Voz del Tabernáculo

El alma necesita a Dios desde el primer aliento del día

Una invitación a comenzar cada día en la presencia de Dios

En un mundo que corre a prisa, donde el bullicio de la vida a menudo ahoga la voz de lo eterno, esta alabanza,Temprano yo te buscaré nos recuerda una verdad esencial, el alma necesita a Dios desde el primer aliento del día.

Temprano yo te buscaré, de madrugada yo me acercaré a ti, mi alma te anhela y tiene sed, para ver tu gloria y tu poder.

Estas palabras no son meramente poesía espiritual, sino un llamado profundo a establecer prioridades celestiales. Buscar a Dios al despertar no es una obligación religiosa, sino una expresión de amor y dependencia. En ese encuentro íntimo de la mañana, nuestro espíritu encuentra alimento, dirección y propósito.

Iniciar el día buscando su rostro es ofrecerle lo mejor de nosotros: nuestras primeras palabras, nuestros pensamientos más puros, nuestro anhelo más sincero. Es rendirle el control de lo que aún no ha sucedido y confiar en que Su gloria y Su poder nos cubrirán en cada paso.

“Mi socorro has sido tú, y en la sombra de tus alas yo me gozaré.

Cuando reconocemos a Dios como nuestro socorro, confesamos que fuera de Él no hay refugio más seguro. En Su sombra hay descanso, gozo y paz. Nos cubre con Su fidelidad, nos envuelve con Su ternura, y aún en medio de las tormentas de la vida, podemos decir con certeza: estoy bajo el cuidado del Altísimo.

Mi alma está apegada a ti, porque tu diestra me ha sostenido.

Apegarnos a Dios no es solo un acto de devoción, es una necesidad vital. Su diestra símbolo de poder y autoridad,es la que nos ha sostenido cuando nuestras fuerzas han menguado. Y mientras el mundo tambalea, Su mano firme permanece, guiando y levantando a los que en Él confían.

Esta alabanza no es solo para cantar, es para vivirla. Es una declaración de intimidad, de refugio, y de confianza constante en Aquel que nos amó primero. Hoy, más que nunca, necesitamos volver a ese lugar de búsqueda temprana, donde el alma se rinde, se llena y se fortalece.

Que cada lector de La Voz del Tabernáculo, encuentre en estas palabras un suave recordatorio: el corazón que busca a Dios desde temprano, camina seguro el resto del día.

Margarita García

Margarita García

Directora del Tabernáculo Prensa de Dios

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