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El bien de Dios en forma de esposa

PROVERBIOS 18:22 El que halla esposa halla el bien, y alcanza la benevolencia de Jehová

Podemos darnos cuenta que vivimos en una sociedad donde muchas personas ven el matrimonio no como una bendición, sino como una carga. Incluso, hay quienes se refieren a su pareja diciendo, con ironía o resignación, es mi «peor es nada».

Lastimosamente este tipo de actitud también la vemos dentro de la iglesia, y esto refleja una FALTA DE AMOR, DE GRATITUD Y DE VISIÓN CRISTIANA DEL MATRIMONIO.

I) “PEOR ES NADA”: ES UNA FRASE QUE REFLEJA EL CONFORMISMO QUE HAY EN EL MATRIMONIO
(2 REYES 2:19) Y los hombres de la ciudad dijeron a Eliseo: He aquí, el lugar en donde está colocada esta ciudad es bueno, como mi señor ve; mas las aguas son malas, y la tierra es estéril.

Podemos ver en el texto como las personas muchas veces viven confundidas llamando a lo malo bueno, pues ellos decían que el lugar donde la ciudad estaba colocada era bueno, pero las aguas eran malas y la tierra era esteril, por lo tanto, EL LUGAR NO ERA BUENO, si las aguas no se podían beber y la tierra no daba fruto el lugar no era un buen lugar para vivir, no era un buen lugar para construir una ciudad, PERO SE ACOSTUMBRARON A VIVIR EN UN LUGAR QUE NO ERA BUENO.

De la misma forma muchos esposos o esposas SE CONFORMAN CON TENER UNA RELACIÓN MEDIOCRE, SIN PASIÓN, SIN UNIDAD, SIN COMUNIÓN.

Son personas que erróneamente dicen: “ya no lo amo, pero peor es nada…” o “ya no me trata bien, pero al menos tengo alguien”.

Pero tenemos que saber que NUESTRO DIOS NO NOS LLAMÓ A VIVIR EN CONFORMISMO, SINO EN PLENITUD (Juan 10:10) Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.

II. “PEOR ES NADA” SE REFLEJA CUANDO EL MATRIMONIO SE MANTIENE SOLO POR COSTUMBRE O POR COMPROMISO
(APOCALIPSIS 2:4) Pero tengo contra ti, que has dejado tu primer amor.

Tenemos que reconocer una verdad, MUCHOS MATRIMONIOS CRISTIANOS NO SE HAN ROTO, PERO TAMPOCO ESTÁN SANOS.

Son matrimonios en los cuales los cónyuges posiblemente pueden ser buenos padres, son responsables con las necesidades de casa, pueden ser buenos servidores en la iglesia, PERO HAN DESCUIDADO EL AMOR COMO PAREJA.

Son matrimonios que muchas veces SIGUEN JUNTOS POR LOS HIJOS, POR LA IGLESIA, O POR EL QUÉ DIRÁN, pero lastimosamente entre los cónyuges hay una desconexión emocional.

Una desconexión emocional entre los cónyuges significa que, aunque están juntos físicamente o viviendo bajo el mismo techo, ya no comparten sus sentimientos, pensamientos ni necesidades emocionales, es decir, SIGNIFICA ESTAR CASADOS, PERO VIVIR COMO DOS EXTRAÑOS.

La palabra de Dios nos recuerda que Dios es testigo entre el esposo y la esposa, y que ÉL ABORRECE EL REPUDIO, TANTO FÍSICO COMO EMOCIONAL (Malaquías 2:16) Porque Jehová Dios de Israel ha dicho que él aborrece el repudio, y al que cubre de iniquidad su vestido, dijo Jehová de los ejércitos. Guardaos, pues, en vuestro espíritu, y no seáis desleales.

III) ¿CÓMO PODEMOS CAMBIAR LA ACTITUD DE “PEOR ES NADA” EN NUESTRO MATRIMONIO?
(PROVERBIOS 18:22) El que halla esposa halla el bien, y alcanza la benevolencia de Jehová.

Tenemos que REVISAR NUESTROS CORAZÓN Y NUESTRAS PALABRAS (Mateo 12:34) De la abundancia del corazón habla la boca.

Seguramente la manera como menospreciamos a nuestra pareja y nuestro matrimonio es porque nuestro corazón está lleno de amargura y de decepción en contra de nuestro cónyuge.

Tenemos que reconocer nuestras malas actitudes, nuestro rencor y nuestra amargura y ARREPENTIRNOS DE CORAZÓN delante del Señor (1 Juan 1:9) Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.

Tenemos que ORAR POR NUESTRA PAREJA Y PERDONARLA DELANTE DEL SEÑOR (Marcos 11:25) Y cuando estéis orando, perdonad, si tenéis algo contra alguno, para que también vuestro Padre que está en los cielos os perdone a vosotros vuestras ofensas.

Tenemos que decidir de corazón HONRAR A NUESTRO CÓNYUGE

(Efesios 5:33) Por lo demás, cada uno de vosotros ame también a su mujer como a sí mismo; y la mujer respete a su marido.

(1 Pedro 3:7) Vosotros, maridos, igualmente, vivid con ellas sabiamente, dando honor a la mujer como a vaso más frágil, y como a coherederas de la gracia de la vida, para que vuestras oraciones no tengan estorbo.

Respetar y honrar a nuestro cónyuge significa cuidar las palabras con las que nos tratamos, no tener actitudes de menosprecio, no usar frases sarcásticas, y tratar a nuestro cónyuge como quisiéramos ser tratados.

Tenemos que ALIMENTAR LA RELACIÓN con detalles, tiempo juntos de calidad, y fortalecer la intimidad emocional y sexual.

Cada uno de nosotros tenemos que comprender que LO QUE NO SE CUIDA, SE MARCHITA.

CONCLUSIÓN: Dios no nos dio una pareja para que vivamos diciendo “peor es nada”. Nos dio una ayuda idónea, un compañero de pacto, una bendición. Dios no diseñó el matrimonio para que lo vivamos con resignación, indiferencia o sarcasmo. Cuando decimos “peor es nada”, estamos menospreciando el regalo que Dios nos ha dado. El matrimonio debe reflejar amor, honra y plenitud. Hoy es el día para dejar el conformismo, sanar las heridas del corazón, y comenzar a ver a nuestra pareja como lo que realmente es: una bendición que viene del Señor.

Fuente:
PASTOR OSCAR FLORES | EL SALBADOR

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