Voz del Tabernáculo

El Amor que No Escatimó Nada por Alcanzar a la Humanidad

No fue con oro ni plata, ni con palabras bonitas desde el cielo que Dios mostró Su amor. Fue con un acto que cambió la historia de la humanidad: entregó a Su Hijo único. Aquel que nunca conoció pecado, vino a vivir entre nosotros, a cargar nuestras culpas y a darnos acceso a una vida que no termina.Inspirado en Juan capítulo tres, verso dieciséis.

Dios no se reservó lo más valioso. No escatimó nada. No puso condiciones, no esperó a que fuésemos dignos, no nos pidió que primero cambiáramos. Su amor se adelantó a nuestras respuestas, corrió detrás de nosotros cuando aún huíamos, y extendió los brazos de Cristo en la cruz como la señal más poderosa de cuánto valemos para Él.

Este amor no es emocional ni pasajero; es una decisión eterna. Nos buscó cuando estábamos perdidos, y nos ofreció vida cuando todo parecía condenado a muerte. Es un amor que salva, transforma y da propósito. Un amor que no está en venta ni se gana por méritos. Es gracia pura.

Hoy, al pensar en ese amor, la pregunta no es si Dios te ama eso ya está demostrado, sino: ¿vivirás respondiendo a ese amor? ¿Dejarás que te transforme, te sostenga y te lleve a amar como Él amó?

Señor, gracias por no escatimar nada por mí. Gracias por entregarlo todo, incluso a Tu Hijo, para rescatarme del pecado y darme vida eterna. Enséñame a vivir cada día como respuesta agradecida a tan inmenso amor. Gracias Jesús Por tu amor Infinito que nos alcanzó a Través de un Sacrificio Eterno.

Margarita García

Margarita García

Directora del Tabernáculo Prensa de Dios

Publicaciones relacionadas

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

This site uses Akismet to reduce spam. Learn how your comment data is processed.

Botón volver arriba