Numeros 15:30 Como podemos ver en el texto con el cual hemos comenzado, la soberbia es considerada algo muy grave por nuestro Dios, la soberbia es algo que ofende a Dios, por lo tanto, debe ser algo que nosotros como cristianos no deberíamos de permitir en nuestra vida.
Comprendamos primeramente que significa soberbia:
Sentimiento de superioridad frente a los demás que provoca un trato distante o despreciativo hacia ellos.
Es un sentimiento de superioridad que lleva a presumir de las cualidades o de las ideas propias y menospreciar las ajenas.
Altivez y arrogancia del que por creerse superior desprecia y humilla a los demás
Podemos darnos cuenta de que la soberbia no tiene nada positivo para nuestra vida, no nos ayuda en nada, NO NOS HACE MEJORES, NI NOS HACE MÁS GRANDES, lo único que hace es HACERNOS CREER que somos mejores, que sabemos más y que somos mas grandes que los demás.
Lastimosamente, aunque la soberbia no tiene absolutamente nada positivo para nuestra vida, la gran mayoría de nosotros tenemos soberbia en nuestro corazón, y ese es un gran problema pues nuestra soberbia no es agradable para nuestro Dios.
PRIMERAMENTE, ¿PORQUE LA SOBERBIA ES ALGO DESAGRADABLE Y OFENSIVO PARA NUESTRO DIOS?
Porque la soberbia fue la causa del primer pecado que se dio en los cielos, cuando satanás quiso poner su trono más alto que el de nuestro Dios (Isaías 14:11-15)
Porque satanás uso también el mismo pecado de la soberbia, de llegar a ser como Dios, para hacer caer a Adán y Eva en el huerto de Edén (Genesis 3:1-5)
Porque la soberbia es totalmente contraria al carácter de nuestro Señor Jesús y el mismo dijo que nosotros teníamos que aprender de él, de su carácter manso y humilde de corazón (Mateo 11:29)
Es decir que una persona soberbia no refleja a Cristo en su vida, entonces ¿a quién reflejaran sus actitudes? ¿A quién nos parecemos cuando somos soberbios?
VEAMOS EN LA PALABRA DE DIOS ALGUNOS DE LOS PELIGROS DE DARLE CABIDA A LA SOBERBIA EN NUESTRA VIDA
La soberbia nos engaña (Jeremías 49:16) Los soberbios creen que son intocables, que han llegado tan alto que no necesitan la ayuda de nadie ni la ayuda de Dios.
La soberbia no nos deja escuchar la voz de Dios (Jeremías 17:23) Y si no queremos escuchar la voz de Dios, menos escucharemos la voz de personas que nos quieren ayudar o nos quieren prevenir de algo malo en nuestra vida (Proverbios 13:18)
La soberbia nos hace que no tomemos en cuenta a Dios en nuestros planes y proyectos (Santiago 4:13-16) A los soberbios Dios los deja que caminen en sus propias malas decisiones para que las mismas consecuencias los humillen y les haga reconocer su error (Salmo 81:11-12)
La soberbia no nos permite tener una relación cercana con nuestro Dios (Salmo 138:6) Dios no puede ser amigo de soberbios.
La soberbia nos expone a la disciplina de Dios sobre nuestra vida: Los soberbios serán humillados dice la palabra de nuestro Dios (Proverbios 29:11 / Lucas 18:14)
VEAMOS LO QUE PIENSA DIOS SOBRE NUESTRA SOBERBIA
¿Qué dice Dios sobre las personas soberbias que piensan que no necesitan de Dios ni de nadie? (Apocalipsis 3:17) Aunque nos creamos mucho delante de las personas, tenemos que reconocer que delante de Dios no tenemos nada.
Dios dice en su palabra que la soberbia y nuestras jactancias no nos aprovecharan absolutamente en nada (Jeremías 48:29-30) Estos versículos es un mensaje directo a la vida de muchos de nosotros que pensamos que con la jactancia de nuestra soberbia podremos resolver todo en la vida.
Dios dice en su palabra que menospreciar a nuestro prójimo como lo hace un soberbio significa que somos faltos de entendimiento (Proverbios 11:12) nosotros podemos pensar que estamos llenos de dinero, llenos de títulos, llenos de conocimiento, pero si somos soberbios y menospreciamos a nuestro prójimo somos faltos de entendimiento de la palabra de Dios y de su voluntad.
Aunque nos molestemos, aunque con soberbia nos rebelemos contra la voluntad de Dios, nunca podremos ganarle a Dios (Job 9:4) tenemos que rendirnos a él, no el a nosotros.
¿COMO PODEMOS QUITAR LA SOBERBIA QUE HAY EN NUESTRO CORAZON?
Primeramente, pidiéndole a nuestro Dios que nos permita reconocerla en nuestra vida (Salmos 19:12)
Segundo, Pidiendo con humildad a nuestro Dios que ya no permita que la soberbia se vuelva a enseñorear de nuestra vida (Salmo 19:13)
Tercero, confesando con humildad nuestro pecado de soberbia con un corazón humillado delante de Dios, reconociendo que somos y hemos sido soberbios en nuestra vida (Salmo 51:17)
Cuarto, creyendo y confesando por la fe que la sangre de Cristo nos limpia de todo pecado de soberbia y altanería de nuestro corazón (1 Juan 1:9)
Quinto, cada día poniendo en práctica lo que nos dice 1 Pedro 5:6: Humillarnos bajo la poderosa mano de Dios.
