El discernimiento es una virtud moral, juicio por medio del cual percibimos y declaramos la diferencia que existe entre varias cosas. Criterio o capacidad de distinguir los elementos implicados en una cuestión, cómo se relacionan entre sí, cómo afectan unos a otros y cómo cada uno de ellos incide en el conjunto. Discernimiento es poder tener la claridad de lo que está ocurriendo en una situación, y cómo incide eso que estás observando. Ves algo que está sucediendo, pero no asumes que sabes el por qué o cuál es la causa de lo que está pasando. El discernimiento te da la capacidad de ver la causa de algo, y eso es importante para ver cómo trabajamos con los asuntos que llegan a nuestra vida. El discernimiento de espíritus es, entonces, un don a través del cual Dios te da la capacidad de mirar el mundo espiritual, y ver la fuente, raíz o la causa de una condición, actividad, persona o manifestación. Una persona puede hacer algo que parece correcto, pero su intención ser la incorrecta. La madre de los hijos de Sebedeo, se tiró a los pies de Cristo y comenzó a adorarle, pero después le dijo: Quiero que sientes a uno a la derecha y otro a la izquierda. Y Jesús dice que hace bien en adorar, pero que su intención era la incorrecta. En esa ocasión, Jesús no requirió tanto discernimiento porque ella se lo dijo, pero es un ejemplo de algo correcto, hecho con una intención incorrecta. Cualquiera otro la ve y piensa que ella es muy espiritual, pero su intención era incorrecta.
Dios te abre el mundo espiritual para ver lo que hay detrás de la persona, del evento, de la apariencia. Dios envía a Josué a conquistar la tierra prometida. Cuando los gabaonitas se enteran de que Josué estaba teniendo tantas victorias, se pusieron ropas de mendigos, rasgaron sus vestidos, se ensuciaron con tierra, pusieron pan mohoso en sus canastas y fueron ante Josué y le dijeron: Nosotros somos pobres, no tenemos nada, haz pacto con nosotros, no nos mates, no nos saques de aquí. Y Josué, por la apariencia, hizo pacto con ellos, para luego descubrir que aquella no era la realidad de ellos. Y dice la Biblia que los gabaonitas se convirtieron en aguijones, en avispas, gente que vienen con apariencia de piedad, tú haces pacto con ellos, pero detrás, la realidad es otra. Y ahora Josúe, como les da la palabra, tiene que vivir por el resto de sus días por la palabra que dio, habiendo sido engañado por aquella apariencia. Así que, el discernimiento de espíritu te da la oportunidad de ver lo que hay detrás para tomar entonces las decisiones correctas.
Hay cuatro tipos de discernimiento, cuatro niveles:
- Discernimiento natural – Juicio que hacemos sobre las personas o circunstancias, basada en las enseñanzas recibidas en nuestro hogar, sociedad, cultura e iglesia. Este juicio es limitado y puede ser malo. Es un juicio que emitimos en base a una información que tenemos, un juicio aprendido que se va desarrollando.
- Discernimiento espiritual – No discernimiento de espíritus; Es el que se describe en Hebreos 5:13-14: 13 Y todo aquel que participa de la leche es inexperto en la palabra de justicia, porque es niño; 14 pero el alimento sólido es para los que han alcanzado madurez, para los que por el uso tienen los sentidos ejercitados en el discernimiento del bien y del mal. Pablo está hablando de aquellos que estudian la Palabra, y ya no son engañados porque han ejercitado su sentido espiritual, conocen la Palabra, tienen revelación, operan a nivel de la mente de Cristo, lo cual sobrepasa el juicio natural y te capacita para definir qué está bien y qué está mal y corregir tu vida.
- Adivinación o clarividencia – Cuando una persona ejercita el conocimiento extrasensioral recibido por la operación de espíritus o patrones de conocimientos carnales. Todos despedimos energía. En el mundo se le llama aura, pero es una energía. Incluso, hay personas que llegan a un lugar y tú sientes que el ambiente cambió, ya sea para bien o para mal. Lamentablemente, estos conocimientos se utilizan en su mayoría con propósitos erróneos. Lucas 4:40-41: 40 Al ponerse el sol, todos los que tenían enfermos de diversas enfermedades los traían a él; y él, poniendo las manos sobre cada uno de ellos, los sanaba. 41 También salían demonios de muchos, dando voces y diciendo: Tú eres el Hijo de Dios. Pero él los reprendía y no les dejaba hablar, porque sabían que él era el Cristo. En otras palabras, este mundo espiritual también se expresa, habla, tiene control en ciertos niveles.
- Discernimiento de espíritus – Este es el que queremos activar, es un don del espíritu. No es metafísica, no es leer la mente, no es un análisis psicológico o psiquiátrico. Por ejemplo, no hay tal cosa como espíritu de pobreza, lo que hay es mentalidad de pobreza. Ahora, sí hay espíritu de cobardía. Esto es importante porque, si es un espíritu, se tiene que tratar de una manera, mientras que si no lo es, se trata de otra. La pobreza no se trabaja con oración, sino con entendimiento, con sabiduría. La gente sale de la pobreza, no meramente orando, sino trabajando, aprendiendo. Si es un espíritu de cobardía, puedes reprenderlo; Pero se puede también llegar a la conclusión de que alguien tiene miedo, a través de un exámen psicológico, y no necesariamente a través del discernimiento de espíritus. Cuando hablamos de espíritus, no necesariamente hablamos de demonios, sino de una raíz que está en tu espíritu. No son sensaciones extrasensoriales. No te da la autoridad para criticar o juzgar; No es un don de sospecha. Hay gente que en todo ven un demonio, un espíritu, una sombra; Y hay entes espirituales, pero los que estamos lavados por la sangre de Cristo no tenemos que temer ninguna de esas cosas. En ti no caben, en ti no hay, en ti no pueden existir, no tienen parte ni suerte en tu vida. El discernir espíritus no es discernir solo demonios, ver al diablo en todas partes; En el cristiano, en la calle; Y habrá quien utilice mensajes subliminales, por ejemplo, pero tampoco podemos ser paranoicos. El discernimiento de espíritus te puede hacer saber que hay algo maligno detrás, pero esa no es la razón principal de ese don.