“En gran manera me gozaré en Jehová, mi alma se alegrará en mi Dios; porque me vistió con vestiduras de salvación, me rodeó de manto de justicia, como a novio me atavió, y como a novia adornada con sus joyas.” Isaías 61:10.
En esta época de navidad decoramos nuestros hogares con luces, árboles, y muchas cosas lindas. Compartimos con nuestros seres queridos y los niños esperan regalos. Se come de todo, que linda es la navidad, época que se recuerda el nacimiento de nuestro Salvador.
¿Pero en su vida ha llegado la navidad?
Decore su hogar. Ex 12:7 Y tomarán de la sangre, y la pondrán en los dos postes y en el dintel de las casas en que lo han de comer. El Señor le dice a su pueblo en Egipto que sacrifiquen y derrame la sangre del animal en sus puertas, para cuando pasase en ángel de la muerte no entrara y matara al primogénito de su hogar. Así mismo debemos poner en nuestras puertas, no la carnal sino la espiritual la sangre que nos cubre de multitudes de pecado, la sangre del cual fuimos redimidos, la Sangre de Jesucristo. Has decorado con sangre la puerta de tu corazón.
El Árbol de Navidad simboliza el amor de Dios, adornado con esferas y velas. Las esferas simbolizan los dones que Dios da al hombre y las velas representan la luz de Jesucristo. Al igual que el árbol nosotros debemos reflejar el amor de Dios, dando a otros lo que Dios nos ha dado y alumbrando al mundo con la luz de Cristo. Esta dispuesto a ser como el árbol.
II. Siga la estrella. En Mateo 2.2 nos narra la Palabra que cuando Jesucristo nació los magos de oriente siguieron una estrella, que los llevo hasta donde estaba el Salvador. Hoy día la estrella no está, pero existe una guía como lo fue la estrella, este guía es la Palabra del Señor.
Salmos 119:105 Lámpara es a mis pies tu palabra, Y lumbrera a mi camino. En ella encontraremos la Salvación, el camino al cielo y el perdón de nuestros pecados, y a través de ella conoceremos al Maestro.
Juan 5:39 Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí;
III. Célebre junto a sus seres queridos. Hechos 2:46 Y perseverando unánimes cada día en el templo, y partiendo el pan en las casas, comían juntos con alegría y sencillez de corazón, Hechos 2:47 alabando a Dios, y teniendo favor con todo el pueblo. Y el Señor añadía cada día a la iglesia los que habían de ser salvos.
La Palabra nos exhorta a que nos mantengámonos unidos y compartamos juntos con nuestros hermanos y amigos las cosas que él nos ha dado. La clave del éxito es mantenernos en unidad, porque al igual que la iglesia Primitiva alcanzaremos no solamente la Promesa del Señor sino que alcanzaremos a otros para él. Qué tal si en una de esos compartir que hemos planeados aquel hermano, amigo, familiar se restaura con el Sr, que cree. Así que mantengámonos unánimes juntos en un mismo pensar, en un mismo sentir.
IV. Esperando al prometido. En noche buena se espera al caballero de rojo, pero nosotros esperamos al Caballero de la soberana vocación Jesucristo. El tiempo está por llegar ya todas las profecías están cumplidas solo falta que suene la trompeta. Esta usted listo para oír la trompeta. La Palabra nos dice en Hebreos 6.15 que Abraham, habiendo esperando con paciencia, alcanzo la promesa. Esperemos con paciencia pero trabajando en todo tiempo, recuerde viva como Dios viniera ahora, pero trabaje como si viniera en 10 años.
V. El regalo. El día de navidad es el día en que se abre los regalos, pero el día en que suene la trompeta recibiremos nuestro galardón, la vida eterna. 1 Juan 5:13, Estas cosas os he escrito a vosotros que creéis en el nombre del Hijo de Dios, para que sepáis que tenéis vida eterna, y para que creáis en el nombre del Hijo de Dios.
Tito 1:2 en la esperanza de la vida eterna, la cual Dios, que no miente, prometió desde antes del principio de los siglos. Efesios 2:8, Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios.
Hermanos nuestro más grande galardón es la Salvación de nuestra alma, procure mantenerla viva cada segundo de su vida. La Salvación tuvo un gran precio, la muerte de Jesucristo, la Salvación no es cualquier cosa es lo más importante que tenemos, así que como dice Pablo a los Efesios (6.5) cuídela con temor y temblor.
Así que podemos asemejar la navidad debe ser un reflejo de cada creyente debemos dar amor, gozo, paz, debemos compartir las bendiciones que él nos da. Sea la luz que alumbra el camino hacia Cristo, que esta Navidad Cristo reine en cada corazón, así que procure que la verdadera navidad llegue a la puerta de tu corazón.
PAZ.