Salmo 42:1-2 (RV1960) Como el ciervo brama por las corrientes de las aguas, Así clama por ti, oh Dios, el alma mía.
2 Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo: ¡Cuándo vendré, y presentaré delante de Dios!
Este Hermoso Salmo tiene (6) Seis Características en estos (2) dos primeros versículos, que son los siguientes: en el versículo número (1) uno encontramos (3) tres características:
1.- Amar a Dios. 2.- Ciervos. 3.- Deseo Espiritual.
En el Versículo número (2) tenemos (3) Tres características más que son las siguientes:
1.-Buscar de Dios. 2.- Sed Espiritual. 3.- El Dios Viviente.
Si tomamos estas características nos lleva a una palabra que es Bramar, Bramar por Dios. Me estoy refiriendo en lo espiritual, es hacer ruido o gemir en busca de lo que está vivo en los cielos. De buscar que ese ruido o gemir estremezca los cimientos de los cielos para tener un encuentro con Dios.Que provoque que el mismo Dios se pare de su trono para escuchar a viva voz nuestra necesidad de EL.
El concepto en lo intelectual de Bramar habla de otra cosa, asi que nos concentraremos en el Bramar Espiritual.
Simplemente es que de lo más profundo de nuestro espíritu, alma, corazón, y mente griten la necesidad del Dios viviente, que Dios vea nuestro deseo unido con ese anhelo de amarlo. Que solo su agua nos llene con sus torrentes y que nuestra sequia diaria sea inundada por su gran y bello amor ágape.
Isaias 44:3 (RV1960) Porque yo derramaré aguas sobre el sequedal, y ríos sobre la tierra árida; mi Espíritu derramaré sobre tu generación, y mi bendición sobre tus renuevos;
Ah, queridos hermanos el deseo espiritual y la sed espiritual, nos llevan a una misma meta que es amar a Dios, y cuando amamos a Dios podemos decir como dice el versículo número (1)
… Así clama por ti, oh Dios, el alma mía…
Cuando un creyente esta a este nivel, tan alto, de un deseo espiritual, increíblemente se convierte en un salmista. Que solo está pendiente que Dios sea el único que lo escucha, es su deseo. Cuando le canta aquel salmista, los cielos se estremecen a su voz, por su adoración pura, tan pura que los mismos ángeles entonan esa misma adoración.
Y el Señor se sonríe y la tararea con su hermosa voz y se une a esa adoración, y aquel salmista que adora en espíritu y verdad, tiene un verdadero y genuino encuentro con DIOS. Su alma y espíritu son llenos de la misma gracia de Dios, que lo hará especial entre tanto otros, pasa por desapercibido, pero el es especial para Dios.
Pero este Salmo 42, Es el grito de un hombre apartado y del culto externo de Dios, suspirando por la casa de su Dios, tan amada. Y al mismo tiempo es la voz de un creyente espiritual deprimido, que anhela la renovación de la presencia divina, luchando con dudas y temores, pero, con todo, manteniéndose firme en su fe en el Dios vivo.
Vers. 1. Como el ciervo busca jadeante las corrientes de las aguas, así te anhela a Ti, oh Dios, el alma mía.
Excluido del culto público, David sentía su corazón enfermo. No buscaba comodidades; no suspiraba por honores; pero el disfrute de la comunión con Dios era una necesidad vital para su alma. La consideraba no meramente como el más dulce de todos los privilegios, sino como una necesidad absoluta, como el agua para el ciervo.
Charles Spurgueon Dice:
Dadle a su Dios, y está contento, como el ciervo que al fin apaga su sed y está perfectamente satisfecho. Pero negadle a su Señor, y su corazón jadea, su pecho palpita, todo él se estremece como uno a quien le falta el aire después de una carrera.
¿Sabes tú lo que es esto? Es una dulce amargura. Después de haber vivido a la luz del amor del Señor, lo mejor es ser desgraciado, hasta que lo poseemos, y jadear en su búsqueda. La sed es una necesidad perpetua y no hay que olvidarla, y lo mismo es continuo el anhelo del corazón hacia Dios.
Cuando es tan natural para nosotros anhelar a Dios como para un animal estar sediento, las cosas van bien en nuestra alma, por penosos que sean nuestros sentimientos. Aprendemos en este versículo que la intensidad de nuestro deseo puede hacerse valer ante Dios, y más aún porque hay promesas especiales para el que es ferviente.
Recordemos lo que se dijo al principio de este sermón nos concentramos en el bramar espiritual.
Simplemente es que de lo más profundo de nuestro Espíritu, Alma, Corazón, y mente, griten la necesidad del Dios viviente, que Dios vea nuestro deseo unido con ese anhelo de Amarlo.
Vers. 2. Mi alma tiene sed de Dios. Procura que tu corazón no repose en cualquiera de tus deberes, salvo que sea en Cristo.
Deja todo deber, a menos que puedas hallar algo de Cristo en él; y no un puñado, sino una brazada. En realidad, debes tener relación con el cielo y comunión con Cristo, lo cual es llamado la presencia de Dios, o sea, el presentarte delante de El. Del Dios vivo. Un Dios muerto es una farsa; odiamos una deidad monstruosa; pero el Dios vivo, es la fuente perenne de vida y de luz y amor, que es el deseo de nuestra alma.
¿Cuándo vendré, y me presentaré delante de Dios?
«El ver el rostro de Dios»
Es una traducción más exacta del hebreo; pero las dos ideas pueden combinarse:
Quiere ver a su Dios y ser visto por El; ¡esto es digno de ser buscado!
Thomas Horton Dice:
Un hombre inicuo nunca puede decir con sinceridad:
«¿Cuándo vendré, y me presentaré delante de Dios?»
Porque tendrá que hacerlo demasiado pronto, y antes de lo que quisiera, como los demonios que dijeron a Cristo:
«Que los atormentaba antes de su tiempo».
Pregúntale a un ladrón si quiere aparecer ante el juez. La respuesta es segura: preferiría que no hubiera jueces en absoluto.
Y así es con los hombres del mundo con respecto a Dios, más bien desean esconderse de El.
Dios esta llamando a una sinceridad unánime, si unánime de la siguiente forma Alma, Espíritu, Corazón, y Mente. Como se menciono al principio, no es de pensar otra cosa sino como dice el versículo número (2) dos
¡Cuándo vendré, y presentaré delante de Dios!
La frase Cuando vendré, en esta oración esta el anhelo reflejado a la luz pública sin titubeo que el creyente esta desesperado por un encuentro lo mas antes posible con el Rey de la Gloria.
Porque su Alma, Espíritu, Corazón, y Mente se alinearon en una sola dirección, Dios.
El Salmo 143:6 Extendí mis manos a ti, Mi alma a ti como la tierra sedienta. Selah
Y en ese Selah que solo significa silencio, en ese silencio se te presentara Dios. Y terminado esta oración: Y presentaré delante de Dios!
El deseo hecho realidad de este creyente que alineado Alma, espíritu, corazón, y mente hacia Dios, rendido a sus pies.
Romanos 14:11 Porque escrito está: Vivo yo, dice el Señor, que ante mí se doblará toda rodilla, Y toda lengua confesará a Dios.
En este mensaje, Dios desea escucharte, como aquel salmista que con su adoración estremeció los cimientos de los cielos al punto tal que el mismo Dios se levanto y junto a sus ángeles entonaron la misma adoración de aquel solitario salmista. Y recibió su bendición, que fue La Gracia, esa misma gracia de Dios que descendio sobre aquel salmista y lo hizo especial ante todo.
Dile al Señor Como el ciervo brama por las corrientes de las aguas, Así clama por ti, oh Dios, el alma mía.
Disfruta la comunión con Dios que es una necesidad vital para tu alma. Considera no meramente como el más dulce de todos los privilegios, sino como una necesidad absoluta, como el agua para el ciervo. Amados hermanos una vez mas, el deseo espiritual y la sed espiritual, nos llevan a una misma meta que es amar a Dios, y cuando amamos a Dios podemos decir como dice el versículo número (1)
… Así clama por ti, oh Dios, el alma mía…
Si hubiera algo que te estorbe para no alabar a Dios y tener sed de El pues hoy es el día que debes entregarselo a Dios y El hará por ti. Recibe a Cristo en tu corazón, abre y entregale tu alma y espiritu a El y serás lleno de vida, de esperanza, y de amor, tu vida será diferente porque Cristo esta por ti y en ti.
Dios les Bendiga Grandemente y Poderosamente.