los creyentes cómo entrar a esa bendición de la vida llena del Espíritu Santo. No se les da momentos en que se les imparte la unción de Dios, en que se les entra en la experiencia pentecostal. Entonces estos creyentes muy fieles, muy amantes del Señor, pero no conocen lo que es el mover poderoso del Espíritu Santo en esa dimensión.

Y recuerdo un pasaje, me viene a la mente ahora en el capítulo 19 del Libro de los Hechos, donde Pablo se encuentra con unos creyentes en Éfeso que no conocen de esa dimensión pentecostal de la vida llena del Espíritu Santo. Han conocido a Cristo pero ni siquiera saben del Espíritu Santo. Entonces Pablo se encuentra con ellos, Hechos capítulo 19 versículos 1 y 2, dice: “Pablo vino a Éfeso y hallando a ciertos discípulos” es decir esta gente ya creían en Jesucristo como su Señor y Salvador, “y hallando a ciertos discípulos les dijo: ¿recibisteis el Espíritu Santo cuando creisteis?”

Mire la pregunta del apóstol Pablo acá. Pablo está diciendo: yo sé que ustedes creyeron pero no necesariamente quiere decir que ustedes recibieron el Espíritu Santo. ¿Qué quiere decir eso de recibir al Espíritu Santo? En el Antiguo Testamento eso de recibir al Espíritu Santo es un término en código que quiere decir: recibieron el bautismo del Espíritu Santo, entraron ustedes en esa dimensión pentecostal de la vida cristiana. Es posible uno haber recibido a Cristo como Señor y Salvador pero no estar bautizado en el Espíritu Santo, y es posible tener el Espíritu Santo, yo creo, porque el Espíritu Santo es el Espíritu de Dios que entra en una persona cuando cree en Jesucristo como Señor y Salvador, pero no tener la experiencia pentecostal del bautismo del Espíritu Santo. Son dos cosas diferentes.

Yo sé que eso puede resultar escandaloso para muchos, pero hay muchos creyentes que tienen el Espíritu de Dios dentro de ellos, pero no tienen la experiencia pentecostal del bautismo en el Espíritu Santo. Y eso es lo que Pablo les está preguntando a ellos: ¿ustedes recibieron el bautismo del Espíritu Santo cuando creyeron?

Y miren lo que ellos le contestan. Ellos le dijeron: “Ni siquiera hemos oído si hay Espíritu Santo.” Estos creyentes habían recibido una enseñanza básica de la vida cristiana pero no habían sido discipulados porque todavía no habían métodos y sistemas de adoctrinar a los creyentes, sino que muchos creyentes simplemente pasaba alguien por su pueblito o su aldea, les hablaba de Cristo como el Mesías, aceptaban que Cristo era el Mesías y después esas personas seguían caminando, y simplemente tenían un entendimiento muy rudimentario del a vida cristiana.

Entonces Pablo se encuentra alguno de estos creyentes y quiere como entrarlos a un nivel mayor, se da cuenta quizás por la forma que actúan que no han tenido esa impartición más poderosa del bautismo del Espíritu Santo. Y ellos le dicen: mira Pablo, nosotros ni siquiera sabíamos que hay tal cosa como el Espíritu Santo, solamente sabemos que Jesús es el Mesías, eso es todo.

Pablo entonces les pregunta: “¿En qué pues fuisteis bautizados? ellos dijeron: en el bautismo de Juan.” ¿Cuál era el bautismo de Juan? el bautismo en agua. Juan dijo: yo bautizo en agua pero viene uno que bautiza en fuego y Espíritu Santo. Entonces ellos sólo habían sido bautizados en el bautismo de arrepentimiento de agua pero no en el bautismo del Espíritu Santo.

Entonces Pablo les dice: “Juan bautizó con bautismo de arrepentimiento, diciendo al pueblo que creyesen en aquél que vendría después de él, esto es en Jesús, el Cristo” ¿ve? él está aclarando. Hay un bautismo en agua, hay una experiencia de arrepentimiento de pecados, eso es muy bueno, pero eso no es todo lo que él está diciendo; estamos en 19 Hechos versículos 5 y 6.

En el versículo 6 dice: “Y habiéndoles impuesto Pablo las manos” porque una de las formas de recibir el bautismo del Espíritu Santo es por medio de la impartición de manos de alguien que ha tenido esa experiencia en su vida, “habiendo impuesto las manos sobre ellos, vino sobre ellos el Espíritu Santo; y hablaban en lenguas, y profetizaban, y eran por todos, unos doce hombres.”

Cuando el apóstol Pablo les impone manos son llenos del Espíritu Santo, son bautizados en el Espíritu Santo y en este caso hablan en lenguas, profetizan ¿qué quiere decir que profetizaban? Estaban hablando misterios, estaban adorando al Señor, estaban hablando bajo la unción y la inspiración del Espíritu Santo porque habían sido llenos del bautismo del Espíritu Santo. Entonces esa es la idea.

Nosotros tenemos que tener mucho cuidado porque sí, tenemos el Espíritu de Dios, somos salvos, nos hemos arrepentido, hemos recibido a Cristo como nuestro Señor y Salvador, pero nos falta esa experiencia pentecostal y tenemos que buscarla, y pedirle al Señor que nos llene. Por eso es tan importante esta doctrina del bautismo del Espíritu Santo y por eso me he estado tomando tanto tiempo en analizarla con ustedes.

Fuente:
dioshablahoy

Publicaciones relacionadas

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Botón volver arriba