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El Alcance de Dios

18 Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. 19 Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones,bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; 20 enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.”  Mateo 28:18-20

Jesús está diciendo que tiene toda la potestad en el cielo y en la tierra; está hablando de alcance.  Luego añade que al ir y hacer lo que él pide, ir y hacer discípulos, estará con nosotros todos los días y hasta el fin del mundo.  Una vez más, está hablando de alcance.

Por lo que él hizo, ahora tú tienes la capacidad de ir y hacer discípulos.  Y cuando lo hagas, él va a estar contigo todos los días hasta el fin.

Él tiene el alcance tanto de lo natural como de lo espiritual que tú puedes manejar, y él te lo demuestra en el tiempo.  Él está contigo todos los días hasta el final.  Él tiene potestad en el cielo y en la tierra; hoy tú vives la experiencia de la tierra, y pretendes algún día vivir la del cielo; y Jesús está diciendo que en su alcance él ya tiene potestad en ambas experiencias.  Si tu preocupación es el tiempo, él está contigo todos los días hasta el fin.  Cuando tú tengas un fin terrenal, no importa porque él está contigo; vayas donde vayas, él está contigo.  El alcance de Dios en tu vida no tiene límites, y para tú poder comunicar el mandato de Dios y el Evangelio y la buena nueva de salvación, el mandato de la Gran Comisión, tú tienes que saber que él está contigo todo el tiempo, en cualquier atmósfera que tú decidas estar.  Estés pasando lo que estés pasando, Él está.

El alcance de Dios es infinito; no lo podemos entender, pero lo podemos vivir.

Nosotros queremos encajar a Dios en nuestro tiempo, cuando nosotros debemos encajarnos en su tiempo porque el alcance no es tu alcance, sino el suyo.  Pero tú tienes que entender esto para poder hacérselo entender a otros.  No es tu ofrecimiento porque tu ofrecimiento tiene un límite; tus días y tus horas tienen límites, pero el tiempo de Dios, no.  Cuando sea, la gente se puede acercar a la presencia de Dios, sabiendo que Él les recibe, pueden orar y creer; puedes compartirles palabra, pero ellos pueden profundizar en ella, entrar en conocimiento y saber que el ofrecimiento es mucho más grande que lo que tú les puedas ofrecer.  Es lo que siempre hemos predicado: que el poder tiene que salir del altar y tiene que ir a la gente para que el alcance sea mayor porque no es tu alcance, sino el alcance de Dios en la vida de una persona, que se manifiesta con gloria y poder.

3 ¿O acaso olvidaron que, cuando fuimos unidos a Cristo Jesús en el bautismo, nos unimos a él en su muerte?”  Romanos 6:3

Aquella muerte de Jesús, ¿fue su fin?  Eso creyeron algunos, pero era todo lo contrario.  Y Pablo está diciendo que, al unirnos a Cristo en el bautismo, nos unimos a él en su muerte.  Y continúa diciendo:

4 Pues hemos muerto y fuimos sepultados con Cristo mediante el bautismo; y tal como Cristo fue levantado de los muertos por el poder glorioso del Padre, ahora nosotros también podemos vivir una vida nueva.”  Romanos 6:4

Aquel supuesto final de Jesús, no era el final.  Aquello fue para darle una nueva vida a todo el mundo.  Y qué ibas a hacer con la nueva vida?  “5 Dado que fuimos unidos a él en su muerte, también seremos resucitados como él.”  (Romanos 6:5)  Comenzamos aquí, pero terminamos en la vida eterna, unidos al Padre.  Entonces, ¿cuál es la duración?  La duración es la eternidad; por siempre Dios está contigo.  ¿Qué tienes que hacer?  Predicar su palabra, meditar en ella, no cansarnos de hacer el bien porque a su tiempo segaremos.  Esto es algo constante, de siempre, no termina hasta la venida de nuestro Señor Jesucristo y que reine aquí en la tierra.  Él está reinando y espera que nosotros reinemos con él.  Limitamos la duración, pero esto es para siempre.

Cuando tú tienes la consciencia de lo que ofrece Dios para tu vida, tú puedes hablarle del ofrecimiento de Dios a la vida de otros.  Hayas vivido lo que hayas vivido, el ofrecimiento de Dios siempre será más grande que el ofrecimiento del mundo.  Independientemente, tú necesitas creer.  Tú tienes que creer en el ofrecimiento de Dios para tu vida, en el alcance, en la duración; de lo contrario, no le hablarás a otros.  Pero tienes que creer para vivir en acción y en autoridad.  Porque hay quienes piensan que tienen la autoridad pero no accionan, y hay otros accionando sin autoridad.  Jesús da la autoridad por lo que vivió, pero hay quienes accionan sin autoridad porque cuando tú ves sus acciones no van en línea con lo que haría Jesús.

15 Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. 16 El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado.”  Marcos 16:15-16

Aquí vemos los elementos de la fe y la autoridad.  Hay un montón de gente que por no conocer el ofrecimiento, el alcance y la duración, viven en una vida de condenación.  Aun sirviéndole al Señor, no conocen todo lo grande que Dios tiene para su vida.  Hay quienes no se creen dignos de lo que Dios les quiere dar en su ofrecimiento, y piensan que no lo pueden alcanzar, y viven condenados.  Es que queremos que sea Dios el que condene a otros, cuando los que nos condenamos somos nosotros mismos, por no creer.  Porque escogemos creer lo que queremos y no lo que él dijo.  Si aquel muchacho se hubiera enfocado en que malgastó todo lo que le dio el padre, se hubiera olvidado que en la casa del padre podía vivir mejor y que el ofrecimiento era mejor, y hubiera vivido toda la vida condenado.

La palabra condenado, según el texto original, lo que quiere decir es juzgar en contra.  Y hay un montón de gente juzgando su vida en contra de lo que dijo Dios.  ¿Qué dijo Dios?  Que derramó su sangre en la cruz del Calvario, que le perteneces y que si te tiene que buscar, te busca, y si tienes que llegar, llegas, pero el cumplimiento de lo que Dios dijo a través de lo que te ofrece, lo que te alcanza y lo que dura, definitivamente, Él lo va a cumplir.  39.05

No se trata de justificar una vida pecaminosa ni malas acciones, sino que sepas que aun con las malas acciones, el ofrecimiento de Dios es más grande, que Él las puede enmendar.  Basta de no creer que Dios puede hacer algo en tu vida.  Ese es el mandato de la Gran Comisión: pararse frente a quien sea y decirle que no importa lo que esté viviendo, lo que Dios le puede dar es más grande.  Pero hay quien piensa que esto es lenguaje de lámpara de Aladino, pero no es la lámpara de Aladino; es lo que Dios está dispuesto a dar.  Si dio a su único Hijo para que derramara su sangre en la cruz del Calvario, cuánto no estará dispuesto a darte a ti para que lo reconozcas como el Señor de tu vida.  No se trata de algo material, sino que va más allá; está en el corazón y hace que, cuando regreses, el Padre pueda hacer fiesta; hace que tú puedas regresar, pensando que vas a ser un jornalero, pero aun los jornaleros viven mejor que lo que tú vivías fuera.

Lo que podemos vivir con Dios es grandioso, aunque tu hoy no sea tan bueno.

Eso es lo que tienes que hablarle a la gente: esperanza, futuro, cosas grandiosas de parte de Dios, porque Dios es grandioso; habla de amor en vez de condenación porque Dios es amor.  Basta con que la gente se condene a sí misma, con que juzgue en contra de lo que dice Dios.  No es justificar el pecado, pero la gente se va a dar cuenta de lo mal que están, y te toca decirles que cuando se den cuenta, Dios va a estar con los brazos abiertos para recibirles.

En la iglesia, todos somos imperfectos, pero te vamos a amar y te vamos a discipular para que tú también hagas discípulos, para que tú también puedas amar a otros, discipular a otros, para que se manifieste el poder de Dios en la vida de otros.  Esto solo lo puede entender aquel que se enamoró de Dios a ciegas, o aquel que fue tan mal que, cuando se dio cuenta que Dios le abrió los brazos, lo abrazó y lo amó, y ahora siente su amor y misericordia y son capaces de hacer fiesta.

Fuente:
Pastor Otoniel Font | Puerto Rico

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