Alaben la misericordia de Jehová, y sus maravillas para con los hijos de los hombres. Salmos 107:8
Tras consumir muchos años, vemos como damos vueltas en múltiples situaciones que a diario se presentan, caídas graves que cegaron la razón creyendo que no te levantarás; apartados y negados en reconocer a Jehová para no buscar la única fuerza que vitaliza el entendimiento, y en ese letargo, fue nublada toda capacidad de reconocer que sin Él nos perdemos.
Pero Dios obra siempre de manera incomprensible ante nuestra equivocada forma de pensar, cada día su misericodia se levanta en las mañanas y podemos ver que detrás del rocío antes de salir el sol está su mano dando el confort para sobrellevar la carga. A pesar de nadar contra la corriente, surge la inexplicable y diaria oración incesante en cada amanecer, pidiendo volver al redil y salir del lodo que no te deja avanzar.
Fallamos diariamente a Dios, y aun así su misercordia no se apartó de nosotros, la misericordia de Dios perdonó todo aquello que te alejó, pero, ¿quien soy para merecerlo?, ciertamente cada día se renueva ese amor para todos, aun sin merecerlo, aun sin comprenderlo, ¡Alaba! su misericodia porque vivifica al caído y da nuevas fuerzas para continuar. Dios te bendiga y te guarde en su amor y gracia para este día, Amén.