Debido a la angustia de Su alma, Él lo verá y quedará satisfecho. Por Su conocimiento, el Justo, Mi Siervo, justificará a muchos, Y cargará las iniquidades de ellos. (Isaías 53:11)
Hijos míos, por quienes de nuevo sufro dolores de parto hasta que Cristo sea formado en ustedes, (Gálatas 4:19)
RESUMEN: Las iglesias y los cristianos efectivos en el siglo XXI deben estar conscientes del proceso de santificación y transformación personal, y ser pacientes y compasivos con aquellos que están en el camino de la vida cristiana. Es importante que los líderes cristianos estudien y comprendan la psicología y los principios de la transformación humana para poder ayudar a aquellos que buscan la transformación. El proceso de santificación es largo y requiere tiempo, y los líderes deben caminar con las personas en ese proceso, como lo hace el Espíritu Santo. Esto requiere paciencia, compasión y estar dispuestos a pagar el precio de caminar con el pecador en su camino hacia la plenitud de la Persona de Cristo Jesús.
Las iglesias efectivas en el siglo XXI, las iglesias que van a atraer mucha gente al conocimiento de Jesucristo y que van a ser iglesias simpáticas que provocarán el interés de la gente allá afuera, y los cristianos efectivos, los individuos del Reino que van a ser obreros efectivos en traer a otros al conocimiento de Jesucristo tendrán que ser personas muy conscientes de lo que es la ardua jornada de la santificación y del perfeccionamiento cristiano.
Una de las destrezas más grandes que se requieren en la vida cristiana hoy en día es de cómo el alma se va renovando y transformando, y cambiando patrones destructivos y negativos de comportamiento por patrones saludables que produce gente sana y balanceada, y de cómo ese proceso es algo muy delicado y muy complejo que requiere visión a largo plazo y gente que se una poco a poco a ese proceso con las personas que están involucradas en el camino de la vida cristiana.
Transformación espíritual en el Siglo XXI.
Si la Iglesia por lo contrario está llena de personas impacientes que creen que la santidad es algo que se debe dar de la noche a la mañana y que cuando uno entra a los caminos del Señor ya debe inmediatamente dejar a un lado todo lo que era característico de su comportamiento pecaminoso en el mundo, vamos a producir iglesias neuróticas e iglesias incapaces de alcanzar a la gente que está en el mundo y que como Saqueo, de quien hablamos en la última programación, tienen deseo de entrar en los caminos de Dios pero piensan que están atrasados y que tienen tantas ataduras que probablemente es demasiado tarde para ellos.
Pero estas personas cuando encuentran un pueblo de Dios misericordioso, compasivo, simpático, generoso, paciente entonces experimentan el nacimiento de la esperanza en sus corazones y se atreven a entrar en el camino arduo de la santificación y la transformación personal.
Por eso es que los Pastores y los líderes cristianos debemos estudiar continuamente algo de psicología cristiana, de consejería, principios de cómo el alma y la mente se cambian y se transforman para abandonar los patrones del pasado y sustituirlos con patrones nuevos. Y por eso es que yo aconsejo mucho a los creyentes de hoy en día que estudien y lean acerca de estos elementos de la transformación humana y cómo se dan en el cerebro y en el sistema nervioso humano, porque, después de todo, Dios usa la biología. Dios usa los funcionamientos del cerebro y las emociones, y los recuerdos, y la voluntad.
Dios no viola los patrones del alma humana sino que los respeta y trabaja a través de ellos, y por eso es que aunque muchas veces, las personas experimentan unas confrontaciones muy poderosas con el Espíritu Santo al inicio y se dan unos cambios bien fuertes pero, siempre se requerirán habrán cosas que se requerirá mucho tiempo para que se puedan llegar a dar en el proceso de su santificación y de llegar a ser gente que verdaderamente refleje el carácter de Jesucristo.
Y se requiere entonces líderes, consejeros, discipuladores, Pastores que estén muy conscientes de este proceso y que le den tiempo a las personas para llegar a donde tienen que llegar. Por eso es que vemos al apóstol Pablo que dice en un pasaje: «Hijitos míos, por los cuales padezco dolores de parto hasta que Cristo sea formado en vosotros» y esa expresión del apóstol Pablo denota lo que es el proceso de perfeccionamiento cristiano, y que se requieren Pastores como Pablo que sientan el dolor y que paguen el precio de caminar con el pecador ese camino largo de caídas y de levantarse otra vez, y que ellos sufran en su propio ser ese proceso ¿no? pero con paciencia.
Como Pablo dice padeciendo dolores de parto esperando hasta que Cristo sea formado en ellos. Porque eso es lo que hace el discipulador y eso es lo que hace el Pastor, es: caminar con el pecador, caminar con el hijo en el caso de la familia y la paternidad, caminar con el amigo o con el discípulo poco a poco, paso a paso como el Espíritu Santo hace con nosotros. El Espíritu Santo es el paracletos, el que se para al lado de nosotros y camina con nosotros y nos anima, nos instruye, nos informa, nos educa hasta que nosotros lleguemos a la plenitud de la Persona de Cristo Jesús.
El discipulado cristiano, el padre cristiano, el consejero cristiano se para al lado de la persona, camina con ellos, padece de las inconveniencias de ese proceso de santificación hasta que llegue el día, que nunca llegará plenamente, porque nunca seremos perfectos aquí en el mundo, pero hasta que llegue el día en que la persona discipulada llegue a reflejar los valores y principios del carácter de Cristo Jesús y del Reino de Dios.
Ese es el tipo de consejero y de discipulador que necesitamos en este tiempo, ese es el tipo de Iglesia y de líder que se requiere para llevar a tanta gente en el siglo XXI hacia la Casa de Dios y los caminos del Señor, ojalá que nosotros podamos llegar a ser gente así.