Voz del Tabernáculo

El Amor que Restaura

“Nadie ha visto jamás a Dios. Si nos amamos unos a otros, Dios permanece en nosotros, y su amor se ha perfeccionado en nosotros.1 Juan 4-12

Jesús, el epítome del amor divino, debe ser restaurado en los templos, en las iglesias y, lo que es aún más significativo, en nuestros corazones. La esencia de Dios es el amor, y es en ese amor que encontramos la máxima manifestación del perdón y la gracia.

Cada templo y cada iglesia, como lugar de adoración y comunión, deben reflejar este amor y perdón divino. Esto implica vivir en unidad y armonía, compartiendo el amor de Cristo entre los miembros de la congregación y extendiéndose a quienes nos rodean.

Restaurar a Jesús en nuestros corazones es un llamado a vivir de acuerdo con el modelo de amor y perdón que Él nos enseñó. Significa abrir nuestros corazones a Su presencia, permitir que Su amor transforme nuestras vidas y que Su perdón fluya en nuestras relaciones.

A medida que restauramos a Jesús en nuestros templos, iglesias y corazones, permitimos que Su amor sea una luz que brille en la oscuridad y que Su perdón sea un puente que reconcilia y restaura. Este es el desafío y la bendición de ser discípulos de Jesús: reflejar Su amor y perdón en un mundo que tanto lo necesita.

Señor Jesús, restaura Tu presencia en nuestros corazones. en mi hogar y en Tu iglesia. Que Tu amor sea la luz que me guíe, Tu perdón la fuerza que me transforme y Tu gracia el vínculo que me une con mis hermanos. Hazme un reflejo de Tu amor en medio de este mundo que necesita esperanza. tanto Amor.

Margarita García

Margarita García

Directora del Tabernáculo Prensa de Dios

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