En la noche del 3 de mayo de 1728, el Conde Zinzendorf compartió un breve mensaje con la comunidad de Herrnhut que daría inicio a la tradición de las «palabras de vigilancia» o «Losungen» diarias. El mensaje se inspiró en el verso de la canción «El amor lo impulsó, el amor lo arrancó del trono, ¿y no debería amarlo?» Es un recordatorio del gran sacrificio que Jesús hizo por amor a nosotros, dejando Su trono celestial para venir a la tierra y morir por nuestros pecados.
Zinzendorf llamó a las palabras de vigilancia diarias «conversaciones continuas de nuestro Salvador con la comunidad». Dios Habla Hoy se apoya en los hombros espirituales del Conde von Zinzendorf y la comunidad morava. Cada mañana ofrecemos la reflexión y dos versículos de la Biblia como punto de partida para fomentar la reflexión diaria y la conversación con nuestro Salvador y con creyentes afines de todo el mundo.
Los versículos de Jeremías 33:11 y Tito 2:11 ilustran aún más la profundidad del amor y la gracia de Dios hacia nosotros. En Jeremías, Dios promete a su pueblo sanidad y paz, recordándonos su amor incluso cuando nos hemos alejado de Él. En Tito, leemos acerca de la gracia de Dios que trae salvación y nos enseña a vivir vidas controladas, rectas y piadosas. Esta gracia es un regalo que no merecemos, pero se nos da libremente debido al amor de Dios por nosotros.
Mientras reflexionamos sobre el regalo y la gracia de Dios, se nos invita a considerar las pequeñas o grandes cosas que han sucedido recientemente en nuestras vidas y que nos recuerdan la bondad y la gracia eternas de Dios. Tal vez sea un momento de amabilidad inesperada de un extraño, o la forma en que una situación difícil resultó para bien. Sea lo que sea, tomemos tiempo para reconocer y dar gracias por estos momentos de gracia en nuestras vidas.
Y así como la comunidad morava ha compartido fielmente los versículos bíblicos diarios durante casi 300 años, también debemos esforzarnos por compartir el amor de Dios con quienes nos rodean y vivir vidas que reflejen su gracia y bondad. Al reflexionar sobre estas conversaciones con el Salvador, es posible que desee incluir a sus amigos o compañeros de trabajo en la conversación. Considere reenviar un correo electrónico o dejar un comentario en el sitio web para continuar el diálogo y compartir el amor de Dios con quienes lo rodean.
Que Dios siga bendiciéndonos con su gracia y misericordia mientras buscamos caminar en sus caminos y reflejar su amor al mundo que nos rodea.