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El destino eterno del creyente

Muchas veces rechazamos a Jesús porque no comprendemos que él nos esta llamando, que es lo que nos promete Dios por medio de su Palabra o por medio de un predicador. Cuando alguien nos está predicando sobre la “salvación” por medio de recibir a Cristo como nuestro Señor en nuestras vidas, nos hacemos indiferentes diciendo que no estamos preparados o que todavía no es el momento. No sabemos lo que estamos haciendo, estamos rechazando al mismo Señor, a Dios.

En Juan 11:25-26 “Le dijo Jesús: yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque este muerto vivirá…Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente ¿crees esto?”

Si crees en Dios ¿sabes para donde vas?

Juan 14:4 “Y sabéis a dónde voy, y sabéis el camino. 5 Le dijo Tomás: Señor, no sabemos a dónde vas; ¿cómo, pues, podemos saber el camino?”

el llamado de dios, la salvacion eterna, la vida eterna, cuando cristo nos llamaEsta pregunta la hago porque casi todos creen en Dios, pero no son hijos suyos, pues hasta Satanás cree en Dios.

Jesús no les pregunta a sus discípulos para donde va y cual es el camino, sino que al contrario se los está asegurando que ya saben para donde va y cual es el camino (para ir al cielo) pues ya se los había enseñado y lo dice en:

Juan 14:6-9 “Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí. 7 Si me conocieseis, también a mi Padre conoceríais; y desde ahora le conocéis, y le habéis visto. 8 Felipe le dijo: Señor, muéstranos el Padre, y nos basta. 9 Jesús le dijo: ¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros, y no me has conocido, Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre; ¿cómo, pues, dices tú: Muéstranos el Padre?”

¿Qué tenemos que hacer para tener la vida eterna?

1º Tenemos que nacer de nuevo o sea recibir a Jesús como nuestro Señor y salvadorJuan 3:3 “Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios”.

Pero ¿como se hace esto?

Juan 3:4-7 “Nicodemo le dijo: ¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo? ¿Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre de su madre, y nacer? 5 Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios. 6 Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es. 7 No te maravilles de que te dije: Os es necesario nacer de nuevo”.

¿Que mas tenemos que hacer para tener derecho a la vida eterna?

1 Pedro 1:10-16 Los profetas que profetizaron de la gracia destinada a vosotros, inquirieron y diligentemente indagaron acerca de esta salvación, 11 escudriñando qué persona y qué tiempo indicaba el Espíritu de Cristo que estaba en ellos, el cual anunciaba de antemano los sufrimientos de Cristo, y las glorias que vendrían tras ellos. 12 A éstos se les reveló que no para sí mismos, sino para nosotros, administraban las cosas que ahora os son anunciadas por los que os han predicado el evangelio por el Espíritu Santo enviado del cielo; cosas en las cuales anhelan mirar los ángeles. 13 Por tanto, ceñid los lomos de vuestro entendimiento, sed sobrios, y esperad por completo en la gracia que se os traerá cuando Jesucristo sea manifestado; 14 como hijos obedientes, no os conforméis a los deseos que antes teníais estando en vuestra ignorancia; 15 sino, como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir; 16 porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo.

Esta no es tarea fácil, pero Dios nos ayuda a poder cumplirla. Al principio nos sella con su Espíritu Santo, y nos da la santificación inicial, o sea nos aparta para Él. Luego nos tenemos que esforzar nosotros por vivir una vida santa, piadosa apartados para Él. Dando frutos dignos de arrepentimiento. A esto le llamamos la santificación progresiva, la que vivimos en la tierra después de nacer de nuevo. Y por última viene la final cuando estemos cara a cara con Él.

Tenemos que cumplir el ministerio de la reconciliación.

1 Pe 1:17-23 “Y si invocáis por Padre a aquel que sin acepción de personas juzga según la obra de cada uno, conducidos en temor todo el tiempo de vuestra peregrinación; 18 sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata, 19 sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación, 20 ya destinado desde antes de la fundación del mundo, pero manifestado en los postreros tiempos por amor de vosotros, 21 y mediante el cual creéis en Dios, quien le resucitó de los muertos y le ha dado gloria, para que vuestra fe y esperanza sean en Dios. 22 Habiendo purificado vuestras almas por la obediencia a la verdad, mediante el Espíritu, para el amor fraternal no fingido, amaos unos a otros entrañablemente, de corazón puro; 23 siendo renacidos, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la palabra de Dios que vive y permanece para siempre”.

Este ministerio es el principal, Dios nos lo dio por medio de nuestro Señor Jesucristo pues él vino a reconciliar en si mismo al mundo que estaba perdido en el pecado, por medio de la reconciliación con Dios el hombre puede tener acceso al Trono de la Gracia. Dios nos ve limpios por medio de Jesucristo pues él nos limpió de todo pecado por medio de su preciosa sangre.

Si nosotros hemos nacidos de nuevo, la Palabra es clara, vamos para el cielo por medio de la reconciliación, porque hemos renacido, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la Palabra de Dios que vive y permanece para siempre. (1 Pedro 1:23)

Si usted se encuentra sin Cristo, este es el momento de recibirlo para gozar de todas las promesas que él nos ha dado.

Si usted ha leído u oído este mensaje y siente que quiere cambiar su vida y comenzar una nueva viviendo en el Espíritu lo invito a que haga una oración que cambiará su vida, esta oración no significa un cambio de iglesia o de religión, significa que usted quiere ser un hijo de Dios capaz de vivir en el Espíritu. Lo invito a que haga la siguiente oración:

“Señor Jesús, yo te recibo hoy como mi único y suficiente Salvador personal; creo que eres Dios, que moriste en la cruz para perdonar mis pecados y que resucitaste al tercer día. Me arrepiento, soy pecador. Perdóname Señor. Gracias doy al Padre por enviar al Hijo a morir en mi lugar. Gracias Señor Jesús por salvar mi alma hoy. En Cristo Jesús mi salvador, amén”

Si usted hizo esta oración, usted ha nacido de nuevo, ahora es parte de la familia de Dios, pues su Palabra dice: “Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio la potestad de ser hechos Hijos de Dios” Juan 1:12

Fuente:
Pastor José Vega

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