Pasando otra vez Jesús en una barca a la otra orilla, se reunió alrededor de él una gran multitud; y él estaba junto al mar. Y vino uno de los principales de la sinagoga, llamado Jairo; y luego que le vio, se postró a sus pies, y le rogaba mucho, diciendo: Mi hija está agonizando; ven y pon las manos sobre ella para que sea salva, y vivirá. Fue, pues, con él; y le seguía una gran multitud, y le apretaban. Pero una mujer que desde hacía doce años padecía de flujo de sangre, y había sufrido mucho de muchos médicos, y gastado todo lo que tenía, y nada había aprovechado, antes le iba peor, cuando oyó hablar de Jesús, vino por detrás entre la multitud, y tocó su manto. Porque decía: Si tocare tan solamente su manto, seré salva. Y en seguida la fuente de su sangre se secó; y sintió en el cuerpo que estaba sana de aquel azote. Marcos 5:21-29
Este día vamos a reflexionar sobre las grandes enseñanzas que nos dan las dos historias que se entrelazan por la necesidad de recibir un milagro del Señor, esas historias son las de Jairo el cual venía a clamar por un milagro para su hija que estaba agonizando y la de una mujer de la cual no conocemos su nombre pero se nos dice que tenía doce años de padecer de flujo de sangre.
La vida de estas dos personas en ese momento que buscaron a Jesús estaba llena de angustia, de dolor, de rechazo, de quebrantamiento, pero sus vidas fueron fueron transformadas en una historia de misericordia, de poder, de amor, y de fe.
Veamos en el texto que hemos leído cuáles son esas grandes lecciones para aplicarlas a nuestra vida:
ESTA HISTORIA NOS MUESTRA QUE JESÚS ESTÁ SIEMPRE DISPUESTO Y DISPONIBLE PARA AYUDARNOS EN NUESTRA AFLICCIÓN (VS 21-24)
Jairo se presentó delante del Señor con su corazón lleno de angustia pues su hija estaba agonizando, estaba a punto de morir, el le rogó a Jesús que fuera con él para que pusiera sus manos sobre su hija para que fuera sana, y que maravilloso lo que vemos en el vs 24: “Fue pues con él…”
Nuestro Señor Jesús no se rehusó a ir con Jairo a su casa para obrar un milagro en la vida de su hija, él no consultó su agenda, el Señor no puso pretextos, el Señor no envió a uno de sus discípulos, él fue con Jairo pues nuestro Señor Jesucristo siempre está disponible para ayudarnos en nuestra aflicción.
Él Señor no es indiferente a nuestra necesidad, él no es indiferente a nuestro dolor ni a nuestro clamor, él él está dispuesto y disponible para ayudarnos, pero la realidad es que somos nosotros los que muchas veces somos indiferentes para con el Señor y no estamos disponibles para el, siempre ponemos excusas, estamos dispuestos pero no estamos disponibles para el Señor.
El Señor no ha cambiado él sigue estando disponible para cada uno de nosotros.
ESTAS HISTORIAS NOS DEMUESTRAN QUE EL SEÑOR ESTÁ DISPUESTO A AYUDARNOS SIN IMPORTAR NUESTRA CONDICIÓN SOCIAL O ECONÓMICA (VS 22 – 27)
En esta historia vemos los dos extremos de la sociedad judía de aquella época buscando la ayuda del Señor, un hombre principal en la sinagoga, seguramente reconocido y admirado en la sociedad y una mujer marginada por su enfermedad, una mujer enferma y pobre, sin esperanza.
Vemos dos elementos que van más allá de toda posición económica o social: La enfermedad y él dolor. Y en ambos casos el Señor no vio su economía, o su estatus social, el vio la fe de esas dos personas que lo buscaron confiando que Jesús podría hacer un milagro en sus vidas.
Esta enseñanza es muy importante, el Señor no ve nuestra billetera, él ve nuestra fe, al Señor no le importa nuestra condición social sino nuestra condición espiritual, que seamos pobres en espíritu y reconozcamos nuestra necesidad de Dios.
ESTAS HISTORIAS NOS MUESTRAN QUE LOS MILAGROS DEL SEÑOR ESTÁN TAMBIÉN A DISPOSICIÓN DE LOS MARGINADOS Y MENOSPRECIADOS POR LA SOCIEDAD Y POR LA IGLESIA (VS 32-34)
En la sociedad judía una mujer que padecía flujo de sangre era una mujer marginada por la sociedad y rechazada por la religión, todo lo que ella tocaba era considerado inmundo y las personas que la tocaban a ella o algo que ella tocara también eran inmundos y no podían participar en ninguna actividad religiosa.
Seguramente Jairo no conocía a esa mujer porque a la sinagoga de Jairo esa mujer no podía entrar, pero que maravilloso es ver que el poder de Jesús no solamente sanó sino que también salvó a esa mujer que no era bienvenida en la sinagoga ni en el templo.
Nuestro Señor Jesucristo sigue estando dispuesto a buscar, sanar y salvar aun a aquellos que no son bienvenidos en las iglesias, a los que son marginados por los cristianos, a los que por su condición de vicios, por su condición de pecado, por su condición legal, o aun por su apariencia quizás son rechazados y marginados por la iglesia del Señor (Juan 6:37)
ESTA HISTORIA NOS MUESTRA QUE EL SEÑOR SOLO NECESITA ALGUIEN QUE LE CREA PARA OBRAR MARAVILLAS (MARCOS 5:35-42)
Mientras iban de camino Jairo recibió la peor noticia que un padre podría recibir: Tu hija a muerto.
Pero el Señor habló con Jairo y le animo a creer, a no dejarse vencer por el temor, que solamente creyera, aunque los demás no lo hicieran.
Cuando llegaron a la casa de Jairo y las personas escucharon que Jesús dijo que la niña solamente estaba dormida todos se burlaron de él y por eso echó fuera a todos y delante de sus padres revivió a su hija.
En las aflicciones de nuestra vida muchas personas podrán dudar y hasta burlarse de nuestra fe, de nuestra confianza, pero tenemos que estar seguros que lo que el Señor necesita es un valiente que le crea, un padre, un esposo, una madre, un hijo o una hija que pueda creer y confiar que para Dios no hay nada imposible.