El amor de Dios es eterno, y por el tamaño de ese amor es que no nos desamparará jamás; vendrán tormentas y huracanes de pruebas, llenaremos nuestras vidas con maremotos de lágrimas, pero Él estará siempre junto a nosotros si nosotros permanecemos en Él; el mundo, nuestros amigos o nuestra propia familia podrá defraudarnos, pero el amor de Dios permanecerá siempre junto a nosotros.
Leamos la Palabra de Dios en Jeremías 31:1-14 “En aquel tiempo, dice Jehová, yo seré por Dios a todas las familias de Israel, y ellas me serán a mí por pueblo. El pueblo que escapó de la espada halló gracia en el desierto, cuando Israel iba en busca de reposo. Jehová se manifestó a mí hace ya mucho tiempo, diciendo: Con amor eterno te he amado; por tanto, te prolongué mi misericordia. ………………….”.
Por mucho tiempo algunos, por menos tiempo otros, hemos sufrido el trato del mundo en nuestras vidas; aún hoy, estando verdaderamente en el camino del Señor y por la simple razón de que debemos tratar con el mundo, o con aquellos que deberían haber cambiado sus actitudes pero no lo han hecho, continuamos sufriendo dolores y desengaños que el enemigo pretenderá usar para hacernos bajar los brazos y no continuar en el glorioso camino de Dios y haciendo su obra.
Juan, siendo ya anciano, y a través de su caminar apostólico, había acumulado una enorme experiencia con personas que conocieron a Cristo; con otros que decían seguirle pero con sus acciones daban muestras que para nada sus enseñanzas habían afectado sus vidas; y con todos aquellos que permanecían todavía en el mundo, ésa experiencia de Juan puede ser resumida en un versículo: “Todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo” 1 Juan 2:16; así como Juan, puede que muchos de nosotros también hemos tenidos experiencias similares y pensamos de igual forma.
El demonio ha organizado el mundo bajo un sistema de maldad y egoísmo, “Todo” dice la Palabra, es decir que nada de lo que no esté bajo el gobierno del Señor, es bueno; ninguno que no entregó su vida totalmente al Señor puede decir que hace todo lo bueno, solo el Padre introduce en las vidas elementos espirituales capaces de evitar la acción del mal, solo el Padre cambia la vida a fin de no hacer maldad, solo confiando ciegamente en el Señor podremos vencer el egoísmo del mundo que nos lleva a hacer lo malo.
“El mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre” 1 Juan 2:17, la vanagloria, el enriquecimiento dinerario, los deseos y anhelos de la carne como todas las cosas que el mundo establece como importantes o fundamentales son tan precarias y transitorias para los hijos de Dios, que no afectan su vida; pero el sistema del mundo hace que aquellos que viven sin Cristo, o quienes todavía tienen tinieblas en sus vidas, se aferren a estas cosas como lo mas preciado; se afanan por vivir, cuando están muertos en delitos y pecados, Efesios 2:1.
El demonio se ha encargado de sembrar cizaña en medio del trigo, Mateo 13:24-30, 38, el Señor nos advirtió de su existencia, esa cizaña son los adúlteros espirituales “Que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces” Mateo 7:15; el enemigo muchas veces nos lanza estos dardos encendidos, estos que se dicen, pero no son hijos de Dios, a fin de que comprobemos por nosotros mismos si hemos tomado, y tenemos en buena posición, el escudo de la fe, Efesios 6:16, para que con él podamos ganar la buena batalla y perseveremos a pesar de todo “Con los ojos puestos en Jesús, el autor y consumador de la fe” Hebreos 12:2.
El enemigo emplea toda clase de artimañas para destruirnos, pero nosotros “Sabemos que el Hijo de Dios ha venido, y nos ha dado entendimiento para conocer al que es verdadero; y estamos en el verdadero, en su Hijo Jesucristo. Este es el verdadero Dios, y la vida eterna” 1 Juan 5:20, sabemos en quien confiamos y por eso descansamos en él nuestra esperanza, esperando el cumplimiento de las promesas que ha entregado a cada uno de nosotros.
Tenemos la promesa sobre nosotros y nuestras familias, “Yo seré por Dios a todas las familias de Israel, y ellas me serán a mí por pueblo” vs 1 y es allí en donde descargamos nuestros dolores y tristezas, allí descansamos en nuestro futuro, con Él; el pueblo que escapó de la espada de Egipto halló gracia, quienes escapamos del egoísmo y la maldad del mundo también hemos hallado gracia y somos cubiertos del amor misericordioso y eterno de Dios; no eres tu solo, es también tu familia y la familia de tus vecinos y de tus amigos quienes alcanzarán la gracia de la salvación que nos brinda el Señor, pero no debes bajar tus brazos, no debes ceder al desánimo que nos produce ver el accionar de aquellos que no tienen a Cristo con que el enemigo te ataque.