Politica

EL 27 de Febrero: ¿Gestación de una nacionalidad?

Cada 27 de febrero, los campos y ciudades, avenidas y mentideros, se engalanan con la tricolor y brotan en todas las bocas los nombres de los patriotas y las gestas de ese lejano día de 1844.

Pero, quizá, sea por desconocimiento o por confusión, se cree que la dominicanidad nace ese día. La construcción de la nacionalidad dominicana requiere de un sentido de otredad, o sea, que se establezcan valores particulares que te distingan. Ese proceso inicia, en nuestro caso, hacia los mil seiscientos, luego de las devastaciones de Osorio, cuando los mestizajes, la mezcla cultural y la adaptacion a esta tierra fue creando un habitante que sin ser indio, negro o blanco, tenia un poco de todos: el criollo.

Ese criollo siempre fue fiel creyente, trabajador, y trató siempre de mantener su autonomía, combatiendo a los franceses, y luego a los haitianos. Pero se requería la oscuridad de la noche, para que el sol de la libertad brillara. Luego de una noche de 22 años, donde se trató de olvidar nuestra lengua, fe e historia, un grupo de jóvenes nos redimieron.

No me detendré a explicar todo lo sucedido ese día, pero todo ello provocó que esa nación, ese grupo de seres humanos en un territorio determinado, pudieran declarar al mundo su soberanía y regir sus destinos bajo la cruz de Cristo y su propio esfuerzo.

Muchos yerros hemos cometido. No hemos vivido de acuerdo a los ideales que enarbolaron Duarte y otros prohombres, pero creo que hemos construido una sociedad tratando de tomar lo mejor que Dios y los hombres precedentes nos legaron y permitieron. Las sociedades son perfectibles, debido a que cada día deben luchar por mejorar y superarse.

Y creo que, aunque hay desigualdad, desempleo y otras privaciones, lentamente hemos llevado la presencia del Estado y la prosperidad que acarrea a cada vez más hogares dominicanos. Y eventualmente, nuestra lucha debe ser garantizar cada derecho a cada ciudadano. Darle salud, educación, comida, recreación, y esto ayuda a que todos prosperemos en paz y armonía social.

Fuente:
Dr.Néstor Saviñón

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