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El aeropuerto de la vida

SALMO 90:10 Los días de nuestra edad son setenta años; Y si en los más robustos son ochenta años, Con todo, su fortaleza es molestia y trabajo, Porque pronto pasan, y volamos.

Los aeropuertos son lugares donde se dan distintas emociones, unos lloran de tristeza, otros lloran de alegría, otros ríen de emoción. Los aeropuertos son lugares de las más alegres bienvenidas y también de las más tristes despedidas.

Esta mañana reflexionaremos sobre un aeropuerto en el cual todas las salidas son sin retorno, donde no hay viajes de regreso, y ese aeropuerto es tan grande que cada año en el mundo más de 55 millones de personas pasan por él, este aeropuerto se llama: MUERTE.

También en el aeropuerto de la vida hay millones de llegadas cada año, son los nacimientos, esas pequeñas personas preciosas que Dios trae a nuestra vida para llenarnos de alegría, para hacer de nuestros años algo maravilloso, pero la ley de la vida es que esos niños que llegan, tienen que crecer, tienen que hacer su propia familia, envejecer y nuevamente llegar a ese aeropuerto que todos un dia tendremos que visitar.

Cuando hablamos del aeropuerto de la vida tenemos muchas lecciones que tomar para cada uno de nosotros, que aún estamos en el camino de la vida, pero cada día más cerca de ese aeropuerto al cual nadie quiere llegar, pero no podemos evitarlo.

El versículo con el que hemos comenzado esta mañana nos dice que los años de nuestra edad son setenta años, y los más robustos ochenta años, pero pronto pasan esos años y volamos … de aquí surge la primera pregunta de esta mañana ¿hacia dónde volamos?

I) EN EL AEROPUERTO DE LA VIDA SOLO HAY DOS DESTINOS DE SALIDA: SALVACIÓN O CONDENACIÓN (JUAN 5:24) De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, más ha pasado de muerte a vida.

En todos los aeropuertos hay una pantalla donde aparecen todos los destinos de salida hacia muchos países del mundo, pero en el aeropuerto de la vida únicamente hay dos opciones: Vida eterna o condenación eterna.

No hay más opciones, no hay otras alternativas, no hay escalas ni lugares intermedios (2 Corintios 5:8) Pero confiamos, y más quisiéramos estar ausentes del cuerpo, y presentes al Señor. No hay otra oportunidad, el que sale del aeropuerto de la vida lleva vuelo directo al cielo o vuelo directo al infierno.

En ese aeropuerto hay un departamento de control, en el cual hay un libro donde únicamente están escritos los nombres de aquellos que llevan destino al cielo, a la gloria eterna (Apocalipsis 20:15) Y el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego. el que no está escrito ahí, va con vuelo directo a la condenación eterna en el infierno.

Para viajar en los aeropuertos del mundo es necesario comprar el boleto, pero para viajar hacia la salvación eterna no se necesita comprar el boleto, el boleto es totalmente gratis, solamente hay que recibirlo por la fe, ese boleto ya fue pagado por nuestro Señor Jesús (Efesios 2:8) Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios;

II) EN EL AEROPUERTO DE LA VIDA NADIE LLEVA MALETAS, NI MALETINES, NI CAJAS, NADIE PUEDE LLEVAR ABSOLUTAMENTE NADA (1 TIMOTEO 6:6-7) Pero gran ganancia es la piedad acompañada de contentamiento; 7 porque nada hemos traído a este mundo, y sin duda nada podremos sacar.

En los aeropuertos vemos a muchas personas que viajan llevando grandes maletas, cajas, bolsas, televisores, equipos de sonido, etc.

Pero en el aeropuerto de la vida nadie puede llevar absolutamente nada, aunque haya tenido grandes riquezas en este mundo, no puede llevar nada de este mundo hacia la vida eterna. (Salmo 49:17) Porque cuando muera no llevará nada, Ni descenderá tras él su gloria.

Todas las cosas de las que vivimos aferrados, por las que hemos dado nuestra vida: casas, negocios, tierras, ahorros, joyas, etc, cosas por las cuales quizás dejamos a nuestra familia, por las cuales perdimos nuestra salud, cuando salgamos de este mundo no podemos llevarnos nada.

Es por eso que tenemos que comprender que los tesoros del cristiano, de los hijos de Dios, no están en este mundo, nuestros tesoros están en el cielo, y cuando salimos del aeropuerto de la vida no llevamos nada porque allá están nuestros tesoros (Mateo 6:19-20) No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan; 20 sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan.

III) EN EL AEROPUERTO DE LA VIDA NO HAY TIEMPO PARA DESPEDIDAS, NO HAY TIEMPO PARA ABRAZOS, NI TIEMPOS PARA BESOS, TODO ESO TENEMOS QUE HACERLO ANTES DE LLEGAR AHÍ (ECLESIASTÉS 3:1) Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora.

No hay duda que los momentos más duros en los aeropuertos son las despedidas, contemplar a las familias llorando por sus familiares que se van, hijos, hijas, esposos, padres, etc.

Pero, aunque ese momento es de tristeza hay tranquilidad porque con esas personas seguirán en contacto por medio de las redes sociales, por una llamada, etc.

Pero en el aeropuerto de la vida, la despedida es definitiva, no hay vuelta atrás, es una despedida hasta la eternidad.

Es por eso que debemos aprovechar el tiempo, no podemos dejar las palabras de afecto, de perdón, sin decirlas, abracemos a las personas que amamos, compartamos cada momento que podamos con ellos, porque después puede ser muy tarde.

Estamos viviendo tiempos de enfermedad y muerte, los tiempos son malos, aprovechemos cada minuto con las personas que hoy Dios nos permite tener hoy a nuestro lado (Efesios 5:15-16) Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como necios sino como sabios, 16 aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos.

Cuando nos llegue el momento de la despedida eterna podamos tener la satisfacción de haber dicho lo que teníamos que decir, de haber compartido lo mejor que pudimos, pero sobre todo seguros que nuestra familia tenga sus nombres escritos en el libro de la vida del cordero, para que cuando lleguemos al aeropuerto de la vida la despedida no sea un adiós, sino un hasta pronto, ¡¡para cuando nos volvamos a ver en la vida eterna!!

Fuente:
Pastor Oscar Flores | EL SALVADOR

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